Nos asesinan, nos organizamos; nos desaparecen, luchamos
Del 26 de diciembre al 29 de diciembre se llevó a cabo el
Encuentro Internacional de las Mujeres que Luchan en Altamirano, Chiapas,
localidad inserta en las montañas del sudeste mexicano;
donde se encuentra uno de los cinco caracoles zapatistas:
el Caracol Morelia… de las huellas de la comandanta Ramona
Vinimos a compartir formas de organización distinta, muchos problemas existen y muchas formas de organización también. Para afrontar las problemáticas diversas no es una forma de organización, son muchas. Las mujeres zapatistas ya están organizadas, el espacio, la comida, la seguridad y las condiciones necesarias están ahí donde las tierras son de quienes las trabajan, en los Municipios Autónomos; para que las mujeres de todo el mundo platiquen sus diversas formas de lucha y exista la organización coordinada efectiva.
Nos siguen asesinando
El 26 y parte del 27 de diciembre se abrió el micrófono para denuncias
No olvidemos que muchas mujeres luchan en clandestinidad para lograr sus derechos
Grosso modo, el primer día, en el templete, hubo espacio para demandas desde el ámbito de lo personal, familiar, social, nacional, transcontinental; tantas que superaron al primer Encuentro, no cupieron en un solo día. Así pues, las “concejalas” zapatistas[1] decidieron dar medio día extra del siguiente para continuar con las denuncias, casi treinta horas de micrófono abierto para denuncias de mujeres de todo el mundo. Todas intentamos que fueran denuncias acotadas, aunque la necesidad orillaba a hablar más tiempo; compañeras que luchan por el medio ambiente desde una perspectiva indígena preservándolo. Las mujeres que luchan por la tierra tienden a tener interacciones muy traumáticas con la policía y con las empresas que extraen recursos naturales, así se entiende la correlación de la violencia con la tierra y con las mujeres indígenas de diversas comunidades en el mundo, cuando se oponen a extracción de recursos naturales, a oleoductos, a fincas se encuentran con episodios sumamente violentos; los extractores de recursos traen consigo personas extrañas que violentan a nuestros niños y mujeres, y maquinaria que daña y explota la tierra. Hay una relación directa.
Estos campamentos de hombres no tienen responsabilidades hacia la tierra o mujeres en minas guatemaltecas, y otros proyectos hidroeléctricos y de monocultivos, consecuencia, no hay seguridad familiar ni reproductiva, empresas canadienses no asumen los efectos en Centro y Latinoamérica, vendiendo ideas de desarrollo que las comunidades ya no creen. Entendemos que hay una relación muy fuerte entre la problemática sistémica entre nuestras comunidades y personas y organizaciones radicales que terminan replicando muchas de las cosas contra las que peleamos, ¿otro?, un oleoducto en tierras indígenas canadienses que Troudeau compró. Creemos no necesitar estas ataduras económicas.
Erizando nuestras pieles, denuncia tras denuncia como las compañeras kurdas “ningún estado puede parar mujeres que luchan por ser libres”, el estado de Kurdistán lleva a cabo una guerra muy sucia contra los cuerpos, un testimonio: ella era una luchadora por la libertad, fue capturada, sus pechos cortados, violada y torturada hasta morir, video exhibido en la red para aterrar a las mujeres curdas, “o libertad o libertad” dicta un proverbio.
No es casualidad que las mujeres hacen la línea de frente contra la lucha fascista, gritaban “mujeres, vida y libertad” otro proverbio curdo, ¿más? En la India, existe una reforma a la ley de ciudadana y del registro nacional de ciudadanos que se ha vuelto el proyecto actual del gobierno fascista en India porque demoniza y alienta a los musulmanes: “estamos en apoyo a los musulmanes en la India y denuncio la islamofobia, me rehúso a aceptar la legitimidad del gobierno fascista de la India y me rehúso a aceptar el patriarcado brahmánico” la compañera añade: “hace unas semanas la policía de la India entró a la Universidad Jaime Islami golpeó a los estudiantes, días después en An Amount, otra universidad; “todas las religiones son misóginas pero la religión no debe ser la base para dividir a las personas”; una mujer es violada cada veinte minutos en Ranchi a punta de armas de fuego por decenas de hombres antes de ser quemadas vivas, “nuestros cuerpos no pertenecen a los regímenes de supremacistas blancos fascistas brahmánicos ni patriarcales del mundo”, testimonios aterradores inéditos que solo la verdad expresaban y las escuchamos, y las amamos.
♪♪♩ ♩♬ Madre yo te siento bajo mis pies, ♫ ♫♪♪
♩♩ ♩ ♩♪♪♪♪♫ ♫ y siento los latidos de tu corazón ♬ ♬ ♫ ♫
Nos seguimos organizando
27 Y 28 de diciembre se abrieron las mesas de propuestas así como diversos talleres
Una carpa negra, dos verdes y una azul con mesas de propuesta , una azul más de venta de ropa artesanal. Las compas zapatistas aprendieron a manejar las camionetas de redilas, habían comedores diversos; cinco comedores repartidos a lo largo de la línea perimetral del pasto, comedores con diversos precios desde tamales de cinco pesos hasta un caldo de pollo en setenta pesos, tacos de carne, frijoles con huevo, empanadas. Otras colectivas de comida ofrecían pan, naranjas, café, elotes asados; otros, alimentos ya cocinados, empanaditas de pollo con mayonesa y repollo, quesadillas, atole, sándwich, arroz con leche, agua preparada, uno más de mujeres tojolabales nos ofrecieron chocolate, café, mole con pollo, frijoles y arroz; pozol y tostada de betabel con zanahoria, tamalitos con chayote zanahoria y papa, buñuelos; uno de los comedores en los que nos sentábamos para comer y compartir luchas, sueños, historias, crianza: “mujeres que somos” y uno más de los que tenían bancas y mesas para comer y poder seguir adquiriendo comida de las otras colectivas como plátanos, naranja, cocteles, aguacates, mandarinas, mucha fruta como plátanos, mandarina y aguacate, compartir alimento, compartir experiencias, compartir trabajo. Compartieron las diversas formas de criar, trabajar y luchar. Además, una tienda con refrescos, galletas, papel y cigarros.
Puestos de no solo comida sino una carpa azul llena de ropa con tejidos sobrenaturales de Poló y Oventik, entre otras. Sin carpa, artesanías como aretes, pulseras anudadas a mano, anillos, posters, stikers, separadores, copas menstruales, toallas ecológicas, jabones naturales, masajes, lectura de cartas o tarot, cerrada de cadera, limpias, masajes en espalda y pies, zapatos botas y pantuflas de piel de borrego, chivo y vaca hechas por las compas.
Gracias a diversos talleres recordamos cómo un giro de cadera puede soltarte de la opresión física, nos enseñaron experiencias de viaje, a tomar fotografías, lenguaje de señas, a reconocer nuestro cuerpo, nuestros fluidos, la copa menstrual facilita una parte de nuestro autoconocimiento, entender que la sanación deviene de nosotras mismas, es una arma grande. Generar pláticas con diversas formas de vivir/sufrir la maternidad te hace creer que las grandes respuestas están ahí, mujeres a las que les obligaron a dar en adopción, a las que les obligaron a parir jóvenes, las que educan a su hijo, las que ya no tienen; añadiendo condiciones de migración, capacidades diferentes. Todas las mujeres somos un tronco que tiene raíces fuertes, mesa de abolicionistas.
♬ ♬ ♫ ♫ Volando alto como pájaro de fuego
Volando alto como pájaro de fuego
Volando alto como el pájaro del trueno ♬ ♬ ♫ ♫
Seguimos luchando
28 de diciembre se dedicó a actividades culturales artísticas
He venido a acercarme a lo que atormenta a las mujeres, a lo que las aflige, es un lazo en la garganta, nuestra ortiga, nuestra piedra, lo que a nosotras nos mata.
Mujeres músicas por todo en el Encuentro como acordeonistas, jaraneras, percutoras, cantantes, mujeres que hacen del arte una arma, actrices, standoperas, performanceras, malabaristas, teatreras, mujeres que acudieron al Encuentro para mostrar sus performances como la marioneta Maruja que hizo que nos preguntáramos ¿cómo romper la figura tradicional de la madre abnegada?, cuestionando, desaprendiendo; la bola de cristal, la danzas sanan y son catárquicas que nos mostraron que no caigamos en la revictimización aunque ésta sea grande y poderosa, es posible convertir sentimientos adversos en motor, coperacha para comprar botes de pintura y elaborar un mural de mujeres del Segundo Encuentro.
Así, las concejalas zapatistas clausuraron el Segundo Encuentro Internacional de mujeres que luchan. Defendernos protegernos y apoyarnos, cada organización.
Una cuestión que alzó más de una ceja, pero, según las compañeras zapatistas desde su punto de vista, acostumbradas a ser prácticas, no tuvo mayor relevancia, una compañera trans no la dejaban entrar al Encuentro hasta que las mujeres organizadas zapatistas le acreditaron su entrada diciendo: “todas las formas de lucha deben tener un espacio de escucha, son formas de organización porque aportan” así, facilito de escuchar. Después la compañera trans fue agredida, menospreciada y ridiculizada por otras compañeras, pero el apoyo se escuchó. También, una colectiva de compañeras hondureñas no pudieron llegar al encuentro porque las autoridades mexicanas en la frontera les prohibieron pasar alegando fines migratorios, les robaron, les prohibieron el libre tránsito a México con dirección al Segundo Encuentro sólo dos compañeras pudieron amortiguar la estafa para que el viaje y las intenciones de la colectiva no se diluyeran, porque:
Nos siguen asesinando
Nos seguimos organizando
Nos siguen desapareciendo
Seguimos luchando
[1]Mujeres de probada valía, de aquellas que nacieron con la digna rabia.