¿Por qué y quién quiere matar a Omar García Harfuch?

Al despuntar el alba lo interceptaron, armados con rifles de asalto y granadas de fragmentación, le cerraron el paso a la altura de Lomas de Chapultepec, destrozaron el blindaje de su camioneta y mataron a sus escoltas. Se trató del atentado contra el jefe de la policía de la ciudad de México.

Los hechos

Hoy, a las 6:38 horas, un comando de sicarios a bordo de una camioneta de volteo, aparentemente de Grupo Carso, armados con el fusil más poderoso del mundo, un Barret M82, capaz de derribar helicópteros, atacaron la camioneta donde viajaba Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de la ciudad de México.

Este atentado debe ser interpretado como la primera y, quizás la única advertencia que el crimen organizado le hace al secretario. Su intención no fue asesinarlo. Su intención fue enviarle un mensaje contundente: deje de hacer su trabajo. Basta recordar que en los pocos meses que lleva al frente de la SSPC,  Harfuch ha asestado diferentes golpes contra organizaciones criminales, tales como el cártel La Unión Tepito, del que ha logrado detener a 25 de sus miembros.

Seguridad Nacional: una tradición familiar

Nieto del general Marcelino García Barragán, secretario de la Defensa Nacional durante el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), hijo de Javier García Paniagua y la actriz María Sorté, su padre fue titular de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) en los años más críticos de la guerra sucia. García Harfuch es un experimentado policía con una formación académica a nivel internacional.

Formación académica

Abogado por la Universidad Continental y licenciado en seguridad pública por la Universidad del Valle de México, García Harfuch posee estudios acreditados por la academia nacional del Buró Federal de Investigación (FBI) y por la Administración de Control de Drogas (DEA).  Inició su carrera pública en 2008, en la hoy extinta Policía Federal (PF), ocupando cargos que van desde jefe de división, hasta director de área, también fue el director de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), incorporada a la entonces Procuraduría General de la República (PGR).

¿Cómo podemos leer el atentado?

Pese a que se detuvieron a 12 presuntos responsables, y el secretario de seguridad atribuyó al Cártel  Jalisco Nueva Generación (CJNG), en estos casos jamás debemos dar por hecho nada. Todo apunta a que el contexto del país obliga a López Obrador a replantear su estrategia de seguridad y pacificación.

Por las características y el armamento utilizado en el ataque, es claro que además de amenazar al jefe de la policía, el crimen organizado desplegó su capacidad de fuego para intimidar, alardear y desafiar al Estado.

En plena pandemia, el gobierno de la 4T no ha cesado en sus tareas de combate al narcotráfico y las organizaciones criminales. Tan sólo el fin de semana pasado, Guanajuato vivió una oleada de violencia tras la detención de familiares ligados a miembros del cártel Santa Rosa de Lima.

Rara vez los criminales suelen amenazar a sus enemigos. Hoy se tomaron la molestia de hacerlo con Omar García Harfuch. Tal vez mañana no tenga tanta suerte. Es momento de que el Estado reafirme su posición, ¿lo hará este gobierno?