Internacional

Incendios e inundaciones tienen el mismo origen: el capitalismo

Raúl González


raulraulgonzal1

8 agosto, 2021 @ 7:02 pm

Incendios e inundaciones tienen el mismo origen: el capitalismo

Parecen escenas sacadas de una película de catástrofes. Ciudades bajo el agua, medios de transporte colapsados, servicios de emergencia intentando salvar a personas atrapadas, bosques completamente arrasados por el fuego. No, no se trata de ficción, sino de la realidad que se presenta, una vez más, abrumadoramente frente a nosotros.

Eventos climáticos extremos

Desde hace un par de años, es una noticia común en los principales diarios y medios de comunicación internacionales, los incendios forestales en diversas partes del mundo. En este continente, Estados Unidos, concretamente, las entidades ubicadas en la costa oeste, como California y San Francisco, han sido las más devastadas. CCN informa que tan solo este año, se han quemado 1.2 millones de hectáreas en la Unión Americana, como consecuencia de los 37,803 incendios acaecidos este 2021.

Turquía, Grecia, Italia, España, Brasil, e incluso Rusia, son algunos de los otros países que recientemente enfrentan la misma problemática. Las altas temperaturas (inéditas en el último medio siglo) y los fuertes vientos, son el principal detonante de todos estos incendios que arrasan pueblos enteros. En la isla griega de Eubea, por ejemplo, la Guardia Costera evacuó desde finales de la semana pasada, con ayuda de bomberos extranjeros, a cientos de personas atrapadas por el fuego que comenzó desde una zona boscosa y rápidamente se extendió hasta la costa. En dicho país, aproximadamente, se han contabilizado 55 incendios activos que han afectado 70,000 mil hectáreas.

Imagen: El País

Mientras esto sucede, las autoridades turcas en coordinación con la comunidad europea, intentan combatir los alarmantes incendios que han cobrado decenas de muertos y cientos de heridos desde hace más de una semana, algunos de ellos atribuidos a la “Iniciativa de los Niños de Fuego”, vinculada al Partido de los Trabajadores de Kurdistán. Por otra parte, Calabria, Sicilia y otras regiones sureñas italianas, también continúan intentando sofocar las llamas de lo que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) califica como un “foco de cambio climático”.

Exceso de incendios e inundaciones

Sin embargo, el mundo no solo arde por sus extremas temperaturas y desoladores incendios, sino que también, las últimas inundaciones generaron considerables pérdidas humanas y materiales. Asia y Europa Central, son las zonas más afectadas desde el mes pasado. En Alemania, Bélgica y Países Bajos, las lluvias torrenciales son comparadas con los desastres de la segunda guerra mundial, en gran medida por los severos daños estructurales sobre edificios y viviendas, esto sin contar el número de muertos y desaparecidos, cifra todavía inexacta pero que ronda por arriba de los 150, así como de la ruina total en diferentes ciudades, dejando completamente vulnerables a sus habitantes, quienes son rescatados por efectivos de las fuerzas armadas, según lo documentado por la BBC.

89 mil casas fueron destruidas, más de medio millón de personas quedaron afectadas, se contabilizan más de 50 desaparecidos y los muertos ascienden por encima de los 300. Este es el saldo preliminar de las fuertes lluvias de julio en Zhengzhou, donde en 72 horas se presentaron las precipitaciones equivalentes a las de todo un año. Y a pesar del fuerte control estatal sobre las redes sociales, algunas de las imágenes que le dieron la vuelta al mundo, son las que mostraron a personas atrapadas en los trenes subterráneos, intentando mantenerse a flote en medio de la anegación total.

Occidente también se encuentra amenazado por el mismo desastre, Nueva York, registró inundaciones que terminaron por absorber la metrópoli, esto debido a la tormenta tropical Elsa, causante de las fuertes lluvias y tormentas eléctricas. Al igual que el gigante asiático, el servicio del metro se vio afectado, esto después de inundarse la estación de Washington Heigths y líneas aledañas. México tampoco queda exento de esta ola de climas extremos, tal y como lo mostró Jalisco, dejando 17 colonias afectadas, asimismo, este problema se vincula a la crisis hídrica que padece nuestro país.

Según El País, estudios científicos revelan que el porcentaje de la población expuesta al impacto de las inundaciones, pasó del 20% al 24% en el período del 2000 al 2018, afectando a más de 255 millones de personas, las cuales se mudaron a zonas cada vez más inseguras. Es claro que, en el tema de los desbordamientos, intervienen múltiples variables, pero también es cierto que la poca o nula preparación gubernamental contribuyó a que el golpe de esta crisis fuera mayor.

Imagen: Noticieros Televisa

¿Quién está detrás del cambio climático?

A estas alturas, no debería sorprendernos que el principal responsable de estas calamidades sea el sistema capitalista, que ha puesto sus intereses por encima de la salud del planeta, y que históricamente ha financiado su desarrollo con la explotación inconsciente de los recursos naturales y humanos a su alcance. Solo en las últimas cuatro décadas, algunos países levantaron la voz para tratar de contener los efectos irreversibles de la emisión de agentes contaminantes, causantes del calentamiento global, que como hemos visto, se traduce en todos los comportamientos extremos ocurridos últimamente. No solo el covid-19 es una crisis que nos afecta a todos.

Desafortunadamente, quienes verdaderamente pueden tomar decisiones clave para aminorar la aceleración del cambio climático, es decir las compañías trasnacionales que actualmente controlan el mundo, no muestran ni una sola acción genuinamente comprometida por detener la devastación de la tierra. Al contrario, gastan todo el dinero que sea necesario para producir campañas en los medios, donde pasan la estafeta del cambio a los ciudadanos, “únicos” responsables en esta tarea. Resulta que sembrar un árbol o reciclar bolsas es mucho más efectivo que reducir operaciones empresariales altamente nocivas para la fauna y flora de diferentes países.

Lo anterior no significa que debemos de dejar de hacer lo que nos corresponde, más bien, debe ser un llamado de atención a quienes realmente deben comenzar a ponerle un alto a la contaminación a gran escala. Recordemos lo que hace tiempo se publicó en este medio: el crecimiento económico y el cuidado al medio ambiente si son compatibles.

Raúl González

Comentócrata, amante de la historia, bibliófilo por vocación, universitario por decisión.