Jorge Ramos: periodismo contra el poder… de la izquierda
@miguelmg28
Existen comentaristas que sólo les preocupan ciertos temas o problemáticas en particular. Para poner un ejemplo, tenemos el caso del aclamado Jorge Ramos Ávalos. Para no realizar una biografía, me limitaré únicamente a mencionar que se autodefine como un periodista serio que está contra el poder, ya que, “si no es contrapoder, no es periodismo”.
Es muy conocido este periodista mexicano-estadounidense. Pero hubo dos asuntos que lo mantuvieron en foco mediático durante largos meses: el primero de ellos tiene que ver con la confrontación que le hizo al entonces precandidato Donald Trump, cuando fue expulsado de una conferencia de prensa por realizarle cuestionamientos relacionados a la expulsión de miles de migrantes mexicanos de la frontera. Al haber sido echado de dicha conferencia, en el año 2015, Jorge Ramos comenzó a ser identificado como “el periodista estrella que incomoda a los dirigentes”, según afirma un periódico español.
La segunda ola mediática que puso al periodista estrella en boca de todos, se encuentra situada en febrero del 2019, cuando a Jorge Ramos se le detuvo en el Palacio de Miraflores, en Caracas, por una entrevista polémica que le realizó al “dictador” Nicolás Maduro. La entrevista, con una duración de 17 minutos, fue publicada meses después, una vez que el equipo de grabación, que le habían decomisado, le fue devuelto. La entrevista, como si se tratara de un filme esperado por las audiencias, tuvo un pequeño adelanto que se publicó en el canal de YouTube de Univisión. Éste mantuvo expectativas altas por conocer el intercambio que mantuvieron el “dictador” y el periodista estrella.
Para quienes llevamos tiempo siguiendo la pista de este periodista, es sencillo identificar que elige de manera muy particular a sus entrevistados: elige a líderes latinoamericanos que cargan la bandera de la izquierda, el progresismo o, por lo menos, una alternativa a gobiernos neoliberales. Para poner sólo algunos ejemplos, el “periodista estrella”, en su momento entrevistó al comandante Hugo Chávez, seguido de Andrés Manuel López Obrador –antes de las elecciones del año 2018–; posteriormente, a Nicolás Maduro, pero tiempo atrás también mantuvo una conversación con el dirigente de la revolución cubana, Fidel Castro.
Quizá no cause extrañeza que a Jorge Ramos le “sugieran” o él elija a qué dirigentes entrevistar. Después de las movilizaciones masivas en Ecuador y ahora en Chile, no ha decidido viajar hasta esos países, grabar las movilizaciones o el día a día –como sí lo hizo en Venezuela en donde grabó a personas comiendo de la basura–, entrevistar a Lenin Moreno o a Sebastián Piñera para confrontarlos y preguntarles por las inconformidades que viven los ciudadanos en las calles.
Por alguna razón, a Jorge Ramos sólo le interesa y le preocupa de manera exagerada lo que pasa en los países con gobiernos de izquierda o progresistas, como recientemente lo demostró en su última columna escrita para el periódico Reforma, en donde, de entrada, utiliza en el titulo un calificativo para referirse a Cuba: “un grave error”, y se refiere a ello porque en México se recibió al presidente cubano Miguel Díaz-Canel. Sólo por eso, Ramos afirma que el gobierno mexicano apoya a la “dictadura cubana”. Las líneas escritas por el periodista están llenas de mentiras y calificativos que provocan la sensación de que a Jorge Ramos sólo le preocupan algunas “dictaduras” en particular, es decir, para el caso de Ecuador y Chile, donde hay verdaderas revueltas populares contra sus dictadores, el periodista estrella únicamente se limita a compartir noticias de otros medios.
Confiemos en que Jorge Ramos irá a esos países, grabará las movilizaciones y las atrocidades realizadas por parte de los militares, expresará sus preocupaciones en las columnas que escribe y entrevistará a los que sí son dictadores de la misma manera ruda y prepotente, como lo hizo con Chávez en su momento y con Nicolás Maduro después. Por lo pronto, sólo resta seguir la pista de este periodista estrella que elige sabiamente a quiénes entrevistar según el interés mediático de las audiencias.
No queda sino esperar las entrevistas que seguramente le hará a Lenin Moreno y a Sebastián Piñera porque, de no ser así, confirmará que al periodista estrella realmente sólo le preocupan ciertos países en particular. De no realizar las entrevistas a estos presidentes, o de no escribir artículos con calificativos como “dictadura”, seguramente pasará a la lista de personajes que lloran y se alarman hipócritamente por algunos problemas, pero callan otros. Estos personajes ya están perfectamente identificados, así que uno más a la lista seguramente no causará ninguna sorpresa.
