Aún es pronto para ver consecuencias del COVID-19
José María Filgueiras Nodar*
Cada quien ve lo que quiere ver en la pandemia
Una de las pocas consecuencias positivas de esta pandemia es que muchos de nosotros disponemos de más tiempo para leer y para reflexionar, algo que usualmente nos está vedado por las prisas de la vida cotidiana. Como profesor de filosofía, he dedicado ese tiempo a repasar lo que varios destacados intelectuales escribían sobre la pandemia. De forma poco sorprendente, lo que parece surgir de este repaso es que, ante una situación como la planteada por el nuevo Coronavirus, todos los pensadores ven en ella lo que quieren ver.
Las distintas miradas de los intelectuales sobre la pandemia
Que normalmente encontramos lo que buscamos es algo que la epistemología sabe al menos desde la obra del polifacético N.R. Hanson, quien destacó que toda observación está cargada de teoría. Quizá sea por esto, o por algún mecanismo similar, que Žižek vea en el virus el final del capitalismo y la fundación de un comunismo que en realidad sólo ha estado en la mente de algunos pensadores bienintencionados, mientras que lo observado por Byung-Chul Han es un fortalecimiento del capitalismo tras el pánico provocado por la irrupción del virus en la sociedad del cansancio, una violenta reacción ante la aparición de un enemigo físico (no digital).
Judith Butler, en cambio, destaca el modo en que las desigualdades potencian los aspectos más letales del virus, al tiempo que un montón de filósofos postestructuralistas ven en el tratamiento que se está dando a la crisis del coronavirus el definitivo ascenso del biopoder, en su sentido más peyorativo, al primer o único plano de la política global, mientras que Harvey, metafóricamente, ve la venganza de la naturaleza frente a los excesos del consumismo, y Dussel, la puesta en jaque de la Modernidad por esa misma naturaleza, el movimiento que permite pasar página a una nueva era. Y así podríamos seguir, con tantas y tantas, huelga decirlo, interesantísimas reflexiones que ha disparado la pandemia.
Mirar de cerca no significa observar
Nuestra visión para el presente suele ser de “vista cansada”. Nos es difícil enfocar las cosas si no las alejamos de nuestra vista, justo como las personas de cierta edad que tenemos alejar el libro para ver mejor su contenido (seguramente muchos de mis coetáneos me entiendan a la perfección).
El blik
En este caso, nos hace falta una perspectiva temporal de la que por supuesto carecemos. Y, en ausencia de tal perspectiva, las cosas pasan a estar a cargo de algo semejante al blik, un concepto desarrollado por Richard M. Hare, quien en una polémica sobre el lenguaje religioso hace referencia a una cosmovisión no falsable, una óptica, actitud o posición general desde la cual enjuiciamos todo lo que se nos presenta. El blik es eso que hace que ante el mismo terreno una ingeniera agrónoma piense en implantar cultivos, una arquitecta en construir condominios y una pintora se quede extasiada imaginando su próximo cuadro.
En México, le llaman irónicamente la cruz de la parroquia de cada cual, un elemento que condiciona el modo en que reflexionamos sobre cualquier realidad. En estos momentos, cuando el coronavirus corre por las calles, nos mantiene encerrados en casa y convierte en humo a los ancianos, parece difícil pensar fuera de ese marco constituido por el blik.
El wishful thinking
Tampoco es fácil no dar alas al wishful thinking, a esa forma de pensar falaz, pero profundamente incrustada en nuestros cerebros, según la cual aquello que deseamos es la realidad, o lo que más posibilidades tiene de ser realidad. Este mecanismo transforma al coronavirus, para los intelectuales y especialmente para los políticos, en una Gran Oportunidad para lograr un montón de cosas.
El ministro japonés de finanzas parece ver un Japón libre de los que considera molestos ancianos, a quienes ya no habrá que pagar pensiones, los políticos euroescépticos ven el acta de defunción de la Unión Europea, y los europeístas su fortalecimiento, cuando no su renacimiento, mientras que Trump ve una razón para aislarse aún más en el nacionalismo.
Aún es muy pronto para ver los efectos sociales reales del Coronavirus
¿Es posible dar una valoración ponderada del significado del coronavirus? Quizá debamos seguir esperando. Dejar que pase el tiempo, hasta obtener la perspectiva adecuada. En tanto ésta no llega, tenemos mucho trabajo por delante, pues debemos seguir lidiando con los impactos que ya están ahí de modo indudable, comenzando por la propia crisis sanitaria, junto a la crisis económica que se avecina.
*Catedrático de la Universidad del Mar (Ciudad Universitaria s/n, Santa María Huatulco, Oaxaca, México, 70989). Email: jofilg@huatulco.umar.mx