Un cuarto de siglo de Forjando Patria
1994, el año violento y rebelde
El año de 1994 fue muy álgido para los mexicanos. El 1º de enero el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se levantó en armas en la selva Lacandona de Chiapas, en contra del gobierno salinista; el 23 de marzo fue asesinado Luis Donaldo Colosio, candidato del PRI a la presidencia de la República en Lomas Taurinas, Tijuana y, el 28 de septiembre fue acribillado en la ciudad de México, José Francisco Ruiz Massieu, secretario general del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI. El año terminaría con el colapso de la economía mexicana, debido a “el error de diciembre”, acaecido el 20 de ese mes, ya con Ernesto Zedillo en la presidencia.
Forjando Patria
En medio de todos esos acontecimientos, uno más se gestó en nuestro país, pero esta vez, en el ámbito musical, llevado a cabo por Botellita de Jerez con el disco Forjando patria. El trabajo fue presentado el 14 de septiembre de 1994 en el Museo de las Culturas Populares en Coyoacán. El trío había lanzado diez años antes su álbum debut “Botellita de Jerez” y su propuesta musical del “guacarrock”, consiguiendo la aprobación de los rockeros, que se afianzó con “La venganza del hijo del guacarrock” (1985), “Naco es chido” (1987) y “Niña de mis ojos” (1989), ya como quinteto. Con el inicio de la década de los noventa, el grupo decidió cambiar de estilo musical con su disco “Busca amor” (1990), plagado en su mayoría de cumbias, que le abrió las puertas al éxito tropical, pero, en el ámbito rockero, fueron tildados de vendidos y traidores.
El rechazo de los rockeros provocó que el grupo replanteara lo hecho en su último trabajo. Para ello, decidieron reivindicar la obra de grandes escritores mexicanos como Juan Rulfo, Octavio Paz, Amado Nervo y Manuel Gamio. De este último, tomarían prestado el nombre de su libro Forjando patria para titular su nuevo álbum. Al igual que Gamio, Botellita de Jerez decidió hacer en su trabajo una revisión a la historia de México, y al mismo tiempo, reivindicarse como un grupo de rock.
Un giro de regreso a los orígenes
Desde la portada independentista del disco, notamos ironía, pero también, un cambio decidido y honesto de la banda. Y qué decir de la música, al escuchar el primer track “Vamos a la alberca”, haciendo una parodia a “Vamos a la playa” de Rigo Domínguez y su grupo Audaz, se distanciaban de la cumbia, que tanto éxito comercial les había brindado. Continúan canciones como “San 2Uky”, crítica al seudoperiodismo de Jacobo Zabludovsky; “El laberinto de la soledad”, que nos relata el pesimismo del mexicano, adoptado desde que nos chingaron los españoles; “El santos contra la tetona Mendoza”, claro homenaje a los caricaturista Jis y Trino, la lucha libre y el albur del mexicano; “Forjando patria”, que nos habla de la conformación del México mestizo; “La valona de la conquista”, recordatorio de la cultura mexica y su conquista por los españoles; “Luna misteriosa”, canción dedicada a la chica que se desea conquistar, “Guadalupe”, en referencia a la virgen de Guadalupe, símbolo religioso, pero también emblema nacional y “El ropavejero”, cuando se ha decidido regalar/tirar el amor fallido. Estas tres últimas canciones, de la autoría de Francisco Barrios “El mastuerzo”, quien, decidido a emular a Bob Dylan, nos enseñó sus dotes de gran compositor, que ya nos había mostrado con la canción “Niña de mis ojos”, y que se reafirmaría posteriormente con sus discos solistas.
Los masivos en CU; momentos inolvidables
El trabajo presentado por Botellita de Jerez en 1994, año en el que el país se resquebrajaba, nos dio esperanza a los jóvenes rockeros, quienes volvimos a confiar en los botellos, no sólo por el regreso a su estilo musical, sino por su activismo político en apoyo al EZLN. Inolvidable fue su participación el 18 de mayo de 1995 en el festival 12 serpiente en el campo de prácticas de Ciudad Universitaria, alternado con Café Tacuba, Juguete Rabioso, Guillermo Briseño, La Lupita y Maldita Vecindad, entre muchas bandas más.
La dolorosa ausencia de Armando Vega Gil
Para la historia quedó Forjando patria, que a la postre resultó, el mejor trabajo discográfico de Botellita de Jerez, y una de las producciones más sobresalientes del rock nacional en la década de los noventa. Con el paso del tiempo, el disco fue descontinuado, pero afortunadamente en 2017, Sony music decidió reeditarlo en Long Play (LP), junto con su concierto desenchufado. El 27 de julio de 2018, las dos producciones fueron presentadas por la H.H. Botellita en una famosa tienda de instrumentos musicales, y ahí se planteó una gira para celebrar el 25 aniversario del disco. Sin embargo, con la desaparición física de Armando Vega Gil “el cucurrucucú” el 1º de abril del año en curso, esto ya no fue posible, quedándonos con las ganas de haber sido participes de la celebración del primer cuarto de siglo de Forjando patria. Pero queda su hechura honesta, ingeniosa y rockera. Si lo tienes, vuelve a disfrutarlo, en caso contrario, consíguelo y gózalo.