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Reseña de Soy grito


1 abril, 2019 @ 6:41 pm

Reseña de Soy grito

En contadas ocasiones un poema es tan temerario. Soy grito va más allá del dolor de aquellas que no importan. Esas que son sólo una cifra y, si acaso, les es dedicada una nota roja en Juárez hoy  o en el El heraldo de Chihuahua. Araceli vio de cerca cómo ser mujer y pobre en México constituye una condena. Es una carga que se arrastra más allá de la muerte.

 

El polvo desértico y el fulgor del sol chihuahuense cubren historias de miles de vidas destrozadas. Araceli no se limita a darle un grito unánime a las muertas de Juárez, le da voz a quienes las amaron. A quienes aún buscan respuestas. A quienes las recuerdan y no pueden hablar en pasado, porque para ellos no han pasado.

 

Soy grito es una recopilación del dolor de todas las que no pueden dejar de doler. De esas madres, hijas, hermanas, novias, amantes que aún viven a través de la esperanza de encontrarlas. No es fácil darle voz al sufrimiento, al clamor. Araceli toma prestadas, con sumo respeto, las voces de las sin voz. Esos gritos que nadie escuchó, o más bien, que nadie quiso escuchar.

 

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Soy Grito. Araceli Bobadilla         www.revistaconsideraciones.com

 

¿Es el grito un lamento o es el grito un clamor?

Germán Bernardo

Pocas son las veces que tenemos ante nosotros una reflexión erguida desde el dolor y la indignación, lanzada
desde el fondo de la tierra y provista de la materia de que
está hecha la poesía. Pocas. Pero cuando llegan a nosotros
lo hacen con la fuerza del maremoto y sacuden las costas
sensibles de nuestra comodidad.
Nuestra nación tiene momentos oscuros que deberían erradicarse, pero están ahí; siguen doliendo. Los
acontecimientos que provocaron en Araceli un escalofrío,
los retrata con el vigor que sólo las palabras de una poeta
pueden hacerlo.

Los acontecimientos siguen viviendo porque aún no hay quien pueda prometer una palabra de consuelo, ni que pueda levantar una constancia de justicia.
Las mujeres muertas de Ciudad Juárez son una realidad y
la poesía puede ofrecer el tratamiento sensible que no le
otorga el periodismo o la narrativa.
Aunque la poesía de Araceli contenga la profundidad y la belleza, no podemos soslayar que le precede el
terror y la desesperación de un conjunto de voces que nunca se escucharon, desaparecidas en el desierto, junto a la
nada y lejos de todo lo que amaban. Hay que ser valiente
para imaginar siquiera los pensamientos inconclusos de
las víctimas y hacer escalar, con palabras, las emociones.
Araceli lo es, y nos lega con su poesía una muestra de sensibilidad ante el abismo que no deberían tenerlo sólo las
poetas, sino toda la humanidad.
Araceli tomó prestadas las voces de aquellas mujeres que fueron silenciadas. Ellas prestaron su voz y Araceli
Bobadilla las puso, con cariño y con respeto, en su poesía.
Convirtió muchas voces en una sola voz, que es la que grita, la que clama, la que emite el lamento. Una voz que sale
del desierto.

Pronta ingeniera, subversiva, crítica, defensora de las causas nobles y de los casos perdidos. Apasionada del expresso y del mezcal.