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De Bolívar a Marx. Trayectoria ideológica de la Revolución Bolivariana

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6 abril, 2020 @ 11:12 am

De Bolívar a Marx. Trayectoria ideológica de la Revolución Bolivariana

Irlanda Amaro Valdés

Para comenzar es preciso decir que el Libro de Hernández es de la poca literatura escrita sobre el tema en México, a pesar de que el proceso venezolano ha sido objeto de reflexión y discusión en México.

La prensa escrita y sobre todo la televisión mexicana, han dedicado importantes espacios para criticar el proceso, desde el ascenso de Hugo Chávez, el intento de golpe de Estado que sufrió en 2002 y más recientemente, ya con Nicolás Maduro en la presidencia, han brindado una importante cobertura mediática  al nuevo intento de Golpe de Estado y al autoproclamado presidente de Venezuela, Juan Guaidó.

Podríamos atribuir estos amplios espacios a la subordinación previsibles de las televisoras mexicanas  a la línea editorial predominante dictada por Estados Unidos; sin embargo, es necesario reconocer que  no es menor el interés que diversos sectores de la burguesía mexicana tienen en incidir  en Venezuela:  bimbo, Cemex, Telcel, son sólo algunas de las grandes empresas con importantes intereses en aquel país, así que al menos una parte del Capital mexicano, tiene, como diríamos coloquialmente, vela propia en el entierro de sus minas de oro en Venezuela.

En ese sentido, no es de soslayar el importante activismo de los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón en contra del actual Estado venezolano y la acogida que durante sus mandatos hubo a la clase media opositora de aquel país.

En este contexto, el libro De Bolivar a Marx, trayectoria ideológica de la revolución bolivariana es un importante elemento para  contextualizar y hacer asequible a lectores mexicanos el proceso venezolano; así se lo haya propuesto o no el autor, una respuesta a diversos planteamientos sobre Venezuela hechos desde la prensa en México. (Aunque sí hay referencias directas a los planteamientos de Enrique Krause).

El texto tiene varios  niveles de lectura, pues si bien el hilo conductor de la investigación es la trayectoria ideológica del proceso, desde la adopción del nacionalismo y unidad latinoamericana con el ideario rodriguista y  bolivariano, hasta el bagaje socialista, es innegable que, como dicho rastreo ideológico está fuertemente asentado en el estudio de las etapas del proceso venezolano, el texto de Hernández nos ofrece también un sólido esbozo histórico de casi dos décadas de movimientos populares en Venezuela.

Y en eso, el texto se nos presenta como novedoso tanto a los estudiosos del tema, como a quienes buscan romper el sentido común de la prensa en México sobre lo acontece en Venezuela.

Romper la inercia del sentido común de la historia no es sencillo. Bien nos explica el autor, retomando los planteamientos de Gramsci, que en ese entramado ideológico en el que se alimentan mutuamente el sustento material e ideológico del orden existente hay muchas veces, ideas, no sólo, de dudosa fundamentación, sino contradictorias. El caso  de la llamada “ideología de la Revolución Mexicana” no es sólo excepcional, sino, quizá paradigmático en muchos casos.

En ese tenor, una mirada desde México hacia la construcción del ideario de la revolución venezolana, no sólo debe ser una mirada precavida, sino en cierto sentido, también entrenada para vincular la forma en que se articulan los procesos sociales con sus ideas motoras. Para entender cómo esas ideas pueden potenciar dichos procesos, como si se lo proponen, pueden también, frenar su desarrollo y radicalización.

Extraer y poner a la luz esos complejos entramados es fundamental y el texto que nos ofrece Hernández es una herramienta valiosa. Asentado en una fuerte tradición marxista para acercarse al tema de la ideología, las reflexiones que son relevantes, no sólo para comprender las diversas ideas motoras que se han gestado al interior de los grupos que han formado parte del proceso venezolano, sino para comprender la necesidad del proceso mismo de trascender su ideario y buscar en la tradición socialista referentes más sólidos.

Al avanzar en la lectura es inevitables preguntarse ¿por qué la figura de Bolívar y Simón Rodríguez sirven o han servido de bandera tanto para los grupos revolucionarios, como para los opositores? Cada uno, retoma su parte, cada uno se abriga con sus frases.

El fuerte anclaje del texto en el proceso histórico y el bagaje filosófico del autor, permiten responder estas interrogantes acerca de la formación ideológica del proceso venezolano, pero también de forma general ayuda a la reflexión sobre los procesos ideológico políticos.

Para el lector mexicano, la buena contextualización del ideario bolivariano y  rodriguista  son centrales para comprender, más allá del sentido común, lo que viene sucediendo en Venezuela desde hace casi tres décadas.

Finalmente, las reflexiones que nos ofrece sobre el llamado socialismo del siglo XXI son ineludibles. Nuevamente, su contextualización histórica, son su sustento más importante.

La recapitulación y contextualización de los diversos actores en el proceso son fundamentales, la profundización en el creación de los consejos comunales, barriales y las campañas como barrio adentro, nos llevan a comprender la complejidad del proceso, más allá de su esquemática caracterización. Este recuento, no sólo da muestra de la profundidad de la investigación, del conocimiento cercano del autor del proceso desde sus fuentes, sino de la genuina intención de éste, por preguntarse por la posibilidad y vigencia del socialismo.

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