El conservadurismo de la izquierda anti AMLO
Ruth Dávila
August Bebel un socialdemócrata, miembro del Parlamento alemán, es famoso entre la izquierda por la anécdota acerca de un debate parlamentario: al pronunciar un discurso, la derecha lo aplaudió. Bebel detuvo sus palabras y él mismo se preguntó: ¿Qué has dicho, viejo imbécil, que la canalla te aplaude? La anécdota fue en muchas ocasiones invocada por Lenin para referirse a izquierdistas que son aplaudidos por la derecha cuando asumen posiciones o repiten argumentos que favorecen la política de los partidos de derecha. Hoy, como nunca, posiciones de izquierda y derecha se tocan y parecen estar en el mismo espectro ideológico y de acción. En los años 60’s, Marcuse en el Hombre Unidimensional explicaba cómo las fuerzas, en otro tiempo opuestas, de izquierda y derecha estaban hoy en el mismo punto de la política, era una sociedad y un campo político sin oposición.
Vale la pena reflexionar sobre esto hoy, en tiempos de la 4T y de la llamada comentocracia en el que con frecuencia la derecha aplaude a la ‘izquierda’. El gobierno que encabeza López Obrador es, como yo lo veo, el proyecto materializado de una larga lucha por las libertades democráticas que encabezaron amplios sectores de la sociedad desde los años 50’s con el movimiento obrero-campesino cuyos líderes más conocidos son Valentín Campa, Demetrio Vallejo y Rubén Jaramillo. El movimiento social liderado por estudiantes en 1968 fue el corolario de esos años y de esas luchas. Pero tuvimos que esperar 50 años para ver materializado el sueño de los que soñamos despiertos, la esperanza de lo posible de lo que ya se estaba realizando desde esos años de lucha y represión.
Hoy se habla de que la 4T busca apropiarse del movimiento estudiantil de 1968. Como yo lo veo, la 4T es producto de esos movimientos. Quien buscó apropiarse de la movilización fue el estatus quo y la élite a través de un famoso programa de tv en el que José Woldenberg, bajo la producción de Clío, de Emilio Azcárra Milmo y Enrique Krauze, nos narró la historia de “nuestra democracia”, incluido el movimiento de 1968, en los canales de Televisa. Se quisieron apropiar con la docuserie Extraño Enemigo que narra la historia a través dos actores centrales, Fernando Gutiérrez Barrios y Luis Echeverría, poniendo el foco en las pugnas internas por el poder e implicando que el movimiento estudiantil fue producto de esas pugnas, es decir, una manipulación para debilitar al gobierno de Día Ordaz y así apuntalar la candidatura y toma de poder de Echeverría.
Cuando AMLO habla de que son conservadores los que violentan las marchas creo que está en lo cierto. Y en la interpretación y análisis de su hacer y decir, muchos de los llamados ‘comentócratas’ parten de una premisa errónea: analizar esta realidad bajo el mismo prisma y los mismos parámetros con los que se ha analizado la realidad en otras coyunturas, pecan de pereza intelectual, dicho sea de paso, por no buscar otros referentes. Y esto, creo yo, no lo han querido ni ver y mucho menos reconocer los comentócratas de ningún espectro político en general. Por pura casualidad llegó a mis manos 20 Tesis de Política de Enrique Dussel, lectura obligada para quien quiere entender lo que hoy pasa en este país en el que AMLO con sus ‘mañaneras’ busca hacer una pedagogía política e histórica, busca incluir al pueblo en el debate público, en el que reside el poder visto como capacidad transformadora de acuerdo con Dussel, y hacerlo partícipe y no sólo observador.
Y sí, yo creo que son conservadores, sin importar su espectro ideológico, porque hoy día la violencia, y más la violencia que es un fin en sí mismo, no tiene cabida en los procesos de transformación. Pruebas de ello en la historia reciente del mundo hay muchas. ETA deponiendo las armas, el ERI desintegrándose, las FARC entregando las armas y optando por la vía de la democracia. Y sí, a 51 años es necesaria la memoria, pero con justicia. ¡2 de octubre, no se olvida! Gracias a esta lucha, hoy podemos decir que tenemos un gobierno de izquierda donde por primera vez estamos participando en el debate público y donde por primera vez los condenados de la tierra, parafraseando a Fanon, tenemos un presidente que conoce esa realidad, no porque la haya leído en un libro o la haya visto en un reportaje de televisión, sino porque como ningún otro, conoce cada rincón de este desolado país.