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El caso Salmerón: la derecha está viva y rabiosa

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unogermango

22 septiembre, 2019 @ 1:00 pm

El caso Salmerón: la derecha está viva y rabiosa

El caso Pedro Salmerón debería preocuparnos. El ascenso de un texto inocuo, académico, hasta llegar a una pequeña crisis en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, no deberíamos señalarlo como un berrinche de la derecha mexicana, sino como una muestra de lo que pueden lograr los grandes destructores de este país con los medios de comunicación a su favor. Su paso por la historia lo quieren escribir ellos mismos. Y eso no conviene a este país. No otra vez.

Para no dejarlo como un concepto vago, debemos ponerle nombre y siglas a quienes buscan adueñarse, nuevamente, de México: Felipe Calderón, Coparmex, Consejo Coordinador Empresarial y el Partido Acción Nacional, principalmente. A través de estos, los poderes económicos buscan recuperar el poder político que les permitió, durante décadas, manejar a su conveniencia a los gobernantes y adquirir las garantías de obtener máximas ganancias sin perder, jamás, un centavo.

Pedro Salmerón tuvo un desliz inexplicable en el lenguaje. Su amplia cultura debió impedirle anotar, en un texto académico, un adjetivo: “valientes”. Así llamó a integrantes de la Liga Comunista 23 de Septiembre. Y le sobra razón. La historia de las guerrillas mexicanas es una narración que debiera elogiar a un puñado de luchadores sociales, quienes tomaron las armas para defender al país del saqueo y las injusticias de los gobiernos contra los mexicanos. Héroes anónimos, muchos de ellos; valientes, sin duda. El contexto no era el adecuado. El documento de Salmerón trataba el secuestro frustrado del empresario Eugenio Garza Sada en 1973; sus captores eran guerrilleros de la Liga 23 de Septiembre.

1973, secuestro de Eugenio Garza Sada
Imagen: internet

Un historiador, mejor dicho, cualquier académico, sabe que las adjetivaciones arruinan el sentido científico de una investigación. Nadie que se precie de ser un estudioso de temas sociales agregaría un adjetivo tan simplón a un tweet, mucho menos a un artículo revestido de seriedad.

Los juicios, en las investigaciones, no se expresan de esa forma. No existe la investigación social, histórica, literaria, humanística en general, que tenga un carácter eminentemente objetivo, pero corresponde a la habilidad del ensayista domar las pasiones y girar los argumentos de forma adecuada a su tesis; sin un solo juicio de valor, un ensayista puede dotar de fuerza inaudita a su redacción. Sólo hay tres formas de errar en esta tarea: ser un mal académico, ser un mal redactor, o tener una arraigada soberbia para creer que tus opiniones son superiores a los límites impuestos por la academia.

El lenguaje es importante, tan importante, que le costó el puesto a Pedro Salmerón. Una sola palabra. Una sola. Dirigía hasta el viernes 20 de septiembre a una institución abandonada y a la cual, seguramente, le hubiera dado vida con investigaciones sobre los movimientos sociales ocurridos en las últimas décadas. Pero no lo logrará porque usó un adjetivo que no debería haber utilizado; no lo hará porque su cabeza se la ofreció, como un bisoño de la política, a la peligrosa derecha mexicana…  a cambio de nada.

Comunicado INEHRM sobre texto de Pedro Salmerón
Imagen: @INEHRM

Lo sucedido con Paco Ignacio Taibo II debió ser una lección para todos. Pero la soberbia no acepta lecciones. Después de decir “se las metimos doblada, camarada”, en una feria del libro, Taibo quedó estigmatizado y sólo lo salvaron su trayectoria literaria, su lucha social, y su carisma para defenderse ante los ataques mediáticos. Aún así, esa sombra lo acecha en cada intervención suya en la vida pública. Pero Salmerón no es Taibo y no tiene ninguna de esas características en su haber. Sólo comparten amistad y, quizá, la presunción de conocimiento.

Todos los interesados en la política conocemos la realidad mediática. Sabemos que los expresidentes, los empresarios enojados, los políticos mafiosos y la turba de bots en redes, están de cacería y disparan contra cualquier cosa que represente, aunque sea, un rasguño para Andrés Manuel.

¿Cómo pasó esto en la trayectoria de un académico? ¿Cómo pasó esto en alguien que ha vivido de usar el lenguaje? No saber que las palabras son de impacto, es irresponsable para un funcionario del gobierno. La derecha –políticos y empresarios inmorales–, sostenida por algunos comunicadores, a diario inventan mentiras para dañar políticamente al presidente. Para nadie es un secreto que el golpe de Estado se está gestando y cada una de estas mentiras les fertiliza el terreno. Aunque a diario son descubiertas las calumnias, su proceder no varía porque la indicación es derribar el gobierno de López Obrador. En esta ocasión no fue necesaria la mentira: una sola palabra les sirvió para cebarse con el escándalo y arremetieron hasta terminar de asestar el golpe. La impericia de Salmerón fue el combustible para hacer arder esta nimiedad.

La derecha mexicana ansía recuperar el poder. Son la antítesis del patriotismo y la comunidad. Quieren este país para repartírselo en pedazos, sin preocupaciones éticas sobre la población. Hacia ese objetivo dirigen todos sus esfuerzos. Este pequeño triunfo es inmenso, es un bálsamo para los integrantes de esta derecha. Aunque estén “moralmente derrotados”, como dice el presidente, no es suficiente: es necesario reducir su poder para que no tengan la capacidad de derribar un gobierno, poner presidentes, decidir sobre políticas públicas, ni dominar la economía del país.

Lilly Téllez pide renuncia de Pedro Salmerón
Imagen: Twitter de Lilly Téllez.

La organización de la derecha quedó evidenciada. Los medios se volcaron a pedir la renuncia de Salmerón; incluso, desde las propias filas del partido Morena, la senadora Lilly Téllez, infiltrada de la derecha, pidió su cabeza. Todo se centró en pedir la salida de Salmerón, y fueron cuidadosos en evitar el debate sobre la injerencia empresarial en cuestiones gubernamentales. Ahí, salen siempre perdiendo y lo saben. Las grandes empresas, especialmente desde la llegada de Carlos Salinas de Gortari a la presidencia, han obtenido ganancias destruyendo pueblos, contratando sicarios, torturando y asesinando, contaminando agua y alimentos, devastando bosques, despojando a las comunidades de sus recursos naturales.

Pero fue muy interesante el cierre de filas en defensa de Salmerón. Ante los miles de bots calderonistas y sus mensajes de odio, la red amlover respondió con similar desparpajo. La 4T sigue blindada en las redes sociales y, aunque las personalidades del gobierno no unifiquen querencias, la defensa se hace frontalmente para que el escándalo no toque al presidente. Los memes en redes aparecen de forma casi orgánica cuando se trata de defender el proyecto de Andrés Manuel; las vejaciones e insultos aparecen, con mayor facilidad, en la horda de bots calderonistas, promotores del odio.

León Krauze y Pedro Salmerón
Imagen: Twitter de León Krauze.

La derecha se reagrupa. Con dificultades, pero avanza en su objetivo de derribar al gobierno de AMLO. Quienes pertenecemos a este lado, es decir, quienes somos adversarios de la derecha y sus prácticas inmorales, necesitamos estar atentos ante los siguientes embates políticos y mediáticos. Y deberían estarlo, aún más, los funcionarios de la 4T. La renuncia de Pedro Salmerón debiera encender alertas: sucedió el día en que Vicente Fox regresó a Acción Nacional. No alarma, por supuesto, esa alianza ridícula, pero debemos reconocer que los adversarios están buscando los medios para adueñarse nuevamente del país y experimentan con lo que sea, incluso con esperpentos detestables, como los políticos del PAN y Vicente Fox.

El gran problema de la 4T es la aglutinación de personajes sin talento en la administración pública. Alrededor del presidente giran una cantidad considerable de funcionarios ensoberbecidos con la posibilidad de transformación nacional. Caerán poco a poco por sus carencias personales y su falta de oficio político. Y ahí estará, como siempre, el pueblo, la masa, los defensores de la 4T, para encabezar una defensa que al final se arregla en las cúpulas. Como sea, pero las alertas no deben apagarse en los siguientes cinco años: la derecha viene por todo y no le importa pasar por encima de nadie. Ya destruyeron al país una vez. Veremos si somos capaces de evitar que vuelva a suceder.

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Editor de contenidos en la Revista Consideraciones. Profesor de la UNAM y estudioso del comportamiento de los gatos. El lenguaje lo es todo.

2 comentarios
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    Benito Aramburu

    En conclusión...el niño es risueño y le hacen cosquillas...?? NOPUSTACABRON..!!

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    Alberto Pérez Schoelly

    Totalmente de acuerdo con tu artículo, aunque estoy en esto en desacuerdo con el Presidente: no debió de haber renunciado Pedro. Fue doblegarnos innecesariamente a esta derecha furibunda

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