#Venezuela resiste: un ejemplo para la 4T
@miguelmg28
El golpe de Estado que se trata de dar en Venezuela ha fracasado una y otra vez. Por más que Juan Guaidó insiste, no puede completar la misión encomendada por su jefe Donald Trump. Desde hace tres meses, cuando Guaidó se autoproclamó “presidente” de Venezuela, ha intentado, en repetidas ocasiones, convencer al pueblo venezolano de que él sacará a ese país de sus problemas. Confía en el respaldo absoluto que le ha dado Estados Unidos y una buena parte de los gobiernos de nuestro continente. Guaidó cree, con plena certeza, que sus discursos políticos tienen un impacto certero y eficaz para convencer a las masas de que Nicolás Maduro es un dictador y, por culpa de él, el país se encuentra económicamente en condiciones deplorables.
Desde el día uno, cuando comenzó el forcejeo político y mediático, para nosotros, como espectadores desde el exterior, fue una tarea sencilla identificar cuáles eran las mentiras y los verdaderos propósitos de Juan Guaidó y su titiritero. Además, todo fue más claro cuando se supo que la autoproclamación fue total y absolutamente respaldada por los miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA). El apoyo a Guaidó por parte de ésta permitió esclarecer el panorama completo, dado que la OEA funciona como un brazo hegemónico que responde únicamente a los intereses de Estados Unidos. Así, fue sencillo entender que detrás de estas “preocupaciones” por los derechos humanos y la democracia venezolana, en realidad había mentiras para justificar una intervención.
Para estos “defensores de la democracia, los derechos humanos y la libertad”, ha sido sumamente complicado convencer a los venezolanos de que necesitan ayuda urgentemente. Nosotros, los observadores externos, sabemos perfectamente que todo forma parte del mismo juego político y mediático, un juego cuyo objetivo es convencer a la opinión pública que el régimen de Maduro debe caer de una buena vez.
Es sorprendente el respaldo que le da una buena parte del pueblo venezolano al gobierno de Maduro; éste debería servir de ejemplo de lo que necesitamos hacer como sociedad en México. La formación política y la organización que mantiene la sociedad venezolana han sido factores clave para armar el colchón defensivo ante la multitud de ataques y amenazas que reciben desde el exterior. Sin el apoyo del pueblo venezolano y de las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas, el presidente Nicolás Maduro no resistiría tantos embates del imperio estadounidense.
La sociedad mexicana debe tomar como ejemplo la valentía diaria del pueblo venezolano. En nuestro país, día a día se busca desestabilizar el gobierno popular de Andrés Manuel López Obrador. Los opositores han generado golpeteos políticos con la ayuda de sectores mediático, quienes desean que el gobierno de izquierda sea “más de lo mismo”. Aún no comprenden que el gobierno de Andrés Manuel es distinto a los anteriores, por lo cual celebran y les genera gusto cualquier tipo de tragedia que sucede.
El símil está claro: se debe apoyar al presidente ante las adversidades y complicaciones que se tengan durante el sexenio. Y aunque los panoramas políticos son distintos, es decir, los ataques hacia México y hacia Venezuela responden a intereses diferentes, lo cierto es que la fuerza popular debe empujar cualquier tipo de proyecto que sea en beneficio de las mayorías. Parafraseando al doctor Lucio Oliver, la sociedad es el elemento clave que debe hacerse de la política para apoyar los proyectos del gobierno. Así como lo ejemplifica día a día el pueblo venezolano, así lo debe hacer la sociedad mexicana con miras hacia una verdadera transformación, es decir, con los ojos puestos en la Cuarta Transformación.