De Norte a Sur

La “militarización” del país: ¿una derrota para AMLO?

Raúl González


raulraulgonzal1

17 mayo, 2020 @ 8:11 pm

La “militarización” del país: ¿una derrota para AMLO?

“Nosotros no vamos apagar el fuego con fuego”, expresaba AMLO cuando se le cuestionaba su estrategia de seguridad. Su declaración fue un claro intento por distinguirse de los gobiernos pasados. No obstante, el ejército ha sido el protagonista de su sexenio. Incluso, permanecerá 4 años más en las calles.

Los soldados se quedan

Hasta el 27 de marzo del 2024, el Ejército y la Marina participarán en tareas de seguridad ciudadana. Publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), la semana pasada se emitió un acuerdo presidencial: por el que se dispone de la Fuerza Armada permanente para llevar a cabo tareas de seguridad pública de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada, subordinada y complementaria.

Aunque el gobierno federal ha mencionado que las tareas de las fuerzas castrenses serán complementarias, bajo la “estricta observancia” y respeto a los derechos humanos, además de estar a cargo de la Guardia Nacional, en lo que esta última termina de desarrollar su infraestructura y desplegarse operativamente, la realidad parece completamente diferente.

Militares: los consentidos de AMLO

No solamente porque el ejecutivo federal ha privilegiado la participación de las fuerzas armadas en tareas que rayan en el exceso, por ejemplo, utilizar al ejército para construir el futuro y polémico Aeropuerto de Texcoco, sino también, porque son una vital línea de auxilio a hospitales públicos, durante la actual pandemia por COVID-19.

¿Pueblo uniformado?

Pese a que Andrés Manuel ha intentado presentar a las fuerzas armadas como pueblo uniformado, y si bien los medios de comunicación siempre se han sumado a esta construcción narrativa, las múltiples violaciones del ejército a los derechos humanos son más que patentes; mujeres violadas, civiles torturados, pruebas fabricadas, impunidad oficial amparada en tribunales militares, además de los constantes señalamientos por desaparición forzada, son algunos de los históricos delitos cometidos por las fuerzas armadas. No, ellos no están para cuidar a la sociedad, ellos siguen órdenes del estado, protegen sus intereses mientras sean favorecidos. Son un poder fáctico.

En 2016, Ana Lilia Pérez publicó Verdugos: Asesinatos brutales y otras historias secretas de militares. Investigación periodística donde recopiló diferentes historias y testimonios que retratan el rostro más crudo del ejército. Hoy más que nunca, la lectura de dicha investigación, es imprescindible para comprender el funcionamiento de la milicia mexicana en las últimas décadas.

Fuerte: Urbeconomica

El pasado incómodo del ejército

De Tlatelolco a Ayotzinapa, los crímenes de lesa humanidad perpetrados por integrantes de las fuerzas armadas, siguen siendo una herida abierta en la memoria colectiva de los mexicanos. Es el mismo ejército que no logró combatir al narcotráfico, porque mientras aparentaba combatirlo, lo encubría, en algunos casos hasta lo entrena.

Por donde se vea, emplear a los militares como policías, es un error. Contradice la posición inicial que sostenía López Obrador en su propuesta de seguridad nacional. Es clara la presión por pacificar el país y abatir la delincuencia organizada, sobre todo cuando el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Alfonso Durazo, ha prometido que los planes en materia de seguridad darán resultados a finales de este año. Y aunque todo parece indicar que no será así, la maquinaria gubernamental opera a marchas forzadas para conseguir resultados.

¿Es un error continuar con la estrategia de seguridad anterior?

Sin embargo, esto no justifica repetir los mismos procedimientos fallidos de administraciones pasadas. Hoy y siempre, el lector podrá comprobarlo en  algunos de mis artículos pasados, insistiremos en las amenazas que representa utilizar a los militares para tareas de seguridad pública en un país que intenta ser democrático.

Mientras los militares sigan patrullando los caminos de México, el fantasma de la fallida guerra “contra” el narcotráfico seguirá presente. La sangre derramada de inocentes acribillados por las balas de soldados y criminales, perseguirá de forma permanente la agenda de la supuesta “Cuarta Transformación”

Fuente: Expansión Política

 

 

Raúl González

Comentócrata, amante de la historia, bibliófilo por vocación, universitario por decisión.