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Odio, prejuicios y desprecio: contenido del nuevo libro de Roger Bartra


miguelmg28

29 marzo, 2021 @ 3:52 pm

Odio, prejuicios y desprecio: contenido del nuevo libro de Roger Bartra

En lo que va del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, una buena cantidad de libros se han publicado con el fin de analizar, estudiar y dar sentido a lo que es conocido como el proyecto de la Cuarta Transformación. Con ellos, se ha buscado que elector dé cuenta de la importancia y el significado que tiene la llegada de un líder político y social de izquierda después de una larga espera después de que, hasta el año 2000, con la llamada “alternancia”, un único partido gobernó a este país. Algunos de estos libros, desde una perspectiva teórica e histórica, llevan de la mano al lector con el fin de que identifique las distintas etapas del desarrollo político de nuestro país hasta la llegada de Morena y de López Obrador en 2018. Sólo para nombrar algunos, podemos enlistar el texto de Lorenzo Meyer El poder vacío: el agotamiento de un régimen sin legitimidad, publicado en 2019; el texto AMLO en el poder: la hegemonía política y el desarrollo económico del nuevo régimen,  del doctor en economía Víctor López-Villafañe, publicado en 2020; y el texto del historiador Carlos Illades titulado Vuelta a la izquierda: la cuarta transformación en México, del despotismo oligárquico a la tiranía de la mayoría, publicado también en 2020.

Portada de El regreso a la jaula, de Roger Bartra.

Resultaría fantasioso creer que todos los libros publicados –y los que están por publicarse durante el sexenio de Andrés Manuel– serán textos de gran relevancia histórica, teórica, política y académica. Si bien es cierto que no todos los libros deben guardar un orden riguroso de ideas, un análisis serio de la coyuntura o una mirada diferente que invite al lector a reflexionar y cuestionarse su postura política y electoral, quizá es lo mínimo que se esperaría de textos que circulan nacionalmente y son publicados por sellos editoriales importantes como Debate o Planeta y que, además, cuentan con todo el apoyo mediático para que el autor sea entrevistado y presente su libro. Es en este punto donde comenzaré a hablar de un texto de reciente circulación llamado Regreso a la jaula: el fracaso de López Obrador, del antropólogo, sociólogo y académico Roger Bartra.

El más reciente libro de Bartra tiene pocos días de haber sido publicado, por lo cual es posible encontrar en la red un importante número de entrevistas, artículos y opiniones que ha dado el autor respecto a su obra. Con esta gira mediática, da a conocer cuál fue el objetivo de publicar el texto en 2021 (recordemos que en política no hay casualidades y, si acaso las hay, resulta curioso que el texto sea publicado a pocos meses de las elecciones del 6 de junio del presente año).

Regreso a la jaula… de su melancolía

El título de su libro hace referencia a otro texto de su autoría publicado hace más de 30 años llamado La Jaula de la melancolía: identidad y metamorfosis del mexicano. Sin detenernos en aquel texto del pasado, es fácil identificar que el autor tiene un interés por la palabra “melancolía”, la cual el diccionario la define como un sentimiento y estado anímico sosegado y de tristeza. La palabra cobra relevancia cuando el lector comienza a adentrarse más en el texto y reconoce que el autor, desde el prólogo, está dispuesto a criticar cualquier actitud, estilo de gobernar, decisiones, formas y modos del presidente. No puede ser de otra manera si lo primero que se lee es “En México están volviendo a soplar con fuerza los viejos vientos del nacionalismo autoritario”, o “En 2018 se produjo un extraño regreso a la jaula con el triunfo de un movimiento populista de signo reaccionario”.

En cada una de las páginas el autor dirige críticas directas hacia López Obrador y me atrevería a decir –y cualquier lector que preste un poco de atención puede constatarlo– que son más las críticas y las páginas dirigidas hacia el presidente como persona, que hacia el proyecto de transformación que encabeza. Evidentemente todo el libro es una compilación de las críticas más comunes que se le hacen a la administración actual: el mal manejo de la pandemia, la inseguridad y la violencia que no disminuyen, el PIB que no aumenta y la pobreza que no cede ni un poco; sin embargo, el autor va un paso más allá y constantemente nos recuerda que el presidente es un “populista”, “un autoritario”, “un reaccionario” y, por qué no, un líder simplón que hace uso del tartamudeo retórico y mental: “Por ello resulta que la inteligencia de un líder como Ricardo Anaya es vista como un fenómeno frío e insustancial aplastado por la simpleza del tartamudeo retórico y mental de Obrador, debido a que supuestamente hay en este último un calor emocional seductor”, (p. 43).

 

Imagen: el financiero.com

El autor, en la primera parte del libro, recopila una conversación que tiene Andrés Manuel con el historiador Enrique Semo, en Palacio Nacional, en octubre de 2019. Entre otras cosas, en la conversación sale el nombre de Roger Bartra, por lo cual, como ya es costumbre y sabido por quienes sigan constantemente las mañaneras, el presidente se refirió al autor del libro como “intelectual orgánico”, conservador y lo señaló como alguien que ha perdido la brújula política de izquierda. Nada alejado de la realidad, puesto que Roger Bartra, constantemente, adula a Ricardo Anaya, como se mostró en la cita anterior, pero además tiene la osadía de afirmar, páginas más atrás, lo siguiente: “Ahora observamos un extraño fenómeno: tanto el PRI como Morena se corren a la derecha, mientras que el PAN se mueve ligeramente hacia la izquierda” (p. 23).

Utilizar el adjetivo “ligeramente” deja abierto el abanico de posibilidades, porque qué tan ligeramente de izquierda podría ser Diego Fernández de Cevallos, Marko Cortés, Lilly Téllez o el propio Ricardo Anaya, quien critica el “populismo de López Obrador” y lo acusa de tener ideas viejas (pero él ha decidido turistear por el país y recorrer algunos municipios al mismo estilo de Andrés Manuel López Obrador). Quizá para Bartra este “populismo” de Anaya no le parezca dañino ni caduco porque, como ya hemos visto, está claro que es un adulador del Anayismo por sus formas y modos más “propios”, contrariamente a Obrador, quien, para el autor, no es más que un “bufón”, un “irracional”, “un merolico” (p. 86), y “un pelado cantinflesco” (p. 174).

Y es que para el académico las formas y los modos importan. Para él, un presidente “presidenciable”, es alguien con la formalidad que caracterizaba a Peña Nieto en sus formas de hablar, como un verdadero tecnócrata –aunque, los múltiples videos que circulan en la red desnudaron su verdadera torpeza–; o el estilo de Salinas de Gortari, quien era capaz de darle la vuelta a las preguntas de los periodistas utilizando un lenguaje rebuscado para parecer intelectual. Para Roger Bartra eso es lo importante en la figura de un presidente. Por el contrario, todo lo que hace el actual presidente es, por decir lo menos, ridículo y digno de burla: “La irracionalidad y las bufonadas aparecieron desde el primer día en que López Obrador tomó posesión del cargo de presidente. El 1 de diciembre de 2018, después de dar un insulso discurso en el Congreso donde reafirmó los tópicos que incansablemente ha repetido durante años, tuvo la ocurrencia de participar en una ceremonia en el Zócalo organizada por sus seguidores para que los “pueblos originarios” le entregaran el bastón de mando. Fue uno de los actos más ridículos y artificiales que yo haya visto, que me recordó la cursilería indigenista de Echeverría y López Portillo. Pero ahora el kitsch llegó a un extremo casi sublime. En la ceremonia, más serio que el retrato de un prócer de la patria, el presidente fue purificado mediante rituales seudomágicos y seudoreligiosos. Fue la representación solemne y artificiosa del más barato indigenismo…” (p. 86).

Imagen: internet.

En este punto, cualquier lector que sea un usuario medianamente constante en Twitter, podrá creer que tiene enfrente un tweet del dizque historiador Francisco Martin Moreno, o uno de Javier Lozano Alarcón, reconocido más por sus arrebatados mensajes de odio hacia lo que sea que huela a Morena o la 4T, que por haber sido secretario del Trabajo y Previsión Social durante el gobierno de Felipe Calderón. Sorpresivamente no es así, porque el lector se dará cuenta que se encuentra frente a un texto de un reconocido académico con múltiples publicaciones y participaciones en universidades del extranjero. Además, por si acaso en algún momento se llega a dudar de la autoridad moral que cobijan las críticas del autor hacia la actual administración, él nos recuerda por qué sus opiniones deben ser escuchadas y tomadas en cuenta: “Por ello, con frecuencia los políticos procuran no meterse con los intelectuales, a menos que sea para tratar de domesticarlos o comprarlos. Los intelectuales son un grupo influyente en eso que los políticos llaman, a veces con desprecio y otras con temor, el círculo rojo. Este círculo está integrado por gente informada, lectora, educada, curiosa, y por periodistas o columnistas que cotidianamente tratan de modular la opinión pública” (p. 111).

Esta gente “educada”, “lectora” e “informada” –que por supuesto para el autor no son quienes votaron por Morena y López Obrador–, podría ser Héctor Aguilar Camín, a quien en 2020 se le vio llamar al presidente “pendejo y petulante”. El autor no hace mención de ello, pero resulta curioso cómo marca una clara línea entre quiénes son los votantes de Morena y del actual presidente, frente a los “otros” que, según él, son quienes hacen una votación porque se informaron, porque leyeron y porque están perfectamente conscientes de aquello que es positivo y benéfico para el país.

¿Desde dónde se hace la crítica?

No sorprende encontrar en el texto frases como “Creo que con toda razón sospeché que las elecciones marcarían el momento en el que a México se lo llevaría la chingada” (p. 33) o capítulos titulados como “Gansadas” o “Desmadrando el gobierno”, porque es claro que el autor no está dispuesto a realizar una crítica con argumentos que descoloquen a cualquier simpatizante de la cuarta transformación, militante del partido o al mismo presidente de México. El autor está totalmente anclado en su pensamiento y su modo de ver el actual proyecto de transformación del país, de tal manera que se vuelve complicado poder dialogar con Bartra si desde la primera página hace referencia a un gobierno autoritario, antidemocrático, populista y reaccionario. El problema, a mi juicio, no es que el autor manifieste con toda libertad lo que piensa, lo que cree y lo que opina, sino que lo hace desde una autoridad “intelectual” que él cree tener, además de una supuesta distancia de los hechos que le permite ver lo que nadie más ve, de captar aquello que los demás no captan y de entender aquello que los demás no entienden. Por supuesto que esos “demás”, es decir, esos “otros”, son la “masa embelesada” que se ha dejado seducir por los cantos de sirena del líder populista.

Su concepto tan vago de populismo, que utiliza una y otra vez, no tiene mayor sustento teórico que aquello de lo que se dice, en redes, sobre el populismo. El autor ni siquiera presta atención en los detalles de este concepto y deja de lado lo planteado por grandes autoras y pensadores como Chantal Mouffe o Luciana Cadahia, quienes hacen del concepto un uso más amable, pensado en un momento coyuntural clave para distintos países de Latinoamérica, en donde diferentes líderes políticos trataron de descolocar, en mayor o menor grado, las políticas neoliberales. Bartra en ningún momento del libro cita o sustenta su concepción de populismo, de tal manera que las únicas referencias que se hallan en el texto son las que él mismo ha dicho en años pasados. Pero dejando de lado ese aspecto, es importante reflexionar en torno a un punto: ¿desde dónde hace la crítica el académico?

Imagen: reporteindigo.com

Los argumentos, las opiniones y los dichos de cualquier individuo, no son expresiones que se realicen en el aire. Las opiniones no son nubes que se encuentran en el aire vagando sin un rumbo fijo. Las opiniones son dichas por personas, es decir, por gente de carne y hueso posicionados en un momento histórico, cultural y coyuntural en específico. A lo que quiero llegar es a lo siguiente: las constantes opiniones expresadas por el señor Bartra respecto a que los apoyos económicos que se le dan a una madre soltera, a una mujer embarazada, a un campesino o a un joven estudiante, no son más que “dádivas” y “apoyos clientelares”. Estas críticas resultan, por decir lo menos, curiosas viniendo de un académico que gana 130 mil pesos al mes según indica el portal de transparencia universitaria de la UNAM. Él podrá argumentar con toda razón que es un dinero bien habido producto de su esfuerzo y empeño tras haber dedicado tantos años a la vida académica, sin embargo, nuevamente se esperaría un poco más de empatía y de reconocimiento al esfuerzo que hace el actual gobierno por hacer llegar un monto que es muchísimo menor del que recibe mensualmente el autor del libro.

El problema no es que para el autor cada política pública, cada iniciativa o cada reforma propuesta por el actual presidente e impulsada por Morena, no sea más que “populismo”, “clientelismo” o “dádivas” con miras en el apoyo electoral de 2021 o 2024. No. El problema es que para el autor todo lo que haga este gobierno está mal y no es más que una “bufonada” que pone en peligro la supuesta estabilidad heredada por los gobiernos anteriores. Roger Bartra, desde una posición de “izquierda elitista” o “izquierda ilustrada”, desde la comodidad de su oficina, cree tener la autoridad moral de aleccionar a la “masa” para que vote de manera bien pensada, de forma crítica e ilustrada, es decir, que esa masa no se deje engañar por los cantos de sirena del líder populista. En un principio, el voto bien pensado e informado sería síntoma de cualquier democracia medianamente bien consolidada, sin embargo, para el autor el voto hacia Morena es símbolo de estupidez y debería ser corregida para 2021 y 2024: “En la vida real se mezclan, a veces de manera insólita, la inteligencia y la estupidez de los electores. En 2018 yo no podía creer que hubiese una masa tan grande de electores que escogiese la opción menos inteligente. Por eso creía, equivocadamente, que el triunfo de López Obrador era difícil, aunque reconocía que era posible” (p. 37).

La brújula moral desviada de Roger Bartra

Como el lector puede constatar, el libro es una reunión de lugares comunes, frustraciones y muestras claras de desprecio hacia un partido y un presidente. Con todos los méritos académicos con los que cuenta Roger Bartra, se esperaba una lectura inteligente de la coyuntura actual y del momento histórico que se vive en el país. Para él la llegada de Morena y de López Obrador no es más que un síntoma de una democracia frágil y de unos electores llenos de hartazgo que no pensaron de manera correcta su voto. El autor, desde hace años, junto con otros de sus colegas a los que también le gusta llamar “intelectuales”, han dejado ver sus posturas respecto a las elecciones que se avecinan en 2021, invitando a la población a que “razone” su voto y a que armen un bloque opositor en contra de Morena con tal de que este partido no tenga mayorías en el Congreso.

Imagen: internet.

Así, para el académico lo importante es “recuperar” esa democracia perdida que se desvaneció en 2018 por culpa de los 30 millones de “estúpidos” que votaron por Morena, de modo tal que, a costa de recuperar lo perdido, aprovecha en su libro para pedir nuevamente a sus lectores a que voten por una alternativa, es decir, que voten por VamosXMéxico o por el PRI, PAN y PRD, que es lo mismo. Es por esta razón que el libro debe ser leído más como un panfleto –quizá hecho por encargo–, que como un texto teórico desde la pluma de un destacado académico.

Invito a que cada lector saque sus propias conclusiones y reflexiones. Que no se olvide: aquellos que en el pasado lucharon por causas justas y fueron grandes referentes de izquierda, hoy pueden tener la brújula moral e ideológica desviada, como hizo bien en afirmar López Obrador en aquella entrevista en donde alude a Roger Bartra; aquellos que en el pasado se autonombraron con mucho orgullo como gente de izquierda, hoy prefieren vender sus principios con tal de mantener las formas y no cambiar el fondo del asunto. Que sean bienvenidas las críticas desde cualquier trinchera, pero que esa trinchera sea visible para saber desde dónde vienen los argumentos, porque estos nunca suceden en el vacío.

Licenciado en Psicología Social y estudiante de Ciencia Política. Ambos por la UAM Iztapalapa.

3 comentarios
  1. Ezequiel Juarez

    Lamentable el libro de Roger Bartra, perdió la brújula de su formación académica de un intelectual de izquierda a un intelectual groseramente de derecha. Ahora resulta que ligeramente los prianistas que hundieron a México son de izquierda. Qué le pasó a este académico. No hace una revisión crítica de la 4T, sino de la investidura de Looez Obrador, como si el mismo va a encarnar por siempre la silla presidencial, Lopez Obrador se va en 2024 y llegará otro, si gana morena, y continuará con el proyecto de la 4T. Más bien yo diría, que este barra se sumo al linchamiento al líder de la 4T, pasando a formar parte esos intelectuales orgánicos de la derecha corrupta. Que extraño viraje de este académico.

  2. Esteicy

    "... Contrariamente a Obrador, quien, para el autor, no es más que un “bufón”, un “irracional”, “un merolico” (p. 86), y “un pelado cantinflesco” (p. 174)", y lo es, ¿cuál es el revuelo? Que los otros no son mucho mejores, es indudable, pero igualmente innegable es el hecho de que Obrador es el peor a la fecha, y con lo que teníamos antes, eso es decir mucho.

  3. hector m barrera

    Me gustan tus comentarios, espero leer el pasquin ese a que haces referencia. saludos

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