De Norte a Sur

Convivir con la muerte por trabajo: ser médico en tiempos de pandemia


unogermango

23 abril, 2020 @ 12:45 pm

Convivir con la muerte por trabajo: ser médico en tiempos de pandemia

Sales de la carrera de medicina. Haces un internado y servicio social. Consigues por fin tu título y buscas trabajo. No hay. Tampoco tienes la posibilidad de abrir un consultorio. No hay dinero porque no hay trabajo y si no hay dinero, tampoco aspiraciones empresariales. Es un círculo vicioso terrible. Y es una realidad para una de las carreras más complejas y delicadas de los círculos profesionales.

Así, saltas de clínica en clínica, trabajando con algunas precariedades. De pronto llega una oportunidad. No es tan buena, pero promete empleo por unos meses, además, de conseguirlo, quedarás en una bolsa de trabajo de la seguridad social y si haces el examen de residencia médica, obtendrás algunos puntos. No suena mal. Sólo hay un pequeño problema, tan pequeño que es microscópico: debes atender a pacientes enfermos de Covid-19.

Imagen: politica.expansion.mx

Entre el miedo y la necesidad

¿Cómo se decide algo así? Desde este lado de la realidad, desde la ignorancia de los procesos biológicos virales, no se alcanzan a ver todos los ángulos de esa realidad, que es la misma, pero no es igual. Para algunos, es impensable decir sí, acepto el trabajo; sin embargo, para los médicos no. Su perspectiva va más allá de nuestra apreciación. Su profesión tiene riesgos habituales, y en ocasiones, parecidos a los enfrentados en esta emergencia sanitaria. “Siempre llegan enfermos de cosas que a veces no sabemos ni que es”, –dice una doctora del IMSS. “Y cuando ya no haya camas para los pacientes Covid, de todos modos los vamos a atender sin saber si alguno está contagiado”, –afirma–.

Su preparación y responsabilidad no la exime del miedo. Su miedo es el mismo de todos, aún así, diario va a cumplir con su trabajo. La pandemia nos hace pensar, además, en los riesgos cotidianos de la atención a cualquier paciente. Desde la posibilidad de ser atacados por pacientes o sus familiares al no estar de acuerdo con un diagnóstico, hasta contagiarse de enfermedades por accidente. En su trabajo, a diferencia de la mayoría de las profesiones, el trato es directo con la vida, o con la muerte.

Por su fuera poco, los tiempos de pandemia también son tiempos de miserables. A diario se suman más y más ataques contra el personal sanitario. Algunas personas se han convencido a sí mismas de que ahuyentar a la médica y perseguir a la enfermera es la clave para sobrevivir al SarsCov-2. Cloro, agua, café hirviendo e improperios, han sido arrojados a los profesionales de la salud. Contra enfermeras, especialmente. Impresionante y absurdo. Son actos donde la irresponsabilidad, la ignorancia y la irracionalidad, se juntan con la estupidez.

Fabiana Zepeda, Jefa de Enfermeras del IMSS, pide respeto para el gremio.

Pero la lista de agravios crece. Camioneros y taxistas no los recogen, vecinos no los dejan entrar al edifico, dejan notas de repudio en sus puertas, restaurantes evitan venderles comida, hay agresiones verbales de niños idiotas alentados por sus padres, también idiotas, y así llegamos a las advertencias de muerte, a las amenazas de quemar los hospitales, al peligro de linchamiento. La Covid-19 trae consigo riesgos en todos los flancos de los trabajadores de la salud.

Covid-19: oportunidad “única”

Desde principios de abril apareció una convocatoria para contratar a más de 6,000 médicos con el fin de trabajar durante la pandemia. Sin embargo, se han contratado cerca de 9,000 y algunos más están en trámites. México es un país con un maltrato constante hacia sus profesionales. Los médicos no son la excepción. Cada año, egresan alrededor de 14,000, entre doctores y doctoras, y muchos de ellos no tienen la fortuna de conseguir trabajo.

La escasez de empleo para los médicos también guarda una relación directa con las políticas de los gobiernos pasados. Ya, para nadie, son un secreto las intenciones de privatizar los servicios médicos. Era el sueño dorado de Felipe Calderón y una aspiración de Enrique Peña Nieto. Afortunadamente, sus ambiciones se frustraron. Parte del desmantelamiento de los servicios hospitalarios del Estado es la falta de médicos y médicas. El déficit es de 200,000 doctores, dicen las autoridades actuales. Doscientos mil…

Hospital Gonzalo Castañera, abandonado.
Imagen: eluniversal.com.mx

Muchos han aceptado el trabajo, un empleo temporal especialmente precario y peligroso. Muchos no tienen la preparación suficiente, porque la escuela no les muestra escenarios de este tipo. En las grandes ciudades se espera tener la oportunidad de capacitarlos, pero en las pequeñas y en los pueblos eso no ha sucedido, ni sucederá. “Hay mucho riesgo”, –dice la doctora del IMSS–. “No saben cómo atender a los pacientes y no los están capacitando. Pueden contagiarse ellos, contagiar a sus familiares. Y también (contagiar) al (personal del) hospital”. Sin embargo y pese a todo, están al frente contra la pandemia.

 

Es un exceso dramático pensar en un profesional médico orillado a aceptar un peligroso trabajo sólo por comer. No obstante, es necesario remarcar las carencias del personal en los hospitales en medio de una pandemia. Las contrataciones masivas son temporales, pero queda la constancia de la falta de 200 mil doctores y doctoras. En los próximos años, superado ya el agobio del nuevo coronavirus, esos puestos laborales se deben recuperar, así como los hospitales degradados por los gobiernos anteriores. Seguridad laboral por parte del Estado para el personal emergente. Ese será el mayor reconocimiento para quienes se están jugando la vida por los mexicanos. Porque no todos lo hacen por falta de empleo, pero todos lo hacen con una convicción ética más allá de las dudas: apoyar, ayudar, salvar. Ante la pandemia, sólo las doctoras y los doctores tienen la preparación para enfrentarla. La primera línea ante la muerte ahora usa batas blancas, cofias y cubrebocas. Aplausos y agradecimientos para ellas y ellos.

Posdata:

No agredan al personal sanitario.

Castigos severos a quienes ataquen a médicos y enfermeras.

No agredan al personal sanitario.

Castigos severos a quienes ataquen a médicos y enfermeras.

Editor de contenidos en la Revista Consideraciones. Profesor de la UNAM y estudioso del comportamiento de los gatos. El lenguaje lo es todo.