Nacional

Quién es quién en las mentiras. ¿“Despropósito” o exhibición de embusteros?

Miguel Ángel Maciel Galindo


miguelmg28

2 julio, 2021 @ 2:29 pm

Quién es quién en las mentiras. ¿“Despropósito” o exhibición de embusteros?

Hay una nueva sección en “La mañanera”. Se titula “Quién es quién en las mentiras de la semana”. El pasado miércoles 30 de junio el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, la inauguró. Consiste en un espacio informativo semanal que permitirá desmontar y desmentir aquellas noticias falsas o verdades a medias que han tenido mayor impacto, especialmente en las redes sociales.

Imagen: GALO CAÑAS. CUARTOSCURO.COM.
animalpolítico.com

La nueva mañanera

Si bien las “mañaneras” han servido como un ejercicio informativo y de rendición de cuentas desde que ganó la presidencia López Obrador, con esta nueva sección se busca tomar aquellas noticias falsas que más hayan resonado en la semana, ya sea porque algunos “tuiteros” y “periodistas”, quizá de buena fe, desean ser los primeros en compartir alguna nota y así ser acreedores de la primicia o, en el mejor de los casos, simplemente porque nutren a sus audiencias de fake news y les importa poco contextualizar, desarrollar  e informar respecto a un hecho.

Esta nueva sección, como era de esperarse, despertó polémica. Hay quienes dicen que desde la silla presidencial no deberían “atacarse” o “criticarse” a los periodistas, quienes únicamente ejercen su oficio; sin embargo, más allá de utilizar expresiones tan a la ligera como lo son “ataque a la libertad de expresión” o “censura”, lo cierto es que este nuevo espacio busca ser un contrapeso a las noticias falsas que se esparcen como agua en las redes sociales. Este contrapeso, por supuesto, no es que busque ser la verdad absoluta, por el contrario, de lo que se trata es de un ejercicio democrático, el cual permite al ciudadano comparar notas, noticias, opiniones, e incluso “tweets”, de tal manera que pueda formarse un juicio propio. Como digo, es un ejercicio democrático en tanto que el lector y escucha tendrá la posibilidad de no quedarse únicamente con un lado de la noticia, sino que ahora podrá identificar en qué contexto se dijo algo, por qué se comentó tal cosa o por qué un hecho sucedió de esa manera.

La oposición

Es evidente que ya comenzaron a hacer ridiculizaciones del tema a tal punto de, como no ha sido nuevo durante este sexenio, tratar de asemejarlo con lo que han hecho presidentes de otros países. Tal es el caso del famoso programa de televisión llamado “Aló presidente”, que comenzó a transmitirse a inicios del año 1999, en donde el presidente de Venezuela de aquella época, Hugo Chávez, permitía a los televidentes intervenir, de tal suerte que podían platicar directamente con él y generar una especie de discusión de distintos temas. Así, con “Quién es quién en las mentiras de la semana”, se ha dado material para aquellos que un día sí y otro también ven en el presidente de México, un símil con el comandante Chávez.

Pero más allá de aquellas comparaciones absurdas, que no debieran ser tomadas con seriedad, hay un tema más profundo en el cual quisiera centrarme. Ya es un lugar común que, desde la llegada de López Obrador a la presidencia de México en el año 2018, se diga que este presidente desea controlar y acaparar el poder, en este caso, por supuesto, se trata del poder de los medios. De este modo, cada que el presidente desmiente algún dicho o alguna noticia descontextualizada, la crítica es dirigida hacia el ya famoso dicho “yo tengo otros datos”. Así, “la mañanera”, según nos dicen los críticos, ha sido un espacio utilizado para contar una “realidad” que no existe allá afuera, que escapa de lo que realmente es y que no tiene nada que ver con los hechos. En este sentido, pareciera ser que la “verdad” la tienen aquellos periodistas y tuiteros que se dedican a “desmentir “los dichos por el presidente, dando así la percepción de que ellos, y sólo ellos, son los poseedores de la verdad absoluta.

Cualquier intento, desde la presidencia, por abrir distintos canales de información, es visto como “inadmisible” o un “despropósito”.

Así, periodistas, tuiteros y columnistas, que ven con malos ojos este nuevo ejercicio democrático, obligan al lector a acudir únicamente a sus fuentes de información. Estos nos dicen que al no estar “corrompidos por el poder” o no ser “funcionarios públicos”, podrán entregarnos información veraz. Tomando esta bandera de superioridad moralina bajo la consigna de “al poder se le incomoda”, descartan la posibilidad de creer en los dichos y los datos duros que provengan desde el gobierno. Dado así el panorama, no importa qué periodistas, tuiteros y columnistas tergiversen la información o saquen de contexto algún dicho en la mañanera, porque únicamente tomaron un fragmento de tres minutos, ya que, para nosotros los consumidores de noticias, no nos resta más que creerles a ellos porque se encuentran en un peldaño superior de autenticidad y veracidad.

La posibilidad de contar con distintos canales de comunicación que permitan al lector contrarrestar información, es justamente lo que buscaría cualquier presidente mínimamente democrático y abierto a la crítica. No puede ser que el desmentir una nota o clarificar algo que se sacó de contexto sea visto como un “ataque a la prensa” o a la “libertad de expresión”. Muy por el contrario, el espacio democrático y la apertura a las críticas es algo que ha caracterizado al actual gobierno, de tal manera, que un día puede asistir a la mañanera Jorge Ramos, Denise Dresser o Peniley Ramirez, abierto opositores a López Obrador y críticos de la Cuarta Transformación.  Si periodistas o tuiteros no quieren ahogarse en un vaso de agua porque la “maquinaria presidencial” los exhibe y los ataca, quizá sería importante que comenzaran a replantearse si aquello que publican no lleva una doble intención de tergiversar, desinformar o simplemente informar a medias. Finalmente, aún y con toda la “censura” que lleve a cabo el actual gobierno en contra de periodistas, columnistas y tuiteros, ellos podrán seguir escribiendo sus columnas, hacer sus foros de debate en programas de televisión o en internet y seguir publicando sus libros como lo han hecho hasta ahora. ¡Vaya censura y ataque a la libertad de prensa que vivimos!

Miguel Ángel Maciel Galindo

Licenciado en Psicología Social y estudiante de Ciencia Política. Ambos por la UAM Iztapalapa.