De Norte a Sur

Anabel Hernández: la periodista que puso de rodillas a Calderón

Leopoldo Lezama


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14 mayo, 2020 @ 4:15 pm

Anabel Hernández: la periodista que puso de rodillas a Calderón

Un largo camino

Cuando a principios del año 2008 Anabel Hernández llegaba a las oficinas de la antigua Random House Mondadori (hoy Penguin) con el manuscrito de un nuevo libro bajo el brazo, no era la celebridad que es hoy. Conocíamos su personalidad frenética proveniente de un nerviosismo extremo, su pavorosa velocidad casi eléctrica para hablar y gesticular las minucias de sus investigaciones; sus palabras que se encimaban unas sobre otras por la prisa de revelar asuntos por lo general urgentes. Anabel Hernández se había hecho de un nombre por haber escrito un par de libros que denunciaban los excesos y corruptelas del sexenio de Vicente Fox: La familia presidencial (2005) y Fin de fiesta en los pinos (2006), y también por haber ganado el Premio Nacional de Periodismo con el famoso Toallagate, reportaje que exhibía los lujos de la faraónica pareja.

Primeros trabajos

En esos primeros meses del 2008, Anabel Hernández llevaba para su procesamiento editorial un libro que anunciaba la tormenta que vendría: Los cómplices del presidente (2008), un libro importante en su trayectoria pues es el primero que denuncia la corrupción del gobierno calderonista, que apenas llevaba un par de años de gestión. Su método fue hacer el examen de los dos hombres de confianza de Calderón: el secretario de gobernación, Juan Camilo Mouriño, y el titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Genaro García Luna. Éste último daría mucho de qué hablar en los sexenios siguientes, pues se trata de la pieza fundamental de un inmenso edificio de criminalidad que comprendió las altas esferas de los gobiernos de Fox, Calderón y Peña Nieto, agencias de seguridad internacionales, y el narcotráfico.

Investigaciones a fondo

En Los cómplices del presidente, Hernández hace una radiografía de Mouriño y García Luna, sus orígenes, sus trayectorias, sus redes de complicidad, su manera de involucrarse con actividades ilícitas: uno mediante la adjudicación directa de contratos energéticos multimillonarios, y el otro como articulador de una red criminal que alcanzaba el secuestro, la extorsión y el narcotráfico. Si bien el libro no tuvo la repercusión esperada (el control casi absoluto de los medios de comunicación por parte del gobierno no creaba las condiciones), sí dejó un precedente importantísimo de la inmensa corrupción que estaba creando el calderonismo, y sobre todo de la estrecha relación entre la cúpula del gobierno panista y el crimen organizado.

Los verdaderos señores del narco

Fuente: POP Kinema

El primer gran trabajo que agitó los cimientos de la política mexicana fue Los señores del narco (2010), hoy un clásico del periodismo de investigación, donde Anabel Hernández derrumba el argumento más fuerte que sostenía al malogrado sexenio de Felipe Calderón: la supuesta guerra contra el narcotráfico. Hernández demuestra que no existió tal guerra, y que más bien, lo que ocurrió fue una masacre de población civil al llevarse a la práctica un mega operativo gubernamental para poner la estructura policiaca federal al servicio de una de las organizaciones: el Cártel de Sinaloa. La periodista tuvo acceso a los expedientes de la fuga del Chapo Guzmán, y a través de éste, hace el dibujo de quien hasta entonces se pensaba que era el narcotraficante más poderoso del país: un hombre ignorante, mujeriego, alcohólico, extremadamente violento, talentoso en el negocio de la droga, que siempre fue vulnerable a ser capturado gracias a sus excesos.

No sólo el Chapo es protagonista de esta trama de corrupción, sino los funcionarios encargados de procurar la seguridad y la justicia en el país: personajes como Arturo Chávez Chávez, Eduardo Medina Mora y, en primer lugar, el ambicioso Genaro García Luna. Hernández detalla cómo el súper policía lanzó una brutal ofensiva contra los enemigos de Sinaloa, utilizando el poder ilimitado que le confirió su jefe y amigo Felipe Calderón. Así es como los Zetas, los Beltrán Leiva, los Carrillo Fuentes, entre otros, protagonizaron una cruenta batalla contra la Policía federal y los sicarios del Pacífico, lo que, según la periodista, explica el crecimiento desmesurado de la violencia en el país. El libro tuvo tal impacto que Anabel Hernández salió exiliada del país tras constantes amenazas de muerte.

¿Quién mató a Juan Camilo Mouriño?

Gerardo Fernández Noroña se sirvió de la investigación de Anabel Hernández para encarar a García Luna en comparecencia ante el Senado, para señalarlo como cómplice del narcotráfico: “Es falso que usted combate al crimen organizado. Usted está aliado al Chapo Guzmán. Sólo el 1.6 de los detenidos tienen que ver con ese cártel (Sinaloa), que según la información de ustedes mismos es el más poderoso”. El libro reveló cosas que hoy son parte del anecdotario de la corrupción mexicana: los 20 millones de dólares que el Chapo Guzmán dio a Vicente Fox por su libertad, o la probable responsabilidad del Mayo Zambada en el desplome del avión donde viajaba Juan Camilo Mouriño. Con Los señores del narco, Anabel Hernández documentó cómo la estructura política y militar de un gobierno había sido absorbida por completo por el narcotráfico.

El legado de Calderón

México en llamas. El legado de Calderón (2012), es el libro con que Hernández pretendía cerrar los trabajos dedicados al sexenio del usurpador michoacano, y es precisamente un balance de lo ocurrido en seis años de un gobierno desastroso que dejó una estela de muerte y destrucción en todos los niveles de la sociedad mexicana. Hernández sintetiza el funesto legado de Calderón Hinojosa: decenas de miles de muertos a causa de una falsa “guerra contra el narcotráfico”; el enorme poder otorgado al Cártel de Sinaloa; el debilitamiento intencional del Ejército; la entrega de la seguridad nacional a los cárteles de la droga, y lo que es peor: el surgimiento de un sinnúmero de grupos criminales mercenarios (asesinos, extorsionadores, secuestradores) derivados del desmantelamiento de las organizaciones derrotadas.

¿Y los 43?

Ya con un prestigio consumado, en 2016 Anabel Hernández publica La verdadera noche de Iguala, donde vuelve a dar un golpe ahora al gobierno peñista, al cuestionar la llamada “verdad histórica” presentada por el procurador Jesús Murillo Karam, quien tergiversó los asesinatos de 43 estudiantes de la normal rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa en septiembre del 2014. Por medio de la recopilación de testimonios y análisis de expedientes, Anabel Hernández es la primera en señalar la tesis de los autobuses llenos de heroína, la fabricación de culpables por parte de la Procuraduría General de la República, y además tuvo el valor de mencionar nombres de miembros de la policía estatal, federal, el ejército, el crimen organizado, y funcionarios involucrados o cómplices, como Tomás Zerón de Lucio, que hoy tiene una orden de aprehensión en su contra. Es un libro que vierte luz sobre uno de los crímenes de estado más brutales que conmocionaron a México y al mundo entero.

Fuente: La Silla Rota

El Traidor: el país se cimbra

El momento más importante de la carrera de Anabel Hernández ocurre cuando se decide a publicar el diario de Vicente Zambada Niebla, hijo de Ismael el Mayo Zambada. En esta historia los astros se alinearon por lo menos dos veces a favor de la periodista. La primera vez cuando al dar una entrevista en enero del 2011 en Chicago sobre su libro Los señores del narco, el hijo del Mayo la habría escuchado por el radio desde la cárcel, y habría buscado la manera de ponerse en contacto con ella para darle su testimonio. El diario llegó a Anabel Hernández poco después de manos del abogado del Vicentillo, Fernando Gaxiola, con una condición de por medio: el diario no podría entregarse a la imprenta mientras el litigante viviera.

Detención de García Luna

Sin embargo, esto favoreció al libro: los astros se alinearon por segunda vez. En diciembre del 2019, cuando la periodista comenzaba a promocionar El traidor. El diario secreto del hijo del Mayo, en Estados Unidos detenían a Genaro García Luna, acusado de haber recibido sobornos del Cártel de Sinaloa. Del 10 de diciembre de 2019 al 21 de enero del presente año en que fue la comparecencia del súper policía, el libro ocupó cualquier cantidad de titulares, reportajes, reseñas, entrevistas, y así fue también en los meses subsiguientes hasta la fecha. Lo relatado por el hijo del Mayo confirma de manera rotunda lo que Anabel Hernández venía sosteniendo desde el 2008: la existencia de un narco gobierno armado entre el equipo de Felipe Calderón y el Cártel de Sinaloa. Vicente Zambada aporta nombres, cifras, lugares, fechas, reuniones, que pusieron de cabeza a la política mexicana. Basta con mencionar las reuniones que el propio Vicentillo tuvo en los Pinos para darnos cuenta de qué tamaño era la complicidad entre Calderón y la organización dirigida por el Mayo Zambada.

El Chapo Guzmán fue el jefe del Cártel de Sinaloa

Hay un elemento que varía radicalmente de Los señores del narco a El traidor: Joaquín el Chapo Guzmán no es el jefe del Cártel de Sinaloa, sino Ismael el Mayo Zambada; el otro es apenas una fachada, un chivo expiatorio en el cual se descargó todo el peso de un poder cuyos alcances aún no se conocen del todo. Si en Los señores del narco se hace el retrato del Chapo, El traidor hace lo propio con Ismael Zambada García, “un hombre que siempre pudo lidiar con el poder político, con el gobierno, que ha sabido no pelearse con el enemigo y sacar ventaja de él. Es un visionario, a diferencia de los demás capos. Empezó a hacer negocios legales para poder vivir de por vida”, señala Hernández. Pocas veces un libro ha reunido la atención pública con tal fuerza como ha sucedido con El traidor.

La Fiscalía General bajo sospecha

El pasado cinco de mayo, el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador elogió públicamente a Anabel Hernández: “Ha hecho trabajos de investigación de primer orden. Es una mujer profesional del periodismo y valiente. Es una mujer excepcional”. Y cosa insólita, Obrador conminó a la periodista a testificar en el juicio de Genaro García Luna en Nueva York: “Si ella lo decide, puede aportar pruebas para este caso”. La respuesta de la periodista fue implacable: esa no es su tarea, ella no es Ministerio público; ella no puede sustituir a las instituciones de impartición de justicia, porque precisamente por eso es que han muerto muchos periodista. Y añade: “Hay al menos 6 o 7 funcionarios del equipo muy cercano a García Luna, de los más corruptos, que están insertos en la Fiscalía General de la República en puestos clave.

Pactos de complicidad

Y la Fiscalía General son los encargados de hacer las investigaciones, de juntar todas las evidencias y de pedirle a un juez que con esas evidencias gire una orden de aprehensión. Si la matriz que tiene que originar una investigación criminal no lo hace, o se hacen los despistados. Finalmente es Alejandro Gertz Manero el que tiene que responder eso, ya ni siquiera es el presidente, porque la Fiscalía General es independiente al Poder ejecutivo. Es Gertz Manero, de acuerdo a la ley, quien debería dar una respuesta de por qué están esas personas ahí… Protegen a García Luna porque se protegen a sí mismos. Son funcionarios corruptos que se venden al crimen organizado y se cuidan la retaguardia para no terminar en la cárcel. El problema es que hay pactos de complicidad de funcionarios que aún están en el poder en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador. Esa es la verdad” (entrevista con Alejandro Paz y Álvaro Delgado. “Los periodistas”, La Octava, Mayo, 2020)

Pero… ¿quiénes son esos cómplices de García Luna incrustados en la Fiscalía General de la República y quién los puso ahí?

La suerte siempre de su lado

La suerte ha vuelto a alcanzar a Anabel Hernández, ahora que el gobierno mexicano ha solicitado a Estados Unidos información que documente el conocimiento que tuvo el vecino del norte en torno al operativo “Rápido y furioso”, que facilitó armas norteamericanas al Cártel de Sinaloa. De igual forma, lo que suceda con el juicio de García Luna en Nueva York, la seguirá poniendo en el centro de los reflectores. Sin embargo, el trayecto no ha sido fácil: la periodista ha sido amenazada de muerte en numerosas ocasiones, su familia agredida, y su casa allanada por policias federales: “Ha habido personas que han sido asesinadas pagando el costo de la información que me dieron en su momento. La gran mayoría asesinadas en el sexenio de Felipe Calderón. Otros fueron encarcelados injustamente para callarlos”.

Anabel Hernández ha conseguido lo que ningún periodista en los tiempos recientes: la esfera política nacional ha girado alrededor de sus investigaciones. Es la primera vez que en México una periodista pone de rodillas a un sistema corrupto. Pero en las propias palabras de Anabel Hernández, no es su trabajo, sino la verdad la que se impone: “Al final de cuentas es la verdad. No porque lo diga yo vale más o vale menos. El valor de la verdad tiene su propio peso histórico”.

Suceda lo que suceda con Genaro García Luna, Anabel Hernández ha logrado que la verdad y la justicia le hayan ganado una batalla a la descomunal corrupción mexicana. Si Felipe Calderón y otros hampones mayores pisan la cárcel, será en buena parte gracias a sus investigaciones.

La deuda que la sociedad mexicana tiene con Anabel Hernández es cada día más grande.

Fuente: La Octava (YouTube)

 

Leopoldo Lezama

Editor y ensayista. Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la Facultad de Filosofía de la UNAM. Ha colaborado en diversos medios nacionales y extranjeros como Confabulario, Letralia, La Gaceta del Fondo de Cultura Económica, Sinembargo y Consideraciones. Actualmente dirige la revista electrónica Máquina.

4 comentarios
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    Ana María Canseco Dávila

    Celebro que está periodistas tenga las agallas y cuánta verdad en su testimonio, y lo más importante es que es una mujer, que ser mujer valga la redundancia les duele a el trío de cobardes y asesinos de Fox, Calderón y Peña esto es un buen golpe en su vida para que valoren a la mujer mexicana y por supuesto a todos los mexicanos que un poco tarde pero ya muchos están habriendo los ojos y vamos para adelante un trío de cobardes repito no! sirvieron para nada!!

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    Hermilo

    Muy interesante artículo.

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    Sergio Rosas

    FELICIDADEZ A LA PERIODISTA #! ANABEL FERNANDEZ

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      ROLANDO BELTRAN

      Es admirable la valentia de esta periodista que arriesga su vida para destapar una olla podrida entre el cartel y el gobierno...Anabel Hernandez paso a la historia por poner el jaque el secreto mas oscuro de la delincuencia organizada

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