#MarchaDelSilencio: los inconformes de una realidad paralela

@miguelmg28

El domingo 5 de mayo cientos de personas salieron nuevamente a marchar para manifestarse en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador. La multitud no sólo se reunió en la capital del país, también hubo manifestaciones en Querétaro, Sonora, Yucatán y Guanajuato. En este último estado, la movilización  fue encabezada por el expresidente Vicente Fox. Los hashtags “#AmloMxTeReclama” y “#MarchaDelSilencio” se hicieron presentes en las redes sociales, específicamente en Twitter. Como contraposición, miles de personas comenzaron a tuitear “#AMLOLaFuerzaDeMéxico”, ante la serie de frases que ya son comunes encontrar en las marchas en contra del presidente.

De entre todas las consignas que se dijeron durante la marcha, nuevamente resaltó una que ya se está convirtiendo en lugar común: el presidente nos está llevando por el mismo camino de Venezuela. Es interesante ver el video de Vicente Serrano, periodista del medio digital Sin Censura Media, quien estuvo en la marcha captando los momentos que se vivieron en ella.

En los primeros minutos de la transmisión en vivo que realizó vía Youtube, entrevistó a un señor el cual, comenta Vicente, decía con euforia: “Vamos a gritarle a este pinche dictador”. El entrevistado justifica estas declaraciones al decir que Andrés Manuel no respeta la Constitución, sus encuestas son patito y que ha traicionado a México. Por si fuera poco, señala que el presidente apoya a dictadores en el mundo y por esta misma razón, junto con sus conocidos, decidieron salir a marchar “para hacer algo por México antes de que nos convirtamos en Venezuela”.

 

Estas declaraciones reflejan muy bien que los medios de comunicación, junto con sus voceros oficiales que conocemos, han hecho bien su trabajo. La campaña mediática orquestada por distintos medios e intelectuales, tal como se dio a conocer con la llamada “Operación Berlín”, está dando frutos en un largo plazo. Los comentarios de los entrevistados confirman que en la realidad de algunas personas en verdad existe un temor porque México se convierta en Venezuela, tal como se estuvo repitiendo en las campañas electorales. Además, este fenómeno sirve para confirmar que los medios realmente siguen teniendo un impacto importante en la construcción de imágenes y realidades alternas, en las cuales el temor, la angustia y sobre todo la desinformación, se pueden apoderar de cientos de personas y formarles una realidad que no existe, pero que tiene mucho peso en el pensamiento de los individuos.

Se cree que gracias a los medios digitales se conformaron espacios alternativos de información, pero basta echar un vistazo a lo que dicen algunas personas con relación a la imagen que tienen del presidente López Obrador y de esta manera podemos comprender que el poder de los medios de comunicación tradicionales sigue siendo fuerte.

Así, al escuchar las declaraciones del entrevistado y de muchos otros, es posible entender que los medios son capaces de mezclar contextos políticos, semejanzas entre liderazgos y similitudes entre decisiones políticas y económicas, de tal manera que ya no sorprende que Andrés Manuel un día sea Hugo Chávez, otro día sea Nicolás Maduro y el siguiente se parezca más a Mao, como afirmó Cecilia Soto en su columna titulada “Adoctrinamiento” para el periódico Excélsior.

La información falsa y lo que se conoce como campañas negras tienen un gran efecto en una buena parte de la sociedad, tanto así, que convencen a los individuos de que un gobierno debe solucionar los problemas de un país en cinco meses e ignoran por completo que las problemáticas son producto de una acumulación de muchos años atrás. Además, también crean escenarios de incertidumbre, de modo que existe una preocupación constante de que el presidente, con cada decisión que toma, se acerca cada vez más a convertir a México en Venezuela.

Seguiremos siendo testigos de este tipo de marchas en donde reina el enojo, la frustración, el miedo y la euforia; sin embargo, podemos ser observadores de las marchas desde una trinchera distinta, es decir, desde un espacio público que probablemente no se utilice durante mucho tiempo, a menos de que sea sumamente necesario. Las marchas continuarán en lo que resta del sexenio y cada vez, es probable, serán más estrepitosas y el temor por convertirnos en Venezuela, seguramente, será aún mayor.