La leche de soya como metafóra del clasismo
Ismael Hernández
Apología del clasismo
Elena Poniatowska publicó ayer en la La Jornada un artículo sobre la escritora Rosa Nissan. Además de elogiar su trabajo literario, empieza por decir que posee una gran personalidad, que es una mujer libre que “se suelta el pelo” y como muestra de ello, entre otras cosas, refiere lo siguiente:
“…ir a un café con Rosa Nissan es correr varios riesgos. Si un mesero le dice que no tiene leche de soya, Rosa protesta airada: ¿Cómo que no tienen leche de soya? y ordena: A ver, chulo, (o chulito) aquí a dos cuadras está Superama, ve y tráeme leche de soya.”
Para mí esto no es muestra de una personalidad cautivadora, ni de espontaneidad, ni de “libertad”, sólo es un acto de despotismo de parte de una persona con poder hacia un empleado. Además, nótese el mal gusto llamando “chulito” al mesero. Vamos, que se puede ser un déspota pero sin perder el estilo ni las buenas maneras.
El dinero no es la felicidad pero… como ayuda
En una entrevista publicada hace unos días, Edgar Cabanas, coautor de “Happycracia: cómo la ciencia y la industria de la felicidad controlan nuestras vidas”, decía que “Nadie puede negar que detrás del dinero hay seguridad o planes B cuando las cosas van mal. Con dinero no se erosionan tanto las relaciones familiares. Un rico sufre, pero no sufre igual que un pobre”.
Efectivamente, la seguridad, confianza y soltura con la que muchos se mueven por el mundo tiene una base última, su dinero y el de su familia. Cuando se tiene dinero, siempre se cuenta con un plan B, como dice Cabanas, cuando se tiene dinero, si no te gusta un lugar, te puedes quedar o te puedes ir a la hora que quieras, tomar tu auto o pedir un Uber, alquilar una habitación en un hotel, puedes ir y venir, hacer y deshacer y no temer tanto a los errores pues el dinero lo soluciona casi todo. Por otro lado, la angustia, incertidumbre y limitaciones que viven los pobres no se deben a que tengan un espíritu apocado, ni baja autoestima ni a que no sean positivos; simplemente se debe a que no tienen como amigo al poderoso caballero Don Dinero.
la vida desde el privilegio
Volviendo a nuestro punto, valdría la pena preguntar, ¿la escritora Rosa Nissan se conduciría de la misma manera si no fuera una señora judía blanca que vive en Polanco? Una joven morena que vive en Chimalhuacán, egresada de Letras hispánicas pero no ha encontrado trabajo en su campo y tiene un empleo de $6 mil pesos al mes, ¿se atrevería a hablarle así a a un mesero? ¿Sería atendida con la misma diligencia que seguramente es obedecida la señora Nissan?
Una persona normal hubiera aceptado tomar su café sin leche de soya o se hubiera ido a buscar otro establecimiento donde tengan lo que quiere. Pero así no funciona la mente de las personas privilegiadas desde la infancia, que siempre han sido obedecidos por un enjambre de sirvientes y no les toleran un “no” por respuesta. Y realmente llegan a convencerse de que todas sus órdenes y caprichos son cumplidos porque el universo conspira a su favor o porque tienen una personalidad encantadora; no ven, o no quieren ver, que les obedecen simplemente para no perder el empleo.
Solamente una persona como Elena Poniatowska, que también vive en la burbuja de la comodidad, puede decir que es algo admirable ese gesto de prepotencia que refiere de la señora Rosa Nissan. Teniendo en cuenta todo esto, son explicables los continuos traspiés políticos de Elenita, que vive en la luna.
En cuanto a su obra, no dudo que sea buena, no dudo que Nissan tenga talento como escritora pero no me interesa leerla. Poniatowska dice que Rosa Nissán debería ser la cronista de la colonia Condesa pues es el alma del lugar. Sinceramente, siempre he sentido cierto rechazo y escozor (llámenlo resentimiento, no me importa) hacia ese lugar y su gente, pues la mayoría vive instalada muy plácidamente en sus privilegios y como se creen el centro del mundo piensan que sus pequeños dramas son tan grandes e interesantes que merecen la atención de todos. Quizá la lea pero solamente para conocer más esos seres extraños y ajenos, que en su mayoría no dudarán en aplastarnos si un día intentamos hacer un cambio en serio en este país.
Si a cronistas vamos, prefiero a Emiliano Pérez Cruz, el cronista de Ciudad Neza. Cada uno de sus relatos me parece tan entrañable, tan mío. Le da voz a los sin voz, los dignifica porque establece que sus vidas, alegrías y tristezas, que para el sistema no son nada, en realidad sí son importantes, tanto, que merecen aparecer en un libro y con ello ganar un pedacito de eternidad.
Yo con los míos, con los pobres de la tierra, como diria Martí.
Victor Vazquez
Solo una persona la mar de obtusa y, precisamente, clasista, podría juzgar a otra persona -que ni siquiera ha leido o conoce- por el dicho de un tercero sobre una anécdota intrascendente de la que ignora el contexto. Es contradictorio que se ataque de "clasista" a alguien acusándola de, cito "judía" y se le critica por tener dinero, como si no tenerlo garantizara alguna cualidad, coml si "juntarse" con los pobres expiara algún pecado. Es la primera vez que leo esta revista y la experiencia inicial resulta deplorable, espero el resto de sus artículos no sean en este tenor. Por cierto, "Chulo" significa "bonito, lindo, gracioso", no es un insulto. Por supuesto no es de extrañarse que un artículo tan mediocremente escrito -gramaticalmente hablando- lo tome como tal.
Nadia
Ay Victor, victorcito, chulito, tú y tu apreciación tan literal del hecho. Si crees que tu visión "objetiva" de las cosas te da algún crédito estas equivocado, obviamente no entendiste los argumentos del artículo. Y disculpa si te indigno el artículo, ¡tan nefasto! Una réplica más tuya y desaparece la revista.
Dr.López
1) No tiene que ver con que la leche sea o no de Soya, Ismael.Igual pudo ser "light/ deslactosada, o de cabra". Hay gente que igual hace berrinche por no obtener la leche de su capricho. 2) Tampoco tiene que ver con que la Sra. sea " blanca/ judía , o pudiente" . Hay "Lords y Ladies"( gentuza prepotente y pendeja), por doquier, de todas las edades, profesiones, colores o clase social...de hecho, la gente más frustrada y resentida socialmente, es la que tiende a atacar a otros ...por envidia o complejo de inferioridad ( te suena?) Dicen que l" lo que te choca, te checa". Tan cladista y prepotente puede ser una ñora de polanco, como el guardia gordo y prieto que te " registra" en recepción en ese mísmo edificio de Polanco. .Me consta. 3) Vivir o no en la Condesa, o en Neza, no te hace mejor o peor persona, per se.Al referirte a las personas que ahí viven como gente que no son de tu " agrado", y que según tu viven en " su burbuja", te hace caer en lo mísmo que intentas criticar en este cutre artículo : en el clasismo. Eres igual o peor de los / las que criticas. Según tú, ser blanco, judío, de polanco , de la condesa, o tomar leche de soya, te hace ser un ser despreciable y déspota. Es ridículo. En todo caso, los de Neza, Tepito, Harlem o Culiacán, también viven en su micro- mundo, con todo lo que ello implica...y edtá bien.No hay pecado en nacer o crecer en donde a uno le ha tocado. Pero juzgsr el comportamiento de esa señora, por su orígen y/o apariencia...eso sí aue es absurdo y patético. Hay gente majadera o educada en todas partes, rumbos, ciudades o países. Punto. Y tu, eres claramente un clasista de closet. Como prueba , basta leerte . De pena ajena .