Expropiar Cinemex y relanzar la cultura en la 4T
Suena descabellado, impensable, la 4T no expropia empresas; AMLO no es Chávez. Pero pensémoslo un momento, el programa cultural del gobierno de AMLO es un desastre. La gestión de la cultura está marcada por la mediocridad, la continuidad de las medidas neoliberales, el desprecio por los trabajadores de la cultura, los recortes, y un discurso ramplón que no consolida ni ideología, ni pluralidad.
Si AMLO en verdad pretende transformaciones de raíz, debe cambiar los paradigmas neoliberales de producción y distribución cultural. La falta de un cambio cultural de fondo termina confundiendo a los votantes, se diluye el proyecto y sólo queda el asistencialismo; eso garantiza el regreso de las derechas. Sucedió en Brasil, Argentina, Bolivia y Ecuador. Toda transformación necesita de una decidida política cultural, ya no hablemos de revolución.
¿Por qué no aprovechar el momento de oportunidad? Finalmente los dueños de Cinemex son beneficiarios directos del entreguismo cultural del neoliberalismo. Las cadenas cinematográficas nunca mostraron interés genuino en la cultura, todos vimos cómo empobrecieron la cartelera.
Los cientos de cines podrían convertirse en faros culturales, no solo en cines, sino en espacios de producción digital. México es un potente mercado de contenidos digitales, la cultura mexicana tiene el potencial de ser una industria sustentable. El sistema de mecenazgos neoliberal debe terminar y abrir paso a un circuito vigoroso de producción, distribución y exhibición.
Las cadenas Cinemex son un espacio ideal para abrir un nuevo frente. Sí, que las rescaten vía expropiación, no necesitamos 10 salas consagradas al estreno norteamericano del verano. Necesitamos miles de jóvenes produciendo series, contenido. Si AMLO entiende el peligroso poder que detentan los dueños de las plataformas digitales (Facebook, Twitter) que se lo tome enserio. En la cadena Cinemex hay condiciones para montar toda una industria de producción digital.
Fin de la fantasía, Andrés Manuel tiene los ojos puestos en otras industrias, somos los creadores y gestores quienes debemos lanzar las ideas que rompan paradigmas. Llenar formatos de becas y esperar que no desaparezcan las migajas no le hace honor a la potencia cultural que es México.
