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La falsa pluralidad como espectáculo informativo

Ruth Dávila


mirfriden

18 mayo, 2021 @ 9:46 am

La falsa pluralidad como espectáculo informativo

Robert Fisk, periodista británico que en sus últimos años como corresponsal en el Medio Oriente publicaba para el diario The Independent, pocas veces hablaba de sí mismo, poco se sabía de aspectos biográficos de su vida. Para mi era obligado leer sus textos cuando se publicaban en La Jornada, casi siempre a propósito de un gran acontecimiento sucedido ya fuera en Líbano, donde radicó gran parte de su vida y hasta su muerte, Siria, Palestina, Afganisthan, Irak, Irán y creo que también de Libia.

Renuente a hablar de sí mismo como era, en el documental “Esto no es una película” reflexiona no de sí, sino de su labor periodística, de su trabajo cubriendo los conflictos de Medio Oriente. Dio cobertura, por ejemplo, a las masacres en los campos de refugiados en Sabra y Chatila, Líbano, en 1982. Como periodista, Fisk “rechaza el concepto de que la medida definitiva para presentar la información sea dar un falso equilibrio a las historias. Para él, no es adecuado que un periodista haga un puntaje neutral de los eventos en una situación de conflicto, sin tener en cuenta la historia o las diferencias de poder entre oprimidos y opresores”. Sobre esto, señala que es como si dieras voz a los esclavistas para conocer su punto de vista sobre la esclavitud.

Imagen: Internet

La falsa pluralidad como espectáculo informativo

Desde que vi el documental a finales de 2020, a propósito del festival DOCSMX, las palabras de Fisk han retumbado en mi cabeza. Retumban y no dejan de hacerlo cada vez que escucho y leo una falsa defensa de la pluralidad y la libertad de expresión. Cuestiones que se defienden como meras abstracciones y en esa tarea ‘periodistas’ dan voz y amplios espacios de conversación a personajes como Gilberto Lozano con el fin de preguntarle si ¿usted es de ultraderecha? o a personajes como el ex presidente Felipe Calderón, que llevó a una guerra fratricida, a una guerra contra el narcotráfico que disparó terriblemente los índices de violencia y de detenciones de personas, sobre todo, pobres y hombres que sirvieron como falsos positivos. No sería mejor dar voz a las víctimas, dedicarles una hora de transmisión en medios públicos a quienes hasta el día de hoy siguen escarbando en la tierra para encontrar a sus desaparecidos o desaparecidas. Tantos nombres, tantas historias aún por contar, como diría Fisk “mi sentimiento es que debes ser neutral e imparcial, pero imparcial del lado de los que sufren”. 

“Ser imparcial del lado de los que sufren” 

Me siento igual que Fisk, porque en nombre de la entelequia llamada pluralidad se busca conocer la ‘verdad’ de los opresores saber por qué no quieren que el estado de cosas cambie jamás. Dice Bertolt Brecht en un hermoso ensayo sobre las “Cinco dificultades para quien escribe la verdad” que hay que tener valor para decir la verdad, pero además sagacidad para reconocerla y saber manejarla como una arma. Y dice que “es cierto que las sillas sirven para sentarse y la lluvia cae de arriba hacia abajo” y esas son las ‘verdades’ que en aras de la pluralidad, pero también del espectáculo, periodistas ‘contestarios’, que no saben reconocer la verdad, ni cómo usarla como arma en beneficio de los oprimidos, les arrancan de la boca a sus encumbrados entrevistados responsables de tantos males y crímenes por acción u omisión. 

Creo que nunca debe caber espacio para la duda, para la ambigüedad o la indefinición del lado del que estamos. Y parafraseando al filósofo Walter Benjamin, el lado correcto de la historia es el de los desposeídos, todo lo demás es espectáculo, progresismo, libertarismo, defensa a ultranza de una libertad de expresión abstracta que da voz a los opresores y sigue invisibilizando a los oprimidos y sus causas. Lástima que esas entrevistas se hagan y transmitan en la televisión pública, como ciudadana, y periodista de formación, me siento agraviada.

Ruth Dávila

Doctora en ciencias políticas y sociales por la UNAM, comunicóloga y periodista de formación. Temas de interés: teoría crítica, marxismo, feminismo, mass media, industrias culturales, ideologías. Me apasiona la política, leer y una buena plática.

Un comentario
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    Feliciano Ontiveros Alvarez

    Se habla mucho sobre la independenia de Mexico ocurrida en 1810, de las causas revolucionarias posteriors, guerras de reforma, revolucion, dictaduras y nuevaente liberalismo, la libertad de nuesro psia, se comienza a dar en 1938 cuando un patriota defiende por primera vez, desde un poder, los intereses de la nacion, luego al transitar de ese inicio se construyen traiciones para no dejar que el pais sea totalmente libre, sin embargo, tomando en consideracion esa fecha, la de la expropiacion, comparados con la libertad que tienen otros paises, como nuestros vecinos los anglosajones, nos llevan mas de un siglo de ventaja, no es raro ver entonces tantos intereses fabricados al amparo del saqueo, del despatriotismo, de los traidores que una y otra vez prometen y prometen y solo actuan en bien de sus familias e intereses personales, descubrir aqui, una verdad, es practicamente imposible, tods mienten y se convierte la mentira en una politica y una forma de vida, la hipocresia sale entonces victoriosa hasta que vemos con terror, que por seguir una corriente de pensamiento neoliberal, casi nos quedamos sin soberania, si no llega un hombre al rescate del pais, a reflotarlo y sacarlo del hundimiento que se avecinaba, jamas nos hibieramos enterado de todo lo que "en bien de la patria" hicieron los que pór decadas prometeron a cambio del sacrificio de los mexicanos, el bien para nuestro pueblo, Es una verdad completa la que nos llevo como un reflejo de supervivencia a evitar la catastrofe, Que hubiera pasado? Estariamos tranquilos y en paz viendo como asestaban el golpe final a Pemex y a la CFE para nuevamente invadirnos de extranjeros a que nos avasallaran en pleno siglo XXl? O estaria el pueblo en llamas y tapizado de muertos por defender nuestra soberania?

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