Tanatología literaria
Erubey Gutiérrez
Quiero platicarles de un libro que cayó en mis datos (porque es su versión digital) porque, siendo honestos, me atrapó primero la portada y luego el título. Hablo de la obra de Rosa Montero “La ridícula idea de no volver a verte”, de la editorial Seix Barral. No pueden negarme que hay obras que al leer el título te despierta muchas emociones, y es el caso de esta chulada de Montero, que de inicio te evoca a la pérdida, a la añoranza, a la desesperación.
Y luego está esa hermosa portada de aquella mujer flotando por sobre una ciudad, con los brazos entrecruzados por la nuca y su cabellera libre y clara (no sabemos si rubia o platinada, porque es un esplendido blanco y negro que me gustan tanto); es de esas imágenes que le sacan ronchas a los machos frágiles de hoy día, pero que te transmite algo muy fuerte y claro: la libertad de la mujer en todos sentidos.
Ya abriendo la obra, uno descubre a la protagonista principal y sus otras muchas protagonistas, entre ellas la propia autora. El texto nos adentra en la vida de Marie Curie no sólo en la parte de sus logros científicos, sino en el plano personal, incluso uno de los más íntimos que puede tener una persona: el duelo, la pérdida, el luto. Montero toma el evento trágico de la muerte de Pierre Curie y cómo derrumbó la vida de Marie, y lo entrelaza con su propia pérdida de quien fuera su pareja por más de 20 años. Al mismo tiempo, va rescatando fragmentos de la vida de otras mujeres que dentro de la realización de sus sueños, han vivido la pérdida de algo muy querido y cómo es que se sobreponen o muchas veces no. Es un manual de tanatología en todo sentido, y a la vez, una forma de reconocer lo que Marie aportó no sólo a la academia, sino en general a la lucha de las mujeres por ser ellas mismas.
Montero incluye en su estilo el uso del famoso signo “#” de las redes sociales, que, si bien se relacionó en el siglo pasado para referir un número, hoy es el signo del llamado “hashtag” término que se le da a las etiquetas que se dan en las opiniones que se suben a las redes sociales, principalmente Twitter e incluso Facebook. Dentro del texto podemos identificar términos o palabras a las que la autora resalta con el HT (su abreviatura) que las precede: “Ahora que lo pienso, esa enardecedora consigna materna viene a ser como decirte: no seas tan mujer. No seas tan femenina. O no lo seas tanto como yo lo he sido. Sé otro tipo de mujer. Sé una #Mutante. Esa hembra sin lugar, o en busca de otro #Lugar”.
La vida de Manya Sklodowska, que sería después Marie, es apasionante, dolorosa y llena de tenacidad por conseguir lo que se anhela. Polaca en tiempos de la ocupación rusa, mujer con ganas de estudiar y ser científica en un mundo de hombres, relegada en su primer premio Nobel por su condición femenina y después, en su segundo Nobel, acosada por su vida privada en plena viudez. Enferma por no parar en su trabajo, desgastada por la soledad en que la dejó el gran amor de su vida, y al cual tardó varios años en dejar ir, por esa ridícula idea de volver a verle.