La estrategia detrás del “Los voy a acusar con su mamá”
Diego Salgado Bautista
“Los voy a acusar con su mamá” es la frase más reproducida en el marco de la conmemoración de los hechos sangrientos de Tlatelolco. El enunciado dicho por el Presidente, aunque parece ingenuo, obedece a una estrategia de enunciación. Peje mañoso.
En otros tiempos, el jefe del ejecutivo amenazaba con usar toda la fuerza del Estado en contra de los profesionales de la violencia. En contraste AMLO establece un juego del lenguaje que en el contexto mexicano resulta eficaz. Por un lado infantiliza a los grupos “anarquistas”, quienes ciertamente no exhiben habilidades ni en lo táctico ni en lo discursivo.
El enunciado jocoso pone en relación al Estado Autoritario con otra institución autoritaria: la familia mexicana. Los lectores de noticias se escuchan desconcertados y en su mayoría solo sueltan un: juzgue usted mismo las declaraciones del mandatario. Saben que llamar al uso de la mano dura resultaría desproporcionado frente a la vacilada presidencial. ¿pero es una vacilada? Se puede intuir que en un país plagado de verdaderos hechos violentos la frase jocosa resulta pertinente pues le resta intensidad a un conflicto, es decir, lo serena.
Pero a Dios rezando y con el mazo dando, el Presidente moviliza burócratas en cinturones de paz, pareciera que como Díaz Ordaz, pues hay sus diferencias. Los cinturones de paz, rememoran el 94 en Chiapas, y aparecen plenamente identificados. Hasta el momento se reporta un encapuchado herido por el cristal que rompió y un burócrata con crisis nerviosa por el sonido de petardos.
Además de un altercado entre la prensa y los encapuchados. La estrategia de enunciación parece estar dando frutos. El presidente se asume padre y abuelo, por ahora no aparece un enunciador que le conteste en sus términos. ¿Tendrá que venir un tío cara de trapo a interpelar? ¿Quién le dará su primer zape al presidente? Quién le dirá: ora viejo jijo, no nos quiera chamaquear!