Cultura Colectiva y la complicidad institucional
Gianinna Ferreyro
Los antecedentes
Hace unos días se desató la polémica del #MeToo en distintos medios de comunicación y arte mexicanos. Entre los muchos embarrados, surgió el caso de Sarai Paz y Christian MC, ex-empleados ambos de Cultura Colectiva. Aquí no realizaremos una disertación ni análisis sobre las denuncias públicas, que pueden consultar en el muro de Sarai a partir del 25 de marzo con sus publicaciones subsecuentes y la publicación única de Chris MC al respecto del tema, sino que proponemos revisar la declaración de Cultura Colectiva (CC).
Un análisis del comunicado
Partamos de la idea de que en este sistema todos somos cómplices de alguna u otra manera; aunque algunas y algunos intentamos cambiar, demos lugar a la distopía que vivimos y aceptemos que algunos son más cómplices que otros. Dicho lo anterior, observemos los hechos: Cultura Colectiva lanza su comunicado el viernes 29 de marzo, cuatro días después de la primera publicación de Sarai Paz. ¿Qué dice? A grandes rasgos, que CC es un medio comprometido con la verdad y la justicia, que realizó en su momento las acciones legales y emocionales que debían hacer en apoyo a la víctima, incluido “desvincularse” del colaborador en cuestión. Asimismo hacen de público conocimiento que por razones “estrictamente laborales” también se han desvinculado de la colaboradora, piden a las autoridades dar solución al caso y reiteran que son una plataforma de apoyo para el movimiento feminista.
¿Es suficiente este comunicado para enfrentar un problema tan delicado? Considero que no, por los siguientes puntos:
1) El título del comunicado “Comunicado de Cultura Colectiva sobre los señalamientos de excolaboradora” es reaccionario, es decir, a lo primero que remite es a que el medio ha sido atacado (señalado) por alguien que ya no pertenece al mismo, no se usa su nombre sino el término ex-colaboradora.
2) Los términos importan. Se refieren a ambos como colaboradores, lo cual indica una relación de cooperación, en lugar de una relación patrón-empleado. No sabemos qué dicen sus contratos, pero ninguno de los dos involucrados se refiere a sí mismo como colaborador, sino como trabajador o empleado. ¿Cuál es el motivo para el cambio de términos a nivel jurídico?
3) La declaración no es neutra. Se postulan como un medio comprometido con la verdad y la justicia, sin embargo, ambas se ponen en duda con las declaraciones de Sarai Paz. La verdad sobre lo que CC dice que pasó y sobre lo que ella dice que pasó, la justicia sobre su salida de la empresa en términos “estrictamente laborales”.
4) Aunque afirman “tenemos un compromiso con los derechos de todos nuestros trabajadores”, este compromiso no es transparente. Si bien es cierto que se desvincularon del agresor en cuanto se realizó la denuncia legal, Sarai Paz señala que a ella también se le pidió la renuncia. No queda claro si fue requerida por parte de la empresa debido al abuso de confianza o si fue este uno de los tantos rumores desatados alrededor del caso.
5) Sobre la verdad y los derechos de los trabajadores también habría que mencionar la situación relacionada con el alcohol y drogas en el lugar de trabajo. Declaración y rumor al que el comunicado de Cultura Colectiva no hace alusión.
6) Continúa el comunicado con la aseveración de que se realizaron en su momento todos los procedimientos legales y emocionales para apoyar a la víctima, cuestión que en ninguna publicación ponen en duda los involucrados.
7) Y sin embargo… inmediatamente en la siguiente línea confirman que se “separan profesionalmente de la colaboradora (…) por razones estrictamente laborales”. La involucrada sostiene que la razón fue su bajo rendimiento laboral y una reestructuración de la empresa (muy frecuente en el medio). Sobre esto, dos puntos: ¿no les parece evidente que una persona que fue violada en su lugar de trabajo, necesita justamente ese apoyo emocional por un tiempo posterior al hecho?, y ¿por qué entonces surgen las distintas versiones dentro de Cultura Colectiva sobre lo que sucedió el día de la violación y con respecto a su despido? Rumores, que pueden ser hechos, pero que en el contexto del #MeToo no han sido atendidos.
8) Finalmente abogan por la objetividad como medio de comunicación y en apoyo al movimiento feminista. La pregunta queda abierta: objetividad, verdad y apoyo como medio de comunicación, ¿y como empresa qué?
Asumir responsabilidades
No podemos omitir todo lo que pasa en CC. Así como es momento de exigir a las autoridades que respondan como debe ser, pues de ahí parten todas las consecuencias mediáticas de las voces que han sido acalladas; también es momento de exigir transparencia a empresas, a escuelas, a cada comunidad y a cada miembro de la sociedad. Es momento de dejar de ser cómplices y pedir a nuestros medios eliminar todo tipo de prácticas similares y debidos procesos en cualquier tipo de conflicto, en este caso, de violencia contra las mujeres.
Confusamente, CC termina su comunicado con la siguiente frase: “En un mundo donde la verdad no sólo no importa sino es irrelevante, es cuando más tenemos que luchar por ella”. Y sin embargo deja a sus consumidores y empleados con la pregunta ¿cuál es la verdad?