La Vasconcelos; víctima del foxismo, no de la 4T
En estos últimos días la biblioteca Vasconcelos, ubicada en la alcaldía Cuauhtémoc, de la Ciudad de México, ha estado en boca de todos debido a que se anunciaba su cierre de manera indefinida. Esto causó mucha polémica porque la calificaban como una víctima más de la cuarta transformación, aquella que últimamente se ha dedicado a reducir fondos al sector de la cultura y ha cerrado varios espacios de esta índole.
Los problemas de la biblioteca no son recientes
Pero hemos de recordar que este recinto no es la primera vez que cierra sus puertas, ha sufrido una serie de adversidades desde su apertura, que fue en el año 2006, por el ex Presidente Vicente Fox Quesada.
Desde sus inicios fue objetivo de una serie de críticas e infortunios, empezando por el presupuesto, que fue de 300 millones de pesos. Esto provoco que se tildara de ser un presupuesto centralista, un dinero que pudo haber sido destinado a la creación de diversas bibliotecas en toda la república mexicana.
Las obras preliminares empezaron en el año de 2004, para su posterior inauguración en el mes de marzo de 2006, pero en menos de un año volvería a cerrar sus puertas a causa de una serie de fallas estructurales y de infraestructura, donde había una serie de filtraciones de agua, por lo que se hizo una serie de averiguaciones donde se encontraron 36 irregularidades en el rubro constructivo.
20 meses después, la biblioteca nuevamente reabrió sus puertas, pero los usuarios llegaron a encontrarse con cubetas en el vestíbulo principal y en una serie de pasillos, todas para contener el agua de lluvia que se filtraba por el techo. La directora de ese entonces, Patricia Hernández Salazar, lo justificaba diciendo que cuando se hicieron los trabajos de remodelación, retiraron todo el impermeabilizante dejando desprotegidos los techos y por este motivo había nuevamente filtraciones de agua, pero eran mínimas comparadas con las primeras que existían.
Otro daño que sufrió durante su remodelación fueron sus jardines
Otro daño que sufrió durante su remodelación fueron sus jardines, ya que al menos el 70% de todas las plantas perecieron, por este motivo se volvió a solicitar la cantidad de 17 millones de pesos para revivir y rehabilitar los jardines exteriores. Los cuales estuvieron cerrados al menos 5 años.
Otro tropiezo que tuvo la biblioteca, fue en el año 2007, donde se descubrió que hubo un error de catalogación y clasificación del acervo. El problema le fue imputado a la Comisión Nacional de Cultura y Artes (CNCA). De esto se derivó una batalla legal entre la empresa privada Organización Técnica del Conocimiento SA de CV (OTC), empresa contratada para catalogar los libros desde el inicio de operaciones del recinto y la CNCA.
A principios del presente año, se presentó una queja por parte de uno de los usuarios que frecuenta este espacio, referrida a una plaga de chinches en el lugar. El director de la biblioteca Vasconcelos, Marx Arriaga Navarro, intentó minimizar el problema, pero el director general de bibliotecas de la Secretaría de Cultura, reconoció de la existencia de la plaga, por lo que solicitó a la empresa de mantenimiento redoblar esfuerzos en las labores de limpieza y fumigación.
Finalmente, durante el presente mes, el recinto emitió un anuncio que mencionaba un cierre indefinido de sus instalaciones a partir del 14 de junio, esto fue debido a que integrantes del Sindicato Nacional Democrático de Trabajadores de la Secretaría de Cultura (SNDTSC) iniciaron un paro, en protesta contra el recorte de personal, y en demanda de aumento salarial. Este cierre terminó el día 16 de junio.
El principal problema fue que Vicente Fox deseaba tener su magna obra, con la cual sería recordado en posteriores años, así como fue la Estela de Luz de Felipe Calderón o el aeropuerto de Texcoco de Enrique Peña Nieto. En su afán de crear este espacio antes de que terminara su sexenio, aceleró el proceso de su entrega, resultando en un proyecto fallido, que se ha deteriorado con el paso de los años. Y es que este espacio no es una víctima más de la cuarta transformación como muchos aseguran, es un espacio víctima de la burocracia e idiosincrasia mexicana. Donde se pretende hacer todo de manera rápida y descuidada incluyendo su respectiva inflación de costo sin justificación alguna.
Pero como todos los proyectos de los últimos presidentes, estos no son recordados por su magnificad ni su aporte al pueblo mexicano, si no por todas las fallas que han tenido, los costes elevados, el haber desplazado a todos los habitantes de las zonas aledañas a la construcción e inclusive el despido injustificado del arquitecto que estaba a cargo.
Esperemos que este espacio de cultura y recreación salga de su larga agonía y letargo, dada que su propuesta cultural es muy basta, no sólo incluyendo el catálogo de libros sino también sus talleres y demás actividades que ofrecen.