NXIVM: de la autoayuda al horror

¿Quién no ha querido ser parte de una secta? ¿No, nadie? Entonces, ¿quién quiere ser parte de una compañía cuya misión es formar un humanismo ético, que celebre lo que significa ser humano, cree una comunidad, y que además propicia el empoderamiento femenino? ¿Suena más atractivo?

Esto es lo que NXIVM (que usualmente se lee como nexium) comenzó a ofrecer desde hace poco más de veinte años, en 1998. Sus siglas están en nuestra memoria porque ha estado cerca de nosotros todo este tiempo: desde su fundación ofreció diversos cursos de coaching o entrenamiento gerencial y actoral para selectos grupos en México y Estados Unidos. En 2003, el reportero de la revista Forbes Edgar Bronfman denunció las prácticas de “rompimiento” de la identidad de sus miembros, e incluso en 2009 se vio en el ojo del huracán luego de que el Dalai Lama cancelara una visita por considerar que la secta incurría en “mala publicidad”.

Sin embargo, lo que ahora todos sabemos de NXIVM comenzó a escribirse en 2017, cuando el periódico New York Times publicó dos notas: en la primera relataba las diferentes demandas que no han procedido contra la compañía; la segunda, a cargo de Vanessa Grigoriadis, informaba que el Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI por sus siglas en inglés) inició investigaciones sobre este grupo por marcar cuerpos de mujeres.

Meses después del reportaje, Keith Raniere, programador que llevaba en los negocios multinivel desde 1990 y la actriz de Smallville, Allison Mack, fundadores de NXIVM, fueron detenidos por autoridades mexicanas en Puerto Vallarta, Jalisco, y deportados a Estados Unidos (EEUU), donde serían enjuiciados.

El juicio, iniciado en mayo pasado implicaba diversos cargos, entre ellos crimen organizado, tráfico sexual, explotación sexual de un menor y tráfico de personas. Como parte del proceso, estos últimos días han salido a la luz testimonios sobre las marcas que realizaba esta secta sobre las mujeres, el espionaje cibernético hacia ellas o sus “enemigos” (figuras públicas que hablaban en contra de la secta) o las tácticas de manipulación y secuestro a sus integrantes.

Ser mejor persona

Esta empresa multinivel comenzó operaciones a través de los “Programas de Éxito Ejecutivo”, cursos para mejorar el manejo profesional de las emociones y para la autorrealización. Todos hemos escuchado sobre este tipo de compañías, e incluso conocemos a una o varias personas que han comprado clases o libros de temas similares. Por lo general, toman un par de talleres, asisten a uno o dos eventos grandes y regresan a su rumbo normal de vida.

Éste y otros cursos de autoayuda, convence a los participantes de que, para lograr la autorrealización, es necesario afrontar los problemas individuales. Las “herramientas” ofrecidas son lo suficientemente amplias para que alguien que va únicamente a uno o dos cursos, identifique algunos de sus problemas (nunca con el detalle y compromiso de una terapia), reflexione sobre la solución, la aplique y obtenga resultados que, en el corto y mediano plazo, en efecto, tendrá el resultado deseado.

Sin embargo, por diversas razones, algunas personas se sienten tan identificadas con este tipo de motivación que deciden ir más allá de la solución individual y buscan formar parte de una comunidad. Abusando de esta posibilidad, NXIVM se convirtió en una secta que promovía la trata de personas y el tráfico sexual de mujeres.

Después de reclutar y asegurar la permanencia de sus integrantes -recordemos que el primer paso en las sectas siempre es la voluntad de pertenecer- las mujeres eran sometidas a un proceso de condicionamiento y extorsión, disfrazado de ritual de iniciación.

Solicitaban a las integrantes una prueba: fotografías de ellas desnudas (las famosas “nudes”), propiedades, cartas donde afirmaban ser culpables de delitos o donde confesaban secretos, todo esto para integrarse al grupo. Posteriormente, las pruebas y ritos para escalar no cesaban, al contrario, se exigía a las integrantes que su cuerpo fuera marcado con las iniciales de Raniere a fuego vivo, someterse a un régimen alimenticio estricto (que claramente deriva en anorexia) y tener sexo con el líder. Convertirse, literal y metafóricamente en “esclavas” de la secta, dispuestas a lo que sea para convertirse en “amas” (las líderes superiores), y reproducir el esquema piramidal.

Mujeres ¿débiles?

Entre las víctimas hay mujeres de los dieciséis a los cuarenta y tantos años, mexicanas y estadounidenses. ¿Por qué una mujer querría unirse a una secta de este tipo? La respuesta no es para nada simple, pues tiene que ver con la psique de cada una de las personas involucradas, pero podemos reflexionar sobre los métodos para atraerlas.

NXIVM, a través de una “subdivisión” llamada Dominant Over Submissive (dominadas sobre sumisas o DOS) identificada como una “sororidad” ofrecía crear mujeres con disciplina emocional y autocontrol, atractivas, independientes y, en sus propias palabras, “badass” (cabronas, en un intento de español) ¿A quién no le gustaría unirse a un grupo como este? Si este dominio sobre sí misma no bastara, además de convertirlas en mujeres empoderadas, ¡se harían ricas! Una oferta tentadora. ¿Engaño para el “dinero fácil? Para nada. La compañía exigía sacrificio del tiempo personal e inversión en las relaciones sociales, ambas como una forma de acercarse a la comunidad.

El juego de NXIVM constaba en ofrecer a las mujeres que formaban parte de la “sororidad” subyacente la promesa de un tipo de éxito bastante popular en la actualidad: convertirse en una persona adinerada, empoderada, atractiva y parte de “algo más grande”. Todo por pequeños sacrificios que serían recompensados con creces.

Una vez que las mujeres estaban dentro, empezaba su transformación mediante métodos que aseguraran la secrecía de la organización. El primer gancho: la entrega de ese objeto “colateral” (la nude, el secreto, el dinero) comprometía a las integrantes ante el resto del grupo, como la garantía de que la “sororidad” controla quién se sale de control. Después de todo, vivimos en una era en la que la exhibición de la privacidad del cuerpo femenino todavía es causa de morbo y prejuicio, en la que la posesión de los secretos es vital y en la que las mujeres parecen seguir necesitando de una “dote” para tener cierto valor.

Un segundo gancho tenía que ver con el sentido de comunidad. Ninguna de las seguidoras estaba sola, nunca. En general debían reportarse con su “ama” cada cierto tiempo, aunque eso pareciese paranoico se ofrecía como grupo de apoyo, en el que cualquiera de las mujeres podía encontrar a alguien que estuviera pasando por lo mismo y que deseara también, ser una mujer exitosa.

Cualquier ser humano necesita pertenecer. La pertinencia ocupa un lugar fundamental en nuestras vidas, después de necesidades fisiológicas y de seguridad. Si alguna persona encuentra un lugar donde es bien recibida y puede ser comprendida por sus pares, se quedará allí y guardará con recelo ese lugar especial.

El tercer gancho era la oferta de empoderamiento. Este punto es clave para entender qué hacían esas mujeres en la secta. Además del éxito que se lograría a partir del dinero obtenido por el esquema multinivel y la autorrealización personal ofrecida por los cursos, la “sororidad” les aseguraba que serían mujeres badass. ¿Existe un camino específico para serlo? Según Raniere, sí.

La figura de Raniere es central para entender el éxito de la secta. Creó el personaje de un hombre al que todos admiran -incluso otros hombres-, que parece ser un intelectual nato, capaz de comprender y ser empático con todas las personas que entablen una conversación con él. No parecía un macho amenazador. Según sus postulados, las mujeres no estaban sometidas a él, sino a ellas mismas: el camino al éxito implicaba el compromiso total con su propio empoderamiento a través de la sumisión. ¿por qué la sumisión? Porque era lo “natural”.

Para Raniere, el hombre es polígamo por naturaleza, mientras que la mujer es monógama por naturaleza, por lo tanto, la única forma de llegar a ser una mujer poderosa es dominar su propia naturaleza: convertirse en la mejor monógama que exista. Las mujeres debían atraer la atención de la mejor manera posible, pero no de cualquier hombre, sino de su líder y guía. En la medida en que se sometían a la guía del hombre, podrían mantenerse cerca de él, mientras que, si decidían tomar su propio camino, corrían el riesgo de quedarse solas. Toda una comunidad de mujeres organizada bajo el mismo esquema evitaba el criticismo o la reflexión en torno a “lo natural” del rol femenino.

El cuarto gancho: trabajar para ser atractivas. Para ser la mejor mujer posible, habría que esforzarse física y mentalmente. Había que ser fuertes, bellas y carismáticas mediante un ideal de belleza. ¿Cuál? El de su líder. Raniere no se aleja del canon actual, que incita a la delgadez hasta el extremo de llevar a sus seguidoras a desórdenes alimenticios como la anorexia o la bulimia. Las mujeres que llegan a lo profundo de la secta, no tienen la fuerza física, mental o siquiera emocional para salir de ella.

NXIVM en México

Pecaríamos de ingenuos si pensáramos que esta historia está lejos de nosotros, que no debería importarnos si en Hollywood se crean sectas para asegurar el éxito entre artistas o empresarios, que México no es lugar fértil para ese tipo de prácticas. Las investigaciones en EEUU han revelado los nexos entre NXIVM y las élites políticas, empresariales y del espectáculo mexicanas. No es una coincidencia que Raniere fuese detenido en Puerto Vallarta, mismo lugar en el que Emiliano Salinas, hijo del expresidente Carlos Salinas de Gortari, y su esposa Ludwika Paleta tienen una propiedad.

Al igual que Emiliano, su hermana Cecilia ha sido señalada como parte de NXIVM a través de distintas asociaciones ligadas a las metodologías de Raniere, como Fundación Ética Humanitaria, el movimiento In Lak’ Ech o el Jardín (de niños) Cultural Arco Iris (Rainbow garden en EEUU). El hijo del expresidente Salinas se deslindó de Raniere a través de un comunicado en sus redes sociales; sin embargo, la prensa amarillista de nuestro país, con Paty Chapoy a la cabeza, reporta la existencia de un video en el que se acepta que Ludwika Paleta ha sido marcada por la secta.

Más allá de los rumores, recientemente fueron clausurados los centros de educación preescolar Arco-iris de Ciudad de México (propiedad de los Salinas) y de Monterrey, operados por Loreta Garza Dávila y Rosa Laura Junco de la Vega, hija de Alejandro Junco de la Vega, dueño del Diario Reforma. Estos centros escolares prometían un método de aprendizaje basado en el conocimiento de distintos idiomas desde temprana edad y la educación para el liderazgo.

En lugar de eso, los reportes realizados por medios como Aristegui Noticias o CNN revelan que, aunque la colegiatura mínima era de 26 mil pesos, los centros Arco-Iris no contaban con personal calificado en educación preescolar, que los niños presentan signos de trauma, muchos de ellos ni siquiera hablan el español, su lengua materna, y que se obligaba a padres de familia a proporcionar una dieta estrictamente vegetariana a los infantes.

Asimismo, Rosa Laura es señalada como la quinta de las “amas” de DOS, encargada de los “colaterales” y propietaria de casas usadas para realizar los rituales de iniciación en México y EEUU. Se presume que Rosa Laura era una reclutadora en México, cuyo acceso tenía un costo de 40 mil pesos, mientras que Loreta y su hermana Jimena serían esclavas de primer nivel en DOS y ocultaron en Monterrey a Raniere en 2017.

La prueba GX362 presentada en el juicio contra NXIVM muestra una red de veinticinco contactos centrales para la operación de la secta, once de ellos son mexicanos. Los tres a los que nos hemos referido: Emiliano Salinas, Loreta Garza, Rosa Laura Junco; y Mónica Durán, Alejandro Betancourt Ledesma, Daniela Padilla, Jack Levy, Ivy Nevares, así como las hermanas Camila, Mariana y Daniela Fernández. Todos ellos integrantes de las familias más importantes de la Ciudad de México, Monterrey y León.

¿Por qué NXIVM?

Los cientos de testimonios sobre la forma de actuar de la secta, el cinismo de sus líderes y las cifras millonarias llaman la atención de los medios dedicados al espectáculo. Los relatos parecen sacados de una película de terror o un libro de ciencia ficción. ¿Cuáles son las condiciones que propiciaron el surgimiento de este tipo de fenómenos?

La respuesta es el autocontrol vendido en empresas multinivel. Este tipo de empresas usan cualquier producto (maquillaje, suplementos alimenticios, zapatos, joyería, microfinanzas y un largo etcétera) como pretexto para asegurar una cadena de ventas continua, leal y en aumento. Además, ofrecen a los reclutadores un esquema de dinero fácil, trabajo desde casa, ascenso y reconocimiento social. Raniere decidió vender ideas: confianza, empoderamiento, felicidad, tranquilidad, paz, estabilidad y sociabilidad. En una sociedad como la nuestra, todos querrían comprar autoestima.

Así, aunque desde el feminismo se cuestiona ¿por qué dejar que un onvre te diga cómo ser una mujer badass?, la respuesta es simple: existen muchas personas a nuestro alrededor que no cuestionan un sesgo de género, es decir, no conciben el éxito como masculino o femenino, sino como una especie de medalla de oro que todos podemos alcanzar si subimos las escaleras correctas, que en teoría deberían ser las mismas para todos.

Raniere profetizaba haber subido por esas escaleras y ofrecía, a través de NXIVM, el método para cualquiera que estuviese dispuesto a seguirle en ese camino hacia la luz, un camino que no parece malintencionado, sino todo lo contrario. Sus cómplices (hombres y mujeres) hicieron uso (con o sin dolo) de este esquema de reproducción de esclavitud, sumisión, dependencia y estafa en un mercado bien conocido: el de las personas que quieren ser siempre exitosas. El conjunto de las estrategias de manipulación de NXIVM es altamente efectivo para arraigarse en la psique.

NXIVM es un fenómeno que podríamos imaginar cercano desde hace varios años, y a pesar de ello, no llama nuestra atención como sociedad en el nivel apropiado. ¿Habremos visto todo sobre el alto precio de ser exitoso, rico y famoso o será solamente la punta del iceberg?