Gato con Lentes Nacional

Las mañaneras sí son necesarias: respuesta a Poniatowska

Leopoldo Lezama


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20 enero, 2021 @ 5:09 pm

Las mañaneras sí son necesarias: respuesta a Poniatowska

El pasado lunes 18 de enero el nombre de Elena Poniatowska fue tendencia a lo largo del día, debido a unas declaraciones que dio al portal Índice político, en las cuales, la veterana periodista externó su sentir en cuanto a las conferencias matutinas del presidente Andrés Manuel López Obrador: “Es un exceso del presidente López Obrador con tantas mañaneras, es un abuso del poder presidencial obligar a periodistas a que vayan todas las madrugadas a hacer preguntas a modo”.

Poniatowska no especifica si el exceso del presidente consiste en la cantidad, en la utilización de tiempo oficial, o si sencillamente se le hacen demasiadas apariciones públicas. Se sabe que los recursos que utiliza la actual administración para promoción del gobierno es sustancialmente menor a la de anteriores: 3 mil, 245 millones de pesos en su primer año, frente a los 9mil, 632 millones que gastó Peña Nieto en el mismo periodo.

No cuestan nada

El tiempo que se utiliza en televisión y en redes sociales no viola ninguna ley de radio y comunicación, ni resulta ofensiva para el erario. Es decir, las mañaneras no generan gastos extra al gobierno, según informa el folio 0210000249819 del portal de Transparencia de la Presidencia de la República, donde abunda sobre los recursos utilizados para la realización de las conferencias: “Debido a que para su organización y transmisión se recurre a los recursos humanos adscritos a la Oficina de la Presidencia de la República y se hace uso del mobiliario utilizado forma parte del patrimonio de la oficina”.

No son obligatorias para los periodistas, ni a modo del Presidente

Tampoco se “obliga” a ningún periodista a acudir a las conferencias (bastante información hay de cómo se accede a ellas y cuál es la mecánica), y mucho menos se les exige a los reporteros hacer “preguntas a modo”. Haciendo un análisis muy básico de las preguntas de los reporteros al presidente, se puede inferir que la mayor parte de los cuestionamientos son incómodos (abundan las calumnias), pues llevan la agenda de sus propios medios (que, como sabemos, por lo general son contrarios a la 4T).

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Imagen: unotv.com

Elena Poniatowska tiene su opinión muy respetable, pero desconoce (o tergiversa) la realidad de lo que denuncia. Añade la autora de La noche de Tlatelolco: “Las mañaneras son innecesarias y hasta contraproducentes. Señor Presidente, ya párele a las mañaneras porque han provocado un hartazgo y nos tienen a todos al borde de la irritación y confrontación nacional”.

Pasando por alto el hartazgo que pueda sentir la narradora (habríamos que investigar si los programas informativos que aparecen a diario también provocan ese hastío en nuestra escritora; sobre todo cuando ella misma afirma que es una “fanática del noticiero de Carmen Aristegui”), me concentraré en dos cuestiones fundamentales: la supuesta responsabilidad de las mañaneras en cuanto a crear un ambiente de “confrontación”, y más importante aún, su propia pertinencia en la vida pública.

La confrontación nacional tiene su origen en la secular desigualdad

Primero, esa “confrontación nacional” de la que habla Poniatowska no se inició con las mañaneras, eso lleva décadas, y ha sido provocada por factores mayores como la desigualdad social, la impunidad atroz que se vive en el país derivada del matrimonio entre la ley y el poder económico; la falta de oportunidades de desarrollo, el abandono a grandes sectores de la población. De modo que achacarle a las mañaneras el ambiente de crispación nacional es desmedido.

Las mañaneras son necesarias

Ahora el problema sustantivo: la necesidad de las mañaneras. Por años, la información se concentró en los grandes medios de comunicación; los opositores al sistema contaban con el espacio que pocos medios podían darles. Durante sexenios, el Estado pudo imponer su agenda con el auxilio de los medios masivos. Por demás está recordar la célebre frase del Tigre, Emilio Azcárraga Milmo, cuando en 1982 se le preguntó por qué el PRI tenía tanto tiempo aire en Televisa, y éste contestó: “evidentemente somos soldados del presidente de la república”.

Estas palabras serían una máxima para los medios: el apoyo al sistema (no sólo al primer mandatario) sería absoluto, no se cuestionaría nada y se encubrirían los despojos y los abusos de autoridad. En el caso del actual presidente López Obrador, no es novedad que las grandes cadenas de comunicación se unieron para destruir su imagen en las dos contiendas presidenciales anteriores: en 2006 con particular agresividad, y en 2012, inflando la figura de un muy mediocre Enrique Peña Nieto.

Tampoco es novedad que en la actualidad los grandes medios no están con el presidente Obrador, porque no comparten su agenda social. En cambio, se han convertido en sus detractores, y más aún, en sus difamadores cotidianos, bloqueando información, tergiversando y boicoteando un proyecto naciente. No hay día en que el nuevo gobierno no reciba una calumnia de la prensa, los noticieros, las mesas de análisis, o las granjas de ciberhaters en redes sociales. Los medios masivos no están con el proyecto popular de AMLO, porque, como lo señaló el historiador Lorenzo Meyer, pertenecen a ese conjunto de “poderes mayores” que el presidente ha enfrentado.

Las mañanearas son incómodas pero para los “poderes fácticos”

Si sumamos el enorme espacio cotidiano que los emporios comunicativos dedican a desinformar sobre las actividades del gobierno, entonces cabe la pregunta, ¿tiene el presidente derecho a tener su propio espacio de réplica? Y más: ¿tiene la ciudadanía el derecho a estar enterada de los problemas del país? Esto es lo que está en disputa. No es cuestión de “hartazgo”, o de “abuso” o de “protagonismo”, como han señalado muchos detractores. La molestia se explica porque en las mañaneras todos los días se denuncia a esos poderes.

Son la otra narrativa de denuncia y defensa; de memoria colectiva

Las conferencias del presidente resultan incómodas porque además de ir al día con los avances del gobierno, exhiben la gran estructura corrupta que permea al orbe empresarial, a funcionarios, gobernadores, partidos políticos, órganos electorales, alianzas facciosas, contratos y tratos lesivos al erario público, y desde luego, a medios masivos. Más que emitir un boletín de prensa, las mañaneras hacen un diagnóstico necesario de la condición del país, y gracias a ellas hemos conocido a los responsables del deterioro de la vida económica, política y social de México. Gracias a las mañaneras se ha revelado el historial corrupto que va desde el huachicol, la evasión de impuestos de mega empresas, el problema del agua, la corrupción del INE y los reclusorios, la corrupción en los estados, y muchos etcéteras.

Además, las sesiones matutinas son un ejercicio de memoria que no les agrada a los nuevos “críticos” (los expresidentes, por ejemplo) que ocultan una larga cola que arrastra tragedias como el Fobaproa, las reformas estructurales o los fraudes electorales. Incluso, las mañaneras funcionan como un factor de autodepuración, porque abundan los señalamientos hacia la nueva administración.

No es autocomplacencia

Es insostenible decir que se trata de un ejercicio de autocomplacencia. Para resumir, las conferencias mañaneras son una fuente de información para una audiencia que está interesada en conocer la situación actual del país, y lo que es más importante: es la base para millones de ciudadanos que quieren romper el cerco informativo y construir un país más democrático. Se trata, en suma, del derecho a la información.

Curioso que piense lo contrario una gran escritora que ha apoyado las causas justas, y que ayudó a fijar en la memoria uno de los procesos que fincaron las bases del México democrático actual: el movimiento estudiantil de 1968.

Leopoldo Lezama

Editor y ensayista. Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la Facultad de Filosofía de la UNAM. Ha colaborado en diversos medios nacionales y extranjeros como Confabulario, Letralia, La Gaceta del Fondo de Cultura Económica, Sinembargo y Consideraciones. Actualmente dirige la revista electrónica Máquina.

12 comentarios
  1. Avatar

    Rosa María

    Estoy muy agradecida con nuestro Presidente Andrés Manuel López Obrador, por su MAÑANERA, NOS INSTRUYE, NOS INFORMA. NOS HEMOS ENTERADO DE TODAS LAS TRANZAS DE LA MAFIA PRIANISTA ‼️

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    Rosa María

    Estoy muy agradecida con nuestro Presidente Andrés Manuel López que nos transmite las OMAÑANERA, NOS INSTRUYE, NOS INFORMA. NOS HEMOS ENTERADO DE TODAS LAS TRANZAS DE LA MAFIA PRIANISTA ‼️

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    Juan perez

    Es una pena que Elenita, se enoje porque pidió 5 millones de peso anuales para su fundación, cuyo único fin, es administrar su biblioteca personal!!! Obviamente el gobierno de AMLO no le dio mi un peso al igual que no le dio ni un peso a ninguna otra fundación!!! Elenita ya no haga berrinche y dígale a su hijo que mejor se ponga a trabajar!!

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      Mario Guillen Espinosa

      Y 5´000,000.00 millones de pesos equivale a 416,666.67 pesos mensuales, entonces tiene mejor sueldo que el presidente? o lo reparte entre sus empleados, entonces cuantos son? En principio no lo creia posible y lo sigo creyendo; pero me gstaría oir una opnión mas sensata!

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    Berta

    El QUE ESTÁ SEÑORA ESTÉ HARTA DE LAS MAÑANAS, NO LE DA DERECHO A DECIR QUE ES UN HARTAZGO NACIONAL, NADIE LA OBLIGA A QUE LAS VEA, QUE SE CALLE Y DEJE DE LADRAT.

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      Edgar

      Aprendes mucho de las mañaneras de ANLO pero cuando son todos los días ya hay rutina y más si son temas pan con lo mismo o contradictorias. Ya hay un Hartazgo Nacional ✅

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        Luis

        Sabes la solución, si no te agradan no las veas; ocupa tu tiempo en otras cosas.

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    Elodio Mata

    pobre viejita

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    Martin

    Martin García

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    Pilar

    Las mañaneras son totalmente indispensable para que estemos informados de todo lo que sucede en nuestro país y se denuncien tanta corrupción qué hay .

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    Carlos Aguilar

    Claro que son necesarias las mañaneras, son un ejercicio de democracia, información, de dar cuentas al pueblo. Y lo mejor, no se paga nada a ningún medio eso es un ahorro para el pueblo.

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    Leticia Toscano

    Le negaron $$ para su " negocito" y ahora hace lo que toda la oposición TIRAR CACA. Encontró en México el modo de vivir y le cortan las uñas y "ya no le embona el chile" pues que le llegue.

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