De Norte a Sur Nacional

¿Cómo entender la crisis del agua que estamos viviendo?

Raúl González


raulraulgonzal1

1 abril, 2021 @ 6:43 pm

¿Cómo entender la crisis del agua que estamos viviendo?

Se acabó el tiempo. En la era pospandemia uno de los desafíos prioritarios es encontrar respuestas a la crisis del agua, de la que tanto se alertó, y que estamos padeciendo actualmente. ¿Qué la aceleró? ¿Cuáles han sido las respuestas gubernamentales? ¿Cómo se está desarrollando? ¿Qué escenario nos espera?*

La temperatura en aumento. El agua en descenso.

A nivel mundial, el 2020 fue el segundo año más caluroso desde 1880. Según estudios del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el aumento de la temperatura es desigual, concentrándose mayormente en el hemisferio norte, por lo que tiene un mayor impacto en México. En lo que va de este 2021, la temperatura sigue al alza. Mientras esto sucede, la crisis por el control, suministro y distribución del agua se agudiza cada vez más.

Resultado del calentamiento global, el fenómeno anterior, trae consigo una serie de anomalías como sequías generalizadas e incendios forestales, acerca de las primeras, se sabe que, en diferentes regiones del país, por ejemplo, San Luis Potosí en 2020, registró su año más seco, mientras que Hidalgo y la ciudad de México padecieron lo mismo por tercera y cuarta ocasión, respectivamente. La disminución en las precipitaciones no solamente afecta al campo, ya que también impide un abastecimiento óptimo de infraestructuras estratégicas para la distribución del líquido vital, como lo es el Sistema Cutzamala.

Infraestructura rebasada

Durante la sesión ordinaria del Comité Nacional de Grandes Presas, encabezada por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), a la cual le dio seguimiento ADN 40, se retomaron las declaraciones de Víctor Bourguett, Director General del Organismo de Cuencas y Aguas del Valle de México (OCAVM), el cual afirmó que el Cutzamala “ya está en sequía severa, con un 75% de este problema, estamos por debajo de la curva índice”.

Pero los problemas no terminan aquí. Recordemos que dicho sistema hídrico, abastecido por el río michoacano del que adoptó su nombre, fue creado en 1976 y sucesivamente mejorado a lo largo de tres fases, como respuesta a la escasez de agua que empezó a presentarse durante la segunda mitad del siglo XX, sin embargo, únicamente aporta el 25% del total de agua que se utiliza en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM). Por lo que los diferentes sistemas instrumentados a lo largo del tiempo, no solo fueron rebasados por el aumento de la población, sino que también resultaron obsoletos frente al desgaste cada vez mayor de las fuentes hidrológicas locales, así como del subsuelo, lo que a su vez requirió implementar soluciones de fuentes más alejadas de la capital mexicana. Queda pendiente para una entrada posterior, un recorrido histórico que documente este proceso.

Fuente: 24 Horas

Aproximación al fenómeno: una propuesta de análisis

Para comprender aquello que varios académicos y publicaciones especializadas han nombrado “crisis hídrica”, debemos tomar en cuenta tres niveles de análisis; local, regional y nacional. En el que cada uno se encuentra concatenado al que precede en magnitud. Esta mirada de lo particular a lo general, nos ofrece un conjunto de variables y factores que cambian o se mantienen a medida que avanzamos en un panorama más completo. Empero, la política y la economía son dos ramas que se mantienen presentes y provocan repercusiones de diferentes grados.

En resumen, de lo que se trata es de ampliar la visión particular que tenemos de este fenómeno, para poder ir ensanchando el horizonte de perspectivas. Así, la escasez del líquido vital en nuestra colonia responde a una configuración metropolitana, y esta a su vez del escenario nacional. Enfocando con mayor precisión la multiplicidad de casos, antecedentes y componentes. Citemos el caso de California.

El líquido vital como objeto de especulación financiera

Hacia el ocaso del 2020, una noticia se viralizó rápidamente por la gravedad de sus consecuencias: “El agua cotiza en Wall Street”, rezaban los titulares que dieron mucho de qué hablar en su momento, pero de los que poco o nada se abundó en las características de ese proceso. Para ser exactos, lo que no se dijo en aquellas semanas, fue que la incursión del agua en el mercado financiero, respondió a las particularidades de California, en el que su uso agrícola e industrial propició que se decidiera regular su precio o cotización, en el marco de la oferta y la demanda.

Un tema cada vez más apremiante para la academia

Entre finales del siglo pasado y principios del actual, las diversas implicaciones derivadas de la falta de agua, comenzaron a posicionarse como un tema central en el medio académico. De ahí que buena parte de las publicaciones sobre esta temática se hayan impreso en los primeros años del 2000. Entre las que destaca “¿Guerra por el agua en el Valle de México?” de Manuel Perló Cohen y Arsenio Ernesto González Reynoso, editadas por el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad, de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Según este libro, la escasez del agua puede detonar conflictos armados, tendientes a hacerse del control del líquido vital. En este mismo orden de ideas, el Departamento de Estado, del gobierno norteamericano, califica la falta de agua como un “multiplicador de amenazas”, asociado al estallido de disturbios y potenciales amenazas a la seguridad nacional. Como vemos, una línea de investigación más dentro de este vasto y complejo problema.

*Por la amplitud del tema, este texto es apenas un esbozo de lo que en próximos artículos se abordará con mayor detalle.

Fuente: La Prensa

 

Raúl González

Comentócrata, amante de la historia, bibliófilo por vocación, universitario por decisión.