De Norte a Sur Nacional

Dos años de 4T: logros, claroscuros, lastres y prospectivas

Leopoldo Lezama


leopoldlezama

5 julio, 2020 @ 4:38 pm

Dos años de 4T: logros, claroscuros, lastres y prospectivas

Logros esenciales

Llega el mandato de Andrés Manuel López Obrador a su segundo año, marcado por los estragos de la pandemia que azotó al mundo desde los primeros días del presente 2020. Cualquier balance será relativo si tomamos en cuenta la parálisis económica de estos meses, los miles de empleos perdidos y las medidas tomadas para enfrentar la crisis sanitaria mundial más crítica desde la influenza de 1918. A la fecha, México rodea los 30 mil muertos y los 245 mil casos oficiales. El gobierno ha tenido que dedicar recursos y esfuerzos para contener la pandemia y aún así, el proyecto de transformación sigue adelante.

En medio de este problema sanitario, el gobierno mexicano ha conseguido un triunfo esencial para sentar las bases de un nuevo rumbo en la economía y el bienestar social: se trata de la aprobación en el Senado de los programas sociales como un derecho constitucional, dictamen consumado el pasado mes de marzo: pensión a adultos mayores de 68 años (en el caso de indígenas y afromexicanos a partir de los 65); sistema de becas a estudiantes de todos los niveles de educación pública (priorizando a los que viven en condiciones de pobreza); garantía de apoyo económico a personas con discapacidad permanente (priorizando a menores de edad, indígenas, afromexicanos y personas en situación de pobreza). La reforma más importante en estos momentos es la creación del sistema nacional de salud para quienes no cuentan con seguridad social, con la finalidad de garantizar “la extensión progresiva, cuantitativa y cualitativa de los servicios de salud para la atención integral y gratuita”. Esta demanda se cumple luego de décadas de exigir el derecho a la salud universal.

Imagen: presidente.gob.mx

La 4T en números

En síntesis: 8 millones de adultos mayores reciben pensión; 11 millones de estudiantes de bajos recursos de todos los niveles reciben becas; 1 millón de niños con discapacidad reciben apoyo económico; medio millón de jornaleros reciben un salario por trabajar la tierra; 700 mil jóvenes reciben un estímulo económico del programa Jóvenes Construyendo el Futuro; 2 millones y medio de campesinos y pescadores reciben beneficios económicos. En total, 600 mil millones han sido dedicados a los programas sociales. Esto explica la rabia de empresarios y políticos quienes recibían, a manos llenas, dinero del presupuesto público. Se proyecta que para finales del presente año, 70% de las familias mexicanas recibirán alguno o varios de estos programas. Con este conjunto de medidas se puede decir que la Cuarta Transformación ha sido congruente con su principio de llevar a la práctica un gobierno con orientación social y humanista. El adelanto de hasta tres meses de pensión a adultos mayores en el periodo más difícil de la pandemia, también es digno de mencionarse.

Imagen: gob.mx

Los proyectos prioritarios

A logros anteriores, como el programa Sembrando Vida y la creación de cien universidades públicas, debe sumarse el seguimiento de proyectos prioritarios como la rehabilitación de las seis refinerías que hay en el país y la construcción de una nueva en Dos Bocas, Paraíso, Tabasco (esto quiere decir que no se ha perdido el objetivo de ser autosuficientes en la producción de gasolinas y diesel). Lo mismo en el caso del Tren Maya (urge un empuje económico en las comunidades del sureste), el Corredor del Istmo de Tehuantepec y el Aeropuerto Felipe Ángeles. La recuperación de la producción petrolera, que arroja un estimado de un millón 753 mil barriles diarios y el aumento de las reservas probadas (172 millones de barriles, la más alta en una década), es importante para el futuro energético. Desde luego, estos números no podrían darse sin el combate al robo de combustible. Es justo subrayar otras tres acciones: no se permitieron más concesiones mineras y tampoco se permitió la utilización de semillas transgénicas y la práctica del fracking.

Imagen: jornada.com.mx

Impuestos y dinero

En materia fiscal, es de celebrarse el acuerdo que tuvo el gobierno en fechas recientes con grandes empresas para pagar impuestos atrasados: Walmart, Femsa, IBM y América Móvil aceptaron pagar de 30 mil millones de pesos en impuestos, lo que significa un ingreso importante a Hacienda; y lo más relevante, deja un precedente de que las grandes firmas pueden contribuir con el fisco sin entrar en disputas legales y chantajes.

El trabajo de la Unidad de Inteligencia Financiera, encabezada por Santiago Nieto, sigue marcando la pauta en el combate a la alta corrupción al cortar el flujo económico relacionado con el crimen organizado y con políticos corruptos. Solamente en el mes de marzo se anunció el congelamiento de 12 mil cuentas bancarias con un monto estimado en 52 millones de dólares. El dinero de este aseguramiento, se sabe, sería destinado a programas sociales.

El trabajo de Marcelo Ebrard en el manejo de la política exterior y el establecimiento de una relación de cooperación con Estados Unidos, ha sido favorable. La firma del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), es el avance más notable. Veremos en qué medida este acuerdo ayuda a impulsar el desarrollo económico, la inversión extranjera y la creación de empleo, como se tiene planeado. Sin embargo, es innegable que la relación entre ambos países es hoy mucho más equilibrada y digna para nuestro país.

Claroscuros de la 4T

El hueco más grande en el programa de la Cuarta Transformación se encuentra en lo concerniente a la procuración de justicia. Más allá de las cifras en torno al delito común o el combate al narcotráfico, es evidente que el trabajo del Fiscal General Alejandro Gertz Manero, de Ernestina Godoy, y de la propia secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, se ve insuficiente ante el tamaño de la tarea de renovar y sanear el complejo entramado relacionado con la cabal aplicación de la justicia. Este bajo desempeño se ha visto magnificado con los casos de mega corrupción, sobre todo los que involucran a personajes como Genaro García Luna. El que su juicio se esté llevando a cabo en Estados Unidos, no ha sido del todo bien visto por la sociedad mexicana, sin mencionar la poca o nula acción contra una buena cantidad de exgobernadores que defraudaron a sus estados. Ni hablar de los expresidentes Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, cuyas administraciones estuvieron plagadas de corrupción, y sobre cuyas cabezas no ha caído el peso de la ley. Los acuerdos con Estados Unidos en cuanto al efecto político que pudiera tener un posible juicio contra Felipe Calderón, no deja satisfecha a una ciudadanía que espera una mayor acción de la justicia contra la más alta corrupción. En el delicado tema de los feminicidios, la trata de personas, la pedofilia, también hace falta mucho trabajo.

Imagen: rompevientotv.com

Aunque el anuncio de la extradición de Emilio Lozoya y los avances en el caso Ayotzinapa por parte del Fiscal Gertz Manero, a pocos días de cumplirse dos años de gobierno, aminoraron las críticas. Es evidente su corto desempeño frente al trabajo de Santiago Nieto, por poner un ejemplo. Esto desde luego crea suspicacias, y no han faltado voces críticas, como la periodista Anabel Hernández, quien afirma que, parte de la vieja estructura corrupta relacionada con García Luna, permanece en puestos clave en la procuración de justicia de la 4T, y esa sería una de las razones por lo cual Gertz Manero no ha actuado con determinación. Incluso Omar García Harfuch, el jefe de Seguridad Pública de la Ciudad de México –quien el pasado mes de junio fue víctima de un atentado–, ha sido relacionado con el crimen organizado por periodistas como Ricardo Ravelo. Nada de esto es cosa menor si tomamos en cuenta que la instauración de un auténtico estado de derecho es uno de los propósitos fundamentales del nuevo gobierno.

También podría calificarse de “discreto” el papel de los organismos que componen el sistema de seguridad pública nacional y el Ejército, que apenas venían reponiéndose del revés que significó su actuación el pasado mes de octubre en Culiacán, y que dejó una mala impresión en amplios sectores de la población mexicana. Ahora bien, es cierto que se ha combatido el delito común y el crimen organizado, el flagelo del huachicol, y que temas como la tortura, la violación a derechos humanos, las detenciones y ejecuciones extrajudiciales han disminuido de manera sustancial;  cierto también que se ha avanzado en atención a víctimas de la violencia, sin embargo, esto se debe en buena parte a la coordinación, por parte de Presidencia de la República, con el trabajo de organismos como la Comisión Nacional de Derechos Humanos y el área de Derechos Humanos, Migración y Población, encabezadas por Rosario Piedra Ibarra y Alejandro Encinas, respectivamente. No obstante, también se debe reconocer que todos los delitos en general (robo, homicidio, secuestro), bajaron considerablemente en proporción al 2018, según arroja el segundo informe del primer mandatario.

Por su parte, el papel del Instituto Nacional de Migración ha sido decoroso, con buenos resultados, en torno a las caravanas de migrantes, pero su mayor reto vendrá a partir de los nuevos acuerdos económicos, políticos y migratorios que se tengan con Estados Unidos.

Lastres

Por otra parte, con las recientes diferencias del presidente con el Consejo Nacional para la Prevención de la Discriminación (Conapred), se descubrió la poca utilidad de instancias gubernamentales creadas en el sexenio de Vicente Fox, supuestamente para erradicar asuntos como la no discriminación o la transparencia en organismos públicos. También puso en la lente la necesidad de revisar las estructuras administrativas gubernamentales, muchas de las cuales consumen una buena cantidad de recursos sin ofrecer mayores resultados. En efecto, a pesar de la molestia de aquella parte de la burocracia aún acostumbrada a calentar los puestos públicos y saquear al erario, no cabe duda de que las políticas de austeridad en el gobierno han funcionado: 270 mil millones ahorrados solamente en compras y contratos de obras y servicios.

Imagen: lavisionweb.com

También es visible la poca cooperación que existe entre el presidente y gobernadores ajenos al proyecto que encabeza. Los casos más visibles son Guadalajara y Guanajuato. Enrique Alfaro no sólo ha sumado denuncias y señalamientos de corrupción en su contra, sino que evidenció su mano represora y su intransigencia en contra de grupos opositores a su gobierno con el asesinato del joven albañil Giovanni López. El caso de Diego Sinhué en Guanajuato es peor aún, pues ha permitido que la corrupción y el crimen organizado se apoderen de la estructura del gobierno. En ambos casos permanece la forma de narcogobierno, lastre de los tiempos calderonistas. Una batalla entre la Fiscalía General y las instancias de justicia locales se ve venir, ya que en muchos estados y municipios la impartición de justicia aún sirve a los intereses de la corrupción y el crimen organizado (casos como los de “El Mochomo” y “El Marro” son apenas una muestra de este grave problema). También ha habido diferencias importantes con el Instituto Nacional Electoral, ya que, como ha dicho en numerosas oportunidades el jefe del ejecutivo, no se permitirán más fraudes electorales. Y por supuesto, las diferencias se han acrecentados con los medios masivos allegados a viejos poderes.

Una brutal guerra mediática

No se había visto en México un ataque tan intenso y agresivo de los medios masivos en contra de un presidente de la república. No hay día en que, ya sea en la televisión, la radio, la prensa o las redes sociales, se suelte una serie de calumnias con el propósito de desestabilizar y golpear al gobierno de AMLO. No es exagerado cuando López Obrador afirmó que nunca un presidente había sido tan insultado; tampoco es una mentira cuando añadió que, a pesar de ello, no ha habido ningún tipo de censura. La ciudadanía ha podido constatar que no se viven las épocas de los noticieros oficiales, los miles de millones vertidos a medios para inflar la imagen del presidente, y lo que es más importante: no vivimos más la censura periodística. No son ya los tiempos de golpes a la prensa por criticar a la figura presidencial, o de quitar del micrófono a personajes incómodos al régimen, como sucedió en su momento con Carmen Aristegui y José Gutiérrez Vivó. Tampoco son blanco los periodistas de la persecución como en los tiempos duros del PRI y el PAN. Eso habla de un avance democrático en el diálogo público. Sin embargo, debe haber un mayor esfuerzo en la protección a periodistas, cuyo trabajo se vuelve suicida en regiones gobernadas por el narcotráfico.

En los meses y años siguientes se espera un incremento sin precedentes de los ataques hacia el gobierno y la base social que lo respalda.

Imagen: internet

Los cambios van

Pero los cambios caminan y poco a poco echan raíces. El eje sigue siendo desterrar la corrupción que hundió al país en décadas de explotación, miseria y despojo. El objetivo aún es establecer una vida pública guiada por la honestidad y la justicia. “Nada nos va a detener en el propósito de transformar a México por la vía pacífica, pero de manera rápida y profunda”, declaró el presidente en su discurso del primero de julio. Para diciembre del presente año, piensa, quedarán asentadas las bases del nuevo gobierno. Eso no lo sabemos: de lo que sí estamos seguros es que pese a este embate feroz de quienes ya no pueden seguir enriqueciéndose ilícitamente con los recursos del país, pese a que intentarán un boicot en los avances de las políticas sociales y en la creciente participación ciudadana, la Cuarta Transformación sigue adelante.

Imagen: presidente.gob.mx
Leopoldo Lezama

Editor y ensayista. Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la Facultad de Filosofía de la UNAM. Ha colaborado en diversos medios nacionales y extranjeros como Confabulario, Letralia, La Gaceta del Fondo de Cultura Económica, Sinembargo y Consideraciones. Actualmente dirige la revista electrónica Máquina.