Ser mexiquense; otra manera de peregrinar

Aún es de madrugada cuando partes de casa. El ruido de tus pisadas te acompaña; con temor avanzas lo más rápido posible hacia la avenida. Los camiones escupen personas por sus puertas, las combis, lucen peor. Esperas. La impaciencia surge repentinamente, terminas por abordar una.

El calor corporal de los pasajeros te recibe, apenas y puedes sentarte en el pedazo de sillón desvencijado junto a la puerta. Observas a los demás; quienes no sucumbieron al sueño, se refugian detrás de la pantalla de sus teléfonos. Mujeres medio acicaladas osan sacar una paleta de colores para maquillarse, al mismo tiempo sostienen una llamada. Trabajadoras, trabajadores, estudiantes, y madres solteras con bebés en brazos, componen la caravana hacia el territorio de las oportunidades: La Ciudad de México.

La Población Flotante

Diariamente un millón 720 mil 145 personas (aproximadamente[1]), se trasladan del estado de México a la capital para estudiar o trabajar. Todos ellos, no solamente para cumplir con sus responsabilidades, sino también con el anhelo de mejorar sus condiciones de vida. La mayoría proviene de municipios mexiquenses, sin embargo, también existen personas que se trasladan desde Tizayuca, Hidalgo. La mayoría perderá 118 horas anuales en el transporte público.

Las arterias principales que conectan Ecatepec con el norte de la ciudad son la vía Morelos, la avenida Carlos Hank González y la carretera federal México-Pachuca, las tres conducen a las respectivas terminales del Sistema de Transporte Colectivo, Metro; Indios Verdes, Martín Carrera y Ciudad Azteca.

Con el empuje de tu mano logras sacar el teléfono, colocas los audífonos y seleccionas las melodías que escucharás. Verificas la hora. A codazos luchas con la persona que está sentada a tu lado, e insiste en convertir tu hombro en almohada. La humedad que empaña las ventanas impide que veas donde te encuentras, la intuición te dice que todavía no sales del municipio más poblado del Estado de México.

El camino no es fácil. La inseguridad es el primer muro entre ambas entidades, puesto que merma considerablemente el desplazamiento de la población flotante. Mediante el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), es posible conocer que, en noviembre del año pasado, el Edomex registró una incidencia delictiva de 29,465 casos, ubicándolo en el primer lugar de incidencia a nivel nacional. En ese orden de ideas, la ciudad documentó 19 mil, 192 delitos.

Para tu suerte, es muy temprano como para que la presencia de los individuos que te obligan a que les compres dulces te incomode, o incluso peor, la de aquellos que te asaltan psicológicamente con una desagradable letanía de conmiseración y amenaza. No correrán con el mismo éxito quienes viajen más tarde.

Desde hace varios años, el tránsito entre el estado de México y el norte de la metrópoli, se convirtió en la ruta de los caídos. Asiduamente los robos a mano armada, y los accidentes vehiculares, a causa de la imprudencia de conductores peligrosos, son las principales tragedias que han cobrado la vida de cientos de personas que ya no pudieron llegar a su destino.

Tan solo el año pasado, el INEGI contabilizó 13 mil, 453 percances automovilísticos, de los cuales 9 mil , 850 fueron colisiones entre vehículos, y 405 atropellamientos. Indudablemente, muchos de esos fallecidos concurrían o regresaban de la capital.

Cada vez somos menos

Curiosamente y para sorpresa de muchos, desde hace quince años la población de la ciudad de México se está reduciendo cada vez más. Proyecciones estadísticas de la Comisión Nacional de Población (CONAPO), calculan que para 2025 la población será menor a la de 1990. Sí, en la metrópoli mexicana somos menos. A través de un artículo titulado: Ciudad de México; cada vez menos, pero más amontonados, Alfredo Acle Tomasini nos explica de la forma más clara posible dicho fenómeno.

La reducción de la población capitalina trajo consigo el crecimiento de viviendas en las principales zonas aledañas, es decir, de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), la cual comprende, además de la ciudad, 60 municipios mexiquenses. Para algunos expertos, esta alteración poblacional convertirá al corazón del país en una región destinada, casi exclusivamente, a albergar los centros de trabajo y estudio de las personas que provienen de las periferias. En 2017 Reporte Índigo publicó un artículo respecto al tema.

A veces la pericia del conductor logra sacarte de los embotellamientos, desafortunadamente, la mayoría de las ocasiones eso no sucede. Amodorrado por el ambiente que se respira, observas con desesperación el tiempo que llevas sumergido en esa caja móvil. Pronto, más allá de la neblina de asfalto, emerge el icónico logotipo del metro.  Te encuentras a unos cuantos kilómetros de ingresar al caos del Centro de Transferencia Modal (CETRAM).

En diciembre del año pasado, la Secretaría de Movilidad (SEMOV) anunció el aumento del pasaje mínimo en el Edomex, pasando de diez a doce pesos. Esto, además de provocar el rechazo de los usuarios, generó que en los primeros días del 2020 se presentaran manifestaciones en contra, dirigidas por estudiantes universitarios de diferentes instituciones.

Asaltos, unidades en mal estado, operadores ineficaces, ausencia de un subsidio al transporte y la falta de seguridad vial, son los ingredientes del camino que a diario toman cientos de miles de mexiquenses. El reciente aumento del pasaje, es un golpe más a la ya de por sí desgastada economía familiar de las clases medias y bajas.

Quizá, si las circunstancias lo permiten, llegarás temprano a tu ocupación. Horas más tarde, intentarás regresar a casa en el igual o peor, tortuoso viaje de retorno.

Notas:

[1] La cifra proviene de la encuesta intercensal realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2015.

* Debo agradecer la pertinente aclaración que nos hizo llegar, a través de nuestra página de Facebook, la apreciable lectora Adri von B, misma que transcribo a continuación:

“Un buen relato sobre la odisea del transporte en México, sólo no estoy de acuerdo con el cálculo que hicieron del número de horas perdidas.. “La mayoría perderá 118 horas anuales en el transporte público”…. NO ES ASI. Supongamos que necesitas 4 horas al día para ir y regresar a tu casa, y trabajas sólo de lunes a viernes. El número de días laborales al mes son de 22, si lo multiplicas por 12 meses son 264 días al año. y si esto lo multiplicas por las 4 horas que necesitas para moverte, son 1,056 horas. NO 118 como dice el articulo. Ahora, si queremos saber cuánto equivale en días, dividamos 1,056 entre 24 horas y nos da un total de 44 días, 44 días de tu vida perdidos en el transporte público. Zas! Y en el supuesto de que realmente necesites 4 horas para trasladarte, porque a veces son más.”

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