Joker: el nuevo clásico contemporáneo
Mucho se ha hablado de esta película. Muchas especulaciones han surgido acerca de qué tan bueno podría ser este largometraje, que ha sido exhibido, inclusive, en el festival de Venecia, donde recibió el galardón León de Oro a mejor película.
También causaba controversia dado que el director del filme es Todd Phillips. Muchos recordarán este nombre por la saga de películas ¿Que paso ayer?, donde el humor abunda al por mayor. El dar este paso de un género cinematográfico a otro es bastante complicado, ya que pocos logran salir de su zona de confort.
Finalmente, el intérprete del antagonista del hombre Murciélago es Joaquin Phoenix, quien nos ha brindado espléndidas actuaciones como es el caso de HER, o la película emblemática Gladiador, interpretando al Emperador Cómodo.
Todos estos elementos provocaron que las expectativas sobre la película fuesen aún más altas.
Finalmente el día del estreno llegó y todos los medios de difusión se llenaron de críticas positivas: todas estaban en lo correcto. Estamos frente a una película que se puede volver un clásico instantáneo, no solo del género de superhéroes sino de la industria del cine en general.
La propuesta del filme es arriesgada, especialmente por el personaje, el Joker, el cual ha tenido varias encarnaciones previas, Cesar Romero, Jack Nicholson, Heath Ledger –quien dejó la vara muy alta en cuanto a interpretación, que le valió un Oscar póstumo a mejor actor de reparto–. Finalmente estuvo Jared Leto quién dejó un muy mal sabor de boca con el pésimo manejo del personaje, una terrible caracterización y una pésima actuación.
Por este motivo Todd Phillips y el resto del equipo de producción, estaba ante un gran reto, pero afortunadamente tanto el actor, Joaquin Phoenix, el director y el director de fotografía no quedaron a deber, al contrario. Todo el equipo supo comprender la personalidad del personaje y su entorno, en este caso Gotham, una ciudad tan destrozada como la mente del personaje principal.
La ciudad juega también un papel muy importante para la formación del personaje principal. En cada momento se nos presentan varios elementos que nos hacen notar de lo corrompida que está como sociedad, ya que constantemente se ve en los noticieros la violencia y los crímenes que han ocurrido.
Finalmente tenemos a Arthur Fleck, un pobre hombre que vive con su madre y se encuentra en un deplorable estado físico y mental, por los estragos de la vida. Arthur pasa sus días combatiendo una extraña enfermedad que lo provoca reírse constantemente sin motivo alguno y tiene constantes alucinaciones. Todo esto mientras trabaja como payaso a sueldo visitando hospitales para animar a infantes o atrayendo a compradores para una tienda.
Todo se va al desagüe cuando un día lo asaltan un grupo de jóvenes mientras trabajaba. A partir de este punto todo comienza a ser una espiral de constantes tragedias y “alegrías” para el protagonista, quien no toma ni un respiro para poder descansar de su larga agonía, ni siquiera le da un respiro para sonreír.
Joker: el soundtrack de una vida
Un punto fuerte de este largometraje es la música, ya que varias piezas embonan de una manera perfecta, tanto las que se hicieron para dicha película como aquellas que fueron licencias. Estas últimas parecieran que fueron hechas para el largometraje de tan bien que fueron escogidas.
Entre las canciones que logramos encontrar hay piezas de jazz de la época de los 40, clásicos del rock de bandas como The Who, Cream, Creedence y Jimi Hendrix y finalmente obras originales compuestas para la película, en su mayoría son interpretadas por el violonchelista Hildur Guðnadóttir.
Estas últimas tendrán gran peso dentro de la narrativa, ya que en el momento en que las escuchamos, estamos presenciando la metamorfosis del personaje, donde este deja de ser Arthur Fleck y se vuelve el Joker.
La fotografía estuvo a cargo de Lawrence Sher, quién hace un trabajo espectacular al momento de presentarnos a Ciudad Gótica, un lugar lúgubre y decadente. Una ciudad donde el crimen y la violencia abundan en las calles. Gracias a la estética de la película podemos sumergirnos en este mundo corrupto y comprender mejor el proceso de evolución del personaje.
Lawrence Sher hace tan buen que trabajo que podría llegar a ser comparado con el de Gordon Willis, director de fotografía de El Padrino, de Francis Ford Coppola.
Joker para los fanáticos
Para todos aquellos que sean fanáticos de los cómics de Batman y el Joker, han de encontrarse con gratas sorpresas al momento de ver múltiples referencias que podremos encontrar en publicaciones como Dark Knight, Joker o La broma mortal. Francamente de este último, la película extrae toda la esencia del origen del Joker, ya que vemos cómo un mal día puede cambiar la vida de una persona.
La película es una obra maestra en todos los momentos. Todos los involucrados hicieron un impresionante trabajo de investigación, analizando a profundidad los rasgos más específicos del personaje. Además, el previo trabajo del director le ayuda a brindarnos momentos cómicos cargados de humor negro, que nos provocará una que otra sonrisa.
Todo lo anterior nos trae consigo una experiencia cinematográfica inolvidable, ya que dada la trama provocará que muchas personas hablen de esta por mucho tiempo, tal como ocurrió con El club de la pelea o “La isla siniestra.
Es altamente recomendable para todos aquellos que son fanáticos y no del cine de superhéroes, ya que nos muestra personajes tan humanos con los cuáles podríamos identificarnos y deja de lado todos aquellos elementos que caracterizan a dicho género, las peleas épicas y los superpoderes y las múltiples alusiones a un mega universo compartido. Y finalmente no se tienta al momento de mostrar momentos violentos, son crudos y directos; cuando menos lo esperas, ocurre. Es rápida y letal, como la vida misma.
Estamos frente a un clásico contemporáneo del séptimo arte, que pasará a la historia del cine como un obligado si te consideras un cinéfilo… o no.