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¿El fin del neoliberalismo en América Latina?


octaviosolis

27 octubre, 2019 @ 8:03 pm

¿El fin del neoliberalismo en América Latina?

@octaviosolis

Las recientes insurrecciones populares en Ecuador y Chile, así como la continuidad de Evo Morales en Bolivia, el regreso del kirchnerismo en Argentina y el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en México, ha propiciado que se difunda la idea de que estamos frente al fin del modelo neoliberal en América Latina. Hay también algunas voces más optimistas que preludian el fin de capitalismo. Esto último no logra verse bajo ninguna circunstancia, más allá de los buenos deseos de quienes consideran que el origen de la desigualdad no es el modelo neoliberal sino el sistema capitalista.

De cualquier forma, ya sea como insurrección social o alternativa política desde un gobierno progresista, el factor común en todas esas expresiones sociales y políticas, es una reacción popular, en forma de estallido o vía electoral, en contra de cuatro décadas de un modelo económico que ha pauperizado el nivel de vida de las clases medias y ha expoliado a las clases bajas, con el objetivo no sólo es explotar las riquezas naturales, y el trabajo de quienes no ostentan los medios de producción, sino una acumulación de la riqueza como no se veía desde el siglo XIX, bajo el modelo del capitalismo salvaje, sin trabas, ni mediaciones sociales, es decir, cuando las clases trabajadoras no tenían derechos sociales, ni sindicatos, ni partidos de masas.

Durante los últimos 40 años hubo siempre una resistencia y estallidos sociales en América Latina, por eso surge la pregunta ¿qué hace especial a esta revuelta social respecto a las anteriores? En el caso particular de Chile, en 2011 hubo varias revueltas estudiantiles en defensa y reclamo de una educación pública y gratuita, en casi todos sus niveles, desde secundaria, hasta el nivel superior, lo que derivó en un movimiento estudiantil con amplio apoyo popular, pero en el que los protagonistas fueron los estudiantes, para el caso de las movilizaciones de hoy en día, son diversos sectores sociales los que han salido a las calles para protestar contra el alza del transporte público, pero en el centro de esa inconformidad, está el reclamo por el modelo implementado desde inicios de los ochenta por la dictadura de Augusto Pinochet.

Chile neoliberalismo
Imagen: ElPais.cr

Ambas movilizaciones son esencialmente anti neoliberales, pues exigen derechos sociales y una mejor distribución de la riqueza, como el caso de la educación pública, y contra el alza del precio del transporte, pero ésta última es convocada por amplios sectores populares; las imágenes de la marcha de más de un millón de personas con la demanda de renuncia de Sebastián Piñera, muestra un hartazgo no sólo contra una medida del gobierno, sino más de fondo.

Lo mismo en Ecuador, no se trata únicamente de una protesta contra el alza del precio de la gasolina, sino contra el gobierno de Lenin Moreno. La respuesta de ambos mandatarios (Piñera y Moreno) fue una brutal represión contra la población civil, pero sucede que ya no son los tiempos del militarismo de los setenta, cuando podían masacrar impunemente para infringir terror a la población, con el objetivo de reestablecer el orden, su orden.

Incluso la llegada de Donald Trump al poder pareciera un atisbo de ese final del ciclo histórico neolibral, que no del capitalismo, en la región. Son tiempos de cambio, como anunció alguna vez la canción del grupo Scorpions a finales de los ochenta, para tratar de convencernos del triunfo unipolar capitalista. En ese contexto las élites asumieron que estaban listas para implementar la faceta capitalista más cruenta y terrorífica: el neoliberalismo. Pero ahora decimos de nueva cuenta, pero en sentido contrario, sí, son tiempos de cambio, soplan fuertes vientos que profetizan cambio, de eso no hay duda, pero entonces, ¿hacia dónde irán a parar esas inercias sociales, qué nuevos gobiernos llegarán al poder? La respuesta estará en la capacidad para impulsar proyectos alternativos, y el surgimiento de nuevos liderazgos y organizaciones políticas, capaces de lograr la unidad y organización popular, con un futuro más promisorio.

El fin del neoliberalismo no se decreta

En su toma de protesta, como Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador anunció el fin del neoliberalismo en nuestro país. Coincido con quienes mencionan que erradicarlo no basta con decretar su fin, ni tampoco sanear de corrupción al gobierno, sino en la implementación de un modelo económico que recupere derechos sociales arrebatados, romper el tope salarial para los trabajadores, una política fiscal más justa, y un proyecto regional latinoamericano de contrapeso a Estados Unidos.

Pero lo que olvidan, quienes sólo critican por consigna a AMLO, es que ningún gobierno podrá revirar plenamente el neoliberalismo de su país, si no hay una ola de gobiernos anti neoliberales en América Latina, pues aislarse significaría destruir su economía nacional. El fenómeno anti neoliberal sólo puede darse y entenderse de forma global y regional.

Por eso decimos que empiezan a soplar tiempos de cambio. Esperemos que esta inercia sea bien aprovechada y para ello, es obligado no dejar en ningún gobierno toda nuestra esperanza. Las calles deberán siempre estar abiertas a los reclamos legítimos de los pueblos, en quienes ha recaído el peso de tan criminal modelo económico.

Sociólogo y Comunicólogo por la FCPyS de la UNAM. Autor del libro Epifanía política y El fin de una era en la UNAM. Twitter @octaviosolis