Nacional

Los balazos no se detienen con abrazos ni shows mediáticos


23 enero, 2020 @ 7:33 am

Los balazos no se detienen con abrazos ni shows mediáticos

No son suficientes los abrazos

Tienen razón Javier Sicilia y la familia LeBaron cuando advierten que “la casa de todos sigue en llamas”, que continúa la espiral de violencia, aumentan los homicidios dolosos y el crimen organizado acecha a los mexicanos y destroza a familias enteras.

El poeta y las víctimas saben que salir a las calles y tomar la palabra es una manera de denunciar las atrocidades, de exigir que se cumplan las promesas de campaña sobre la pacificación del territorio y la tranquilidad de los ciudadanos.

Por eso, convocaron a una marcha que partirá este 23 de enero de Cuernavaca, Morelos, para llegar al Palacio Nacional, en la Ciudad de México, el domingo 26.

Durante las últimas dos décadas la mayoría de los que habitamos este país hemos padecido robos, extorsiones en diferentes grados. Conocemos muy bien el miedo a los secuestros, a las balaceras callejeras, el horror de los desaparecidos y las fosas clandestinas.

¿Quién podría negar la urgencia de ponerle fin a este escenario de sufrimiento, indefensión y muerte que nos heredaron los dos últimos gobiernos?

Ni tampoco bastan los sombrerazos

Pero también tiene razón el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando advierte que los graves problemas de inseguridad pública no se pueden solucionar con el montaje de un acto propagandístico, de un “show” o espectáculo mediático.

Durante muchos años el tema ha sido utilizado por partidos políticos, candidatos, personajes de la élite social e incluso, organizaciones no gubernamentales, para sacar “raja política”, adherir simpatizantes o conseguir recursos para una causa que en ocasiones pareciera que responde a intereses particulares o de grupo.

Basta recordar que mientras el escritor y el Movimiento por la Paz, con Justicia y Dignidad se reunía con el entonces presidentes Felipe Calderón, Genero García Luna -acusado de narcotráfico en Estados Unidos- ocupaba la Secretaría de Seguridad Pública en el sexenio panista y desviaba recursos públicos en la administración pasada.

Basta recordar que por lo menos dos organizaciones, Causa en Común, de María Elena Morera, y Alto al Secuestro, de Isabel Miranda de Wallace, cercanas a García Luna y dedicadas a temas de seguridad, son investigadas por posibles irregularidades en el manejo de recursos públicos.

El tema de seguridad como agenda política

Así, el drama que agobia a millones de ciudadanos ha sido rebasado, minimizado o trivializado -como refiere Javier- por la velocidad de la propia realidad, la inmediatez de los medios de comunicación o la agenda política de personas o grupos específicos.

Por su puesto, la crítica es fundamental para denunciar los delitos, repudiar las atrocidades, señalar las omisiones gubernamentales y ubicar el contexto de la inseguridad pública.

La llamada “guerra contra las drogas” ha sido una estrategia fallida impulsada por Estados Unidos, por lo menos, desde el inicio del gobierno de Richard Nixon, en 1968.

Una “guerra” que se intensificó hasta la locura en nuestro territorio en las administraciones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto y que se convirtió en un negocio redondo para criminales, funcionarios públicos corruptos y supuestas organizaciones sociales.

Es fundamental tener en cuenta que en las últimas dos décadas los cárteles del narcotráfico ampliaron su presencia a los 32 estados de la República y conformaron una compleja estructura paramilitar “con un poder de fuego capaz de repeler a las Fuerzas Armadas”.

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Imagen: corat.mx

554 municipios bajo el control del narco

Con una repasada a los reportajes de Contralínea nos enteramos que 554 municipios están bajo el control de las organizaciones delictivas, que ocupan a más de un millón de trabajadores y obtienen ingresos por 600 mil millones de dólares anuales.

Sólo durante el sexenio pasado -documenta la revista- los cárteles del narcotráfico y otras expresiones de la delincuencia organizada adquirieron más de cuatro millones de armas de uso exclusivo del Ejército, principalmente en las armerías de la Unión Americana cercanas a nuestra frontera.

Con estos datos no se busca desviar la responsabilidad de esta administración para garantizar la tranquilidad de los mexicanos. ¿Quién puede negar “la imperiosa urgencia del ahora” para ponerle fin a esta emergencia nacional?

¿Qué hacer?

Como dice Javier Sicilia en la “Tercera carta abierta” que le escribió al Presidente de México, los 34 mil 582 asesinatos que ocurrieron en 2019 y los más de 61 mil desaparecidos que hay en nuestro país, necesitamos “sacudirnos la indiferencia bovina” para detener el baño de sangre.

Pero no será con espectáculos mediáticos, la omisión de las autoridades gubernamentales, la voracidad electoral de partidos políticos, los intereses particulares de la farándula política o la indiferencia de los ciudadanos como podremos enfrentar a este flagelo.

Caminar, dicen los especialistas, conserva la memoria, fortalece el corazón y reduce el riesgo de enfermedades crónicas.

Si no andamos por el mismo camino en esta materia, si no tomamos en cuenta el contexto y las causas continuarán la violencia, el incremento en el consumo de drogas, la penetración del crimen en las instituciones del Estado y las violaciones a los derechos humanos.