Ciberataques: una práctica infame que se vuelve peligrosa

Del mismo modo que un observador lejano contempla la punta de un iceberg, la gran mayoría de usuarios que navegamos en internet, desconocemos el profundo universo de la red.

Como si no fueran suficientes la violencia y ataques de los bots, periodistas, comunicadores, revistas y portales de noticias, son blanco de grupos que ven amenazados sus intereses con la publicación de información sensible. Con frecuencia, esta información se relaciona con cuestiones políticas. Ser o tener un portal informativo, en el 2020, representa potenciales ataques a la estabilidad de su presencia en la web.

Ciberataques contra la prensa digital independiente

Hace más de 24 horas, la revista Contralínea informó haber recibido un ciberataque a su página de internet y haber sido modificada la información que se presenta sobre su medio en Wikipedia. Mediante un artículo publicado en su página, declaró: “La página de esta revista ha sido objeto de intentos de hackeo, mientras que en Wikipedia un ‘editor anónimo’ sustituyó la referencia de que la publicación se basa en el periodismo de investigación por la palabra ‘encubrimiento’”.

Según Contralínea, el ciberataque se dio a dos días de haber publicado un reportaje sobre la corrupción en la Agencia de Noticias del Estado Mexicano (NOTIMEX), durante el sexenio pasado, y a un día del reportaje acerca de gastos onerosos en la administración de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), cuando Luis Raúl González Pérez era su titular.

Esta clase de agresiones contra el periodismo digital no pueden desvincularse del panorama violento al que se exponen muchos periodistas cuando llevan a cabo su trabajo. El asesinato es una de las consecuencias más comunes para muchos reporteros y comunicadores que, en el afán de denunciar hechos de corrupción, impunidad, o la actuación de grupos criminales, ponen en riesgo su vida y la de sus familiares. Baste decir que Anabel Hernández, tenaz periodista de investigación que ha evidenciado los nexos del gobierno calderonista con el narcotráfico, ha recibido más de una amenaza. Una de ellas incluyó la irrupción de un comando armado en su domicilio en el año 2013.

Otro medio, esta vez afín al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, también tuvo una embestida cibernética. Se trata del portal Sin Línea Mx, cuya cuenta de Facebook fue sacada de la red durante varias horas. Asimismo, decenas de cuentas de periodistas –en distintas redes sociales– son objetos de ataques cotidianos. Ya no solamente se trata de impedir la información, sino unas de las metas es amenazar y calumniar a las y los periodistas. Los casos van en escalada. La última agresión virulenta fue hacia Carmen Aristegui, quien debió salir a realizar varias aclaraciones sobre su trabajo y su vida personal. El aumento de la inquina se vuelve cada vez más peligrosa.

Incluso nosotros como Revista Consideraciones, hemos recibido ataques a nuestro sitio web. En días recientes nos hemos visto obligados a reforzar nuestra seguridad digital, pues han intentado tirar nuestro sitio.

Las instituciones bajo ataque

Empero, los periodistas no son el único blanco de hackers. Instituciones como Petróleos Mexicanos (PEMEX), también han registrado la vulneración de su sistema informático. Recordemos que, en noviembre del año pasado, la paraestatal denunció ante la Fiscalía General de la República (FGR), el hackeo a sus equipos de cómputo, y aunque no se tuvo conocimiento de la pérdida de información “sensible”, la División Científica de la Guardia Nacional tuvo que intervenir para realizar las indagaciones necesarias y tratar de dar conocer el origen del ataque.

La Secretaría de Economía (SE), también fue blanco de hackers. A finales de febrero, recibió ataques a sus sistemas informáticos, lo que provocó la interrupción de los trámites que brindan en línea. Por esta razón, la Secretaría tuvo que aislar sus redes y servidores.

Estos son apenas unos cuantos ejemplos de las más recientes agresiones contra medios de comunicación e instituciones gubernamentales. Es claro que mientras se destapen escándalos de grupos de poder, siempre habrá intentos por censurar y coartar la libertad de expresión, incluso, así sea privando de la vida a periodistas. También es claro que sólo unos cuantos dominan el funcionamiento de las profundidades de Internet la cual, día tras día, da pasos agigantados en su intento por mejorar la conectividad de las personas, aunque muchas veces eso implique el fin de su privacidad.