Nuevo libro de AMLO; derrota intelectual para los neoliberales
José Olguín
Hacia una economía moral, es el último libro que el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dio a conocer en el marco de su primer año de gobierno, y a pocos días de su publicación se convirtió en el más vendido, tanto en librerías como en plataformas digitales.
Sin embargo, a un mes de publicado el libro, pareciera que no hay debate sobre su contenido, lo anterior no es causa de que los miles de lectores compartamos de forma unánime la opinión del Presidente, sino que para debatir se necesitan dos o más posturas, es un ejercicio que implica la exposición de ideas y el desarrollo de argumentos. Lamentablemente, quienes de manera libre se oponen a toda idea o decisión del Presidente sin analizarla, se han limitado a descalificar su obra, dejando de lado el tema central: la economía moral.
Los economistas ortodoxos consideran que es un libro que nada tiene de económico, es entendible su postura debido a que durante el viejo régimen los acostumbraron a la mera generación de números, a mostrar gráficas, alcanzar indicadores, que, explicados con tecnicismos entendibles para una élite especializada, sólo eran útiles para la clase tecnócrata, pero confusos y lejanos para la población en general.
Dejaron el debate atrás, olvidaron lo esencial, que es la fundamentación teórica del neoliberalismo como modelo económico que caracterizaron como ideal, pero que tras su implantación, se obsesionaron con el libre mercado, y se empeñaron en seguir por el mismo camino, sin cuestionarlo, haciendo predominar al individuo sobre el bienestar colectivo, insensibles al padecimiento de las mayorías, a la miseria y deshumanización que trajo, en lugar de aceptar su evidente fracaso, detenerse, y corregir el rumbo, decidieron ciegamente continuar. Ahí están los resultados.
Son naturales y sanas las críticas al libro, sin embargo, algunos están a la ofensiva sólo por la desesperación que les genera el ver cómo cada día pierden terreno en el debate de las ideas; otros simplemente prefieren abandonar este terreno para dedicarse a su crítica sin por lo menos haberlo leído.
La Cuarta Transformación está en marcha, aunque los reaccionarios de ayer y hoy se resistan, la realidad es que son otros tiempos, el pueblo se está informando responsablemente. Los lectores de este libro se encuentran tanto en las concentraciones para escuchar el informe del Presidente en el zócalo, como en los parques, las escuelas, los centros de trabajo, el transporte, y como obsequio de navidad y fin de año. Se terminaron los tiempos donde la economía nacional era un tema de discusión sólo para un grupo de especialistas, situado entre las limitadas paredes de universidades o foros empresariales.
Es la oportunidad del nuevo gobierno para aprovechar el histórico capital político y social con el que cuenta y comenzar a impulsar un nuevo modelo económico que reemplace al neoliberal.
La propuesta consiste en establecer una economía moral orientada al bienestar, que haga realidad el derecho a la alimentación, al trabajo, la salud, la educación, la cultura, la vivienda y la seguridad social,en pocas palabras darle cumplimiento a la Constitución mexicana de 1917, la primera de dimensión social en el mundo.
Basta de los prejuicios que no nos permiten avanzar, algunos se asustan por las menciones en las páginas de un libro escrito por el presidente, de autores clásicos como Marx y Engels. Mientras argumentan que sus postulados se encuentran rebasados, al mismo tiempo defienden la idea anacrónica sobre una supuesta mano invisible que regulará el libre mercado, de manera mágica y sin ningún criterio moral, más que la sola competencia, idea escrita un siglo antes de la antítesis que critican ¿Quiénes son los que viven en el pasado? ¿Cuál es el modelo económico rebasado? ¿Quiénes sustentan su teoría en una mera metáfora? ¿Quiénes son los incongruentes? La realidad es que la lucha de clases sigue tan vigente como cuando se escribió El Capital, sin embargo, antes de defender o atacar algunas de las posturas antagónicas, primero se necesita conocer sus principales obras.
Los reaccionarios se niegan a poner en el centro de la economía la idea de moral, por una simple razón, de haberlo hecho en el pasado hoy no estaríanmoralmente derrotados. En lugar de insistir en las virtudes del neoliberalismo, podrían apoyar paraatender el problema de fondo, que es la urgente necesidad de regenerar moralmente la vida pública y asumir juntos el reto de construir un nuevo modelo económico, unidos por un objetivo superior, que es el alcanzar el bienestar general.
La moral tiene un significado tan amplio como la forma de ser y pensar de cada uno de nosotros, si bien el término de economía moral no es nuevo, desde hacealgunas décadas fue presentada como una opción de resistencia al sistema capitalista, que en nuestro país puede ser definida y desarrollada de manera libre según nuestra historia y contexto social.
México ya cuenta con los suficientes preceptos y valores morales generalmente aceptados sobre lo que constituye el bien, no necesitamos importarlos o inmiscuirnos en el pantanoso terreno de lo religioso, basta reconocerlos y promoverlos. Según AlfonsoReyes, en su Cartilla moral, son seis preceptos básicos: el respeto a nuestra persona en cuerpo y alma, el respeto a la familia, el respeto a la sociedad,el respeto a la patria, el respeto a la especie humana,y el respeto a la naturaleza que nos rodea; que reunidos pueden trasladarse de lo personal y meramente interno, a lo colectivo para establecer las bases de un Código de Ética que rija a la economía siempre bajo la rectoría del Estado.
El reto histórico de impulsar ese nuevo modeloeconómico no es responsabilidad de una sola persona, el presidente antes de delinear del todo su idea comenzó con su descripción, misma que debe tomarse como una provocación al debate multidisciplinario y popular, donde todos los individuos como las naciones afectadas por el neoliberalismo podemos participar. Es un modelo distinto e inacabado, pero es un hecho que su construcción ha iniciado.
Que trazar un rumbo nacional distinto sea el propósito de todo un pueblo para este año nuevo.
Elida Rubio
Gracias, José Olguin.