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Disminuyen asaltos en la México-Texcoco después del video


29 agosto, 2020 @ 8:32 am

Disminuyen asaltos en la México-Texcoco después del video

Diego P. Alba @diegop_alba

La justicia por propia mano parece haberse convertido en una opción viable para muchos habitantes del Estado de México y la Ciudad de México. Hartos de la inseguridad e impotentes de no contar con un cambio en la mejora de la seguridad del transporte público, han decidido tomar cartas en el asunto por ellos mismos.

Las formas de impartir justicia, así como de castigar a los culpables de algún delito, han sido tema central en los modelos de gobierno de prácticamente todas las naciones modernas en el mundo. Existen diversas corrientes que buscan explicar y justificar los sistemas carcelarios y el uso de la fuerza como forma de control y justicia.

Es precisamente este último término el que ha vuelto a tomar relevancia últimamente, sobre  todo a la luz de los embates sufridos por la corrupción, impunidad, poca efectividad y manipulación mediática de los delitos cometidos en México.

El caso del ladrón de la combi

Interesante es la reflexión que podemos hacer a partir del suceso mediático que involucró a un ladrón grabado en video, quien intentaba perpetrar un asalto en el transporte público. Por circunstancias ajenas a él, el robo no resultó como esperaba y fue atrapado por los pasajeros dentro de la camioneta, los cuales, ante la rabia e impotencia que los invadía por el intento de robo, comenzaron a golpearlo a manera castigo.

El video de esta situación fue ampliamente difundido en redes sociales y los comentarios de satisfacción fueron los más expresados por los cibernautas. La idea de haber golpeado al ladrón alegraba y daba esperanzas de que por fin se había encontrado una manera de frenar la delincuencia de este tipo.

El ensalzamiento de la valentía y honor de los pasajeros involucrados en el suceso fue rotundo. La mayoría de la gente vio positivamente esta forma de “hacer justicia” ante la aparente pasividad de las autoridades correspondientes por resolver el problema de inseguridad.

El efecto social del video

Acontecimientos similares fueron capturados en videos a los pocos días de la viralización del primer video. El modelo en que los pasajeros sufrían el intento de robo y en el que sometían a los delincuentes era muy similar, fomentando una ola de “optimismo” que animaba a la población a actuar de la misma manera.

¿Los pasajeros estaban en su derecho de golpear al asaltante?

Si nos ceñimos a una definición clásica de la justicia, nos encontramos que puede ser entendida desde muchos aspectos: en lo moral, lo jurídico, lo filosófico. De una manera muy general podemos decir que la justicia es “dar a cada quien lo que merece”. Bajo esta definición, de una manera práctica y de acuerdo con la opinión pública, los pasajeros del transporte público tendrían el “derecho” de golpear a los asaltantes pues se consideraría que eso se merecía. Por el contrario, el que sus fechorías quedasen impunes iría en contra de lo aceptado como justo.

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Imagen: Nacion14.com

Bajó el número de robos en combis, después del video

En ese sentido, el castigo recibido se percibiría como adecuado y hasta eficiente, pues impide que el mismo delito sea cometido nuevamente por el miedo al castigo. Ello lo sabemos pues, según la información dada por los choferes, se registró una baja importante en los asaltos durante ya varias semanas en la ruta México-Texcoco (Fuente: El Universal).

Cuando la justicia se toma en propia mano

Lo anterior puede resultar válido en razón de la efectividad, pero peligroso en cuanto a lo variable que podría resultar el juicio moral para validar si alguien merece esa pena o no, incluso, si el castigo se considera proporcional al delito. Para ello, es que se crean instituciones públicas encargadas de prevenir, perseguir, enjuiciar y castigar el delito; idealmente, estas instituciones cuentan con códigos, leyes y reglamentos para garantizar la objetividad de sus acciones; desgraciadamente, el sistema judicial en México parece no dar los resultados que se esperan.

Las estrategias para combatir los ilícitos, aunadas a la inacción y corrupción de las autoridades en los juicios interpuestos en contra de los delincuentes, parecen deficientes. Además, la posible facilidad con la que los maleantes pueden evadir la justicia es un aliciente para seguir llevando a cabo estas actividades, aún después haber llevado un juicio o haber estado preso.

El linchamiento es una forma de castigo por propia mano, aunque eficiente, no resulta proporcional ni adecuada para el mantenimiento de un Estado de Derecho. La historia nos ha dado cuenta que el permitir el incremento de acciones de este tipo conllevan al aumento de la violencia en todas sus facetas, pudiendo generar mayores problemas a nivel nacional e internacional como el crimen organizado y la eventual pérdida del poder en diferentes zonas del país.

Espacio para nuestros colaboradores ocasionales, quienes amablemente nos comparten sus reflexiones. En la Revista Consideraciones caben todas las opiniones.