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Luchadores Exóticos; sangre, lentejuela y sudor

Hernán Uribe Galindo


28 junio, 2019 @ 1:22 pm

Luchadores Exóticos; sangre, lentejuela y sudor

Las luces de la arena se apagan, la próxima lucha está por comenzar, todos están expectativos sobre quién será el próximo gladiador en caminar por la pasarela que llega al cuadrilátero, de repente la música comienza a sonar, en los altavoces se reproduce la canción de Celia Cruz, “La vida es un carnaval”. El gladiador Pimpinela Escarlata sale al escenario con una larga gabardina de colores extravagantes con miles de lentejuelas de un color rojo chillante y portando sobre su cabeza una enorme corona de metal con plumas. Mientras recorre el perímetro del ring al ritmo de la música de fondo, reparte besos a los hombres que se encuentran en la primera fila.

¿Pero quién es este personaje de apariencia andrógina que pareciese haber salido del carnaval de Brasil? La persona que encarna este personaje es un exótico, así como el luchador Pimpinela Escarlata, existen varios gladiadores que se hacen llamar de esta manera.

Los luchadores exóticos nacieron en la época de los 70’s, cuando la lucha libre ya estaba consolidada como un deporte nacional. Entre sus filas se encontraba un gladiador que se llamaba El Bello Greco que hacia pareja con otro luchador de nombre Sergio el Hermoso, ambos siempre cuidando su apariencia física y estética, y al momento de salir al ring portaban atuendos dignos de un par de Reinas del Rock.

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Imagen: LosExoticos.com      www.revistaconsideraciones.com

Gardenia Davis fue el primer luchador exótico dentro de la historia de la lucha libre, en 1940.

Con el Bello Greco y Sergio El Hermoso surge el nombre que denominaría a esta categoría de luchadores, pero si nos remontamos a varias décadas atrás, al año 1940 nos encontramos con el nombre de Sterling Davis, el cuál se haría llamar Gardenia Davis dentro de las arenas. Este fue el primer luchador exótico dentro de la historia del deporte, ya que era un espectáculo verlo al momento de salir de los vestidores y presentarse a luchar.

Siempre portaba un ramo de gardenias que entregaba a las mujeres de la primera fila y cuando subía al cuadrilátero, su ayudante lo perfumaba, lo peinaba y lo mimaba (eso enardecía a la afición), además desinfectaba el aire, al réferi, al rival y a toda cuanta persona podía. Después se escuchaba la campana y comenzaba el espectáculo. También impregnaba con un toque de sátira al encuentro al momento en que su contrincante lo despeinaba, ya que Gardenia Davis regresaba a su esquina y su valet nuevamente lo peinaba.

Cabe aclarar que este manejaba un estilo rudo que impactaba tanto a los aficionados como a sus rivales. Su apariencia andrógina y metrosexual no remarcaba su estilo al momento de ofrecer un combate los cuales inclusive estuvieron cargados de sangre.

Dentro del cine también hemos de encontrar la huella de estos luchadores, como lo son en la película “El luchador fenómeno” donde aparecería el luchador Lalo el Exótico donde su personalidad era muy similar al del ya citado Gardenia Davis, o en la película, “El Huracán Ramírez” donde aparece un luchador llamado el Bello Califa que aparecía en el ring con un estilo muy fino y delicado.

Un momento muy importante para este movimiento fue la creación de la tres veces estelar AAA, Asistencia Asesoría y Administración. Donde uno de sus pilares fundamentales fueron estos luchadores, ya que esta empresa les dio un mayor impulso dándoles mayor presencia dentro de las carteleras.

Esto provocó un gran cambió dentro del movimiento de los luchadores exóticos, ya que anteriormente se le denominaba como exótico a todo aquel que subía al ring de una manera muy elegante, fina y delicada, que siempre llevaba a un asistente que cuidaba su cabello y lo perfumaba antes de empezar un combate. Todo esto cambió al momento en que los gladiadores empezaron a tener una apariencia más andrógina, donde comenzaron a ocupar maquillaje, atuendos extravagantes, entraban al ring con movimientos singulares y mucho más importante, la mayoría eran homosexuales.

Muchos luchadores salieron del closet

Gracias a esta difusión generada por la AAA, muchos luchadores novatos salieron del closet e incursionaron como luchadores exóticos ya que se estaban percatando de que finalmente alguien les estaba dando una voz y los aceptaba sin ningún prejuicio.

Y es que no debemos de engañarnos, a pesar de su apariencia, todos son excelentes luchadores que aman el deporte pancracio, que se apasionan como cualquier gladiador al momento de subir al ring y dar una función. Igual que cualquier otro luchador se emocionan al momento de ser recibidos por los aplausos del público o recoger el dinero que les regala este por haber brindado un buen combate. Inclusive al momento de recibir algún comentario homofóbico por parte de algún espectador, no le dan tanta importancia y responden de una manera elegante a la persona que gritó humillándolo ante los demás asistentes y poniéndolo en su lugar. Han demostrado que pueden compartir cartel con grandes ídolos como lo son el Hijo del Santo, El hijo del Perro Aguayo o Blue Demon Jr.

Todos ellos son verdaderos gladiadores no solo arriba si no también abajo del ring ya que no es ningún mito que existe un gran problema de homofobia en el país, con el cual deben de lidiar constantemente en sus vidas diarias. Inclusive dentro de su núcleo familiar tienen que soportar las burlas de aquel que no los acepta por su orientación sexual o por el simple hecho de ser un luchador exótico.

Debemos destacar que los luchadores exóticos llegaron a romper los cánones dentro de la lucha libre usando mallas y capas de lentejuela de colores chillones con un porte muy sutil y delicado. La lucha libre era siempre identificada con un deporte solo para hombres, aquellos “machos de verdad” que no tenían ni un solo dejo de feminidad en su ser. Este machismo provocó inclusive que en su momento las mujeres se les prohibiera luchar. Pero después de que hubiese una revolución femenina dentro del deporte pancracio defendiendo su derecho a volver a las arenas, llegaron los luchadores exóticos a demostrar su valía. Estos demostraron que no se necesitaba ser un “macho de verdad” para practicar este deporte, la apariencia no lo es todo, si no la entrega y la garra que se necesita para poder soportar las horas tan extenuantes y largas de entrenamiento y las diversas funciones en las que se deben de presentar.

Hernán Uribe Galindo

Arquitecto en formación. Ávido lector de realismo mágico y ciencia ficción. Fanático extremo de la lucha libre.