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Y tú ¿tienes un trabajo de mierda?


28 abril, 2019 @ 5:14 pm

Y tú ¿tienes un trabajo de mierda?

Joel Ortega Erreguerena

Reseña del libro Trabajos de Mierda. Una teoría de David Graeber

Vivimos en una era en la que la tecnología se desarrolla en términos geométricos. Las maquinas y los robots son cada vez más capaces de substituir a los seres humanos en todo tipo de trabajos. Y, sin embargo, vivimos también en una época en la que las jornadas laborales se amplían y se ataca a las jubilaciones. En lugar de reducir el trabajo lo ampliamos, nos volvemos adictos a él y nos condenamos a una vida sin tiempo. Aún peor, muchos de los trabajos que tenemos son improductivos, no tendrían por qué existir. Son trabajos que para quienes los realizan no tiene sentido, ni siquiera producen algo útil: son trabajos de mierda.

En Trabajos de mierda. Una teoría, el antropólogo anarquista David Graeber se pregunta por qué han proliferado trabajos que en realidad no son productivos en ningún sentido. Al investigar y platicar con muchos de sus conocidos se dio cuenta que mucha gente tiene trabajos inútiles, no se trata simplemente de la explotación sino de una simulación: son trabajos que en realidad no son necesarios, que no aportan nada en ningún sentido. En su definición, los trabajos de mierda “son aquellos que están compuestos por tareas que la propia persona encargada de llevarlas a cabo considera carentes de sentido, innecesarios o incluso perniciosas; trabajos que podrían desaparecer sin que nadie notara la más mínima diferencia; y, sobre todo, son esos trabajos que los propios trabajadores piensan que no deberían existir” (Graeber, 2018:25).

Muchos trabajadores han sentido esa sensación, no sólo de ser explotados, sino directamente engañados en trabajos sin sentido. En el libro se dan muchos ejemplos. Un trabajador que debe llenar informes que nadie leerá nunca, secretarias que no cumplen ninguna función más que “aparentar” y dar status a sus jefes; asistentes que no tienen tareas que cumplir y acaban metidos en sus redes sociales; burócratas encargados de redactar proyectos que nunca se llevan a cabo, etc. De hecho, son trabajos cada vez más extendidos pero que no son fáciles de observar ni de catalogar porque una de sus partes constitutivas es la simulación. El problema es grave, según una encuesta retomada en el libro entre el 37 y el 40% de los trabajadores británicos afirmó tener un trabajo de este tipo.

Ahora bien, Graeber diferencia estos trabajos de los trabajos mal retribuidos pero que si son productivos. Un barrendero, por ejemplo, puede tener pésimas condiciones laborales, pero sabe que su trabajo es útil. En cambio, un oficinista puede ganar bien, pero sentir que su trabajo es completamente prescindible. Como buen antropólogo Graeber examina el problema partiendo de la visión de los trabajadores y descubre que tener un trabajo de mierda puede tener consecuencias muy negativas en la autoestima y en la salud mental de quienes los realizan.

Pero si estos trabajos son inútiles e improductivos la gran pregunta que hay que hacernos es cómo existen en el marco de un capitalismo que siempre busca incrementar sus ganancias. Para Graeber se trata de una mutación en la que el capitalismo está generando una dinámica en la que los imperativos políticos y los económicos están entrelazados. La élite gerencial no sólo busca la extracción de plusvalía sino también disfrutar de relaciones de poder, jerarquías y estatus que implican la generación incesante de trabajos sinsentido. Incluso Graeber afirma que ya no se trata de un sistema capitalista industrial clásico sino de uno gerencial.

El libro tiene el gran mérito de visibilizar un problema, un síntoma del capitalismo contemporáneo. Desde la antropología, con cientos de testimonios, nos enseña el sinsentido de muchísimos trabajos. Sin embargo, la explicación estructural no es tan clara, indicios para explicar mutaciones de fondo en el sistema productivo. Más allá de la experiencia alienante que se refleja en los testimonios creo que el libro podría dar pie para repensar problemas de fondo como las transformaciones del capitalismo y reflexionar sobre el papel del trabajo.

Sin duda es un texto que hay que revisar. Retoma una tradición que viene de lejos en el anticapitalismo. Cuestionar la obsesión absurda que el capitalismo ha generado por el trabajo e imaginarnos un mundo en el que se viva por la vida misma y no para producir. Ya a finales del siglo XIX Pual Lafargue trató el problema e hizo un elogio de la pereza y en la década de 1970 André Gorz habló de la “abolición del trabajo”.  Una utopía que hoy podríamos alcanzar con la tecnología que tenemos pero que con nuestro modelo de desarrollo es imposible. Con el texto de Graeber podemos cuestionarlo e imaginar otro mundo, diferente, sin trabajos de mierda y con libertad.

Bibliografía:

Graeber, David (2018) Trabajos de mierda. Una teoría. Barcelona: Editorial Planeta.

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Imagen: Internet         www.revistaconsideraciones.com

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