Armando Vega Gil: hasta siempre guacarrocker
Rockberto B.
Lo último que hubiera querido Armando Vega Gil es que su muerte se usara para atacar a cualquier movimiento social, sobre todo a uno más que necesario y del que todos debemos aprender. Armando se fue como él mismo dijo: “haciendo uso de su libertad” y “sin culpar a nadie de su muerte”. Eso debe ser respetado. Lo demás será juzgado por el tiempo, la verdad y la justicia.
En estas líneas queremos rememorar quién fue Armando, su aporte a la cultura nacional y su solidaridad con los movimientos sociales.
Armando era Antropólogo, novelista, poeta, cuentista, amante de la literatura y el cine. Incursionó en la creación audiovisual con algunos cortometrajes y performances. Además, era periodista y conductor de un programa sobre cine.
El rock nacional no se podría entender sin el impulso y la resistencia de Botellita de Jerez, grupo fundado por Armando Vega junto con Paco Barrios “El Mastuerzo” y Sergio Arau. Su concepto fue original, novedoso y nacionalista. Todo ello se vio reflejado en el Guacarock, sonido distintivo de la banda. Todos los miembros de Botellita de Jerez han sido artistas sensibles, pintores, músicos, escritores, con una trayectoria individual dedicada a fomentar el arte y la cultura con propuestas novedosas.
Botellita de Jerez le abrió espacios a todos los grupos que fueron satanizados y condenados a los hoyos funky en los años setenta con proyectos como Rockotitlán, donde las bandas emergentes podían darse a conocer. Allí tocaron grupos como Caifanes, Tex Tex y Santa Sabina.
Botellita de Jerez respaldó movimientos como el del Consejo Estudiantil Universitario (CEU en 1986) y el Consejo General de Huelga en 1999 (de la UNAM) contra la privatización de la educación pública, al igual que al movimiento estudiantil #YoSoy132. Ellos rompieron con lo políticamente correcto y la censura impuesta por los regímenes priistas y el conservadurismo mexicano.
Como parte de Botellita de Jerez, promovió, junto con grupos como Santa Sabina –de la mano de Rita Guerrero, con quien Armando guardaba gran amistad– los conciertos masivos de apoyo al Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Buscaban, así, concientizar y solidarizarse con el movimiento de los indígenas en resistencia. Siempre que alguna causa social necesitaba el apoyo solidario para difundirse, los primeros en levantar la mano siempre fueron Los botellos y Santa Sabina, sin ningún afán lucrativo y actuando de forma transparente y horizontal con las demás bandas. Armando Vega Gil se manifestó siempre en contra de las injusticias, los abusos del poder y la impunidad; alzó la voz en contra de la injusticia por los desaparecidos de Ayotzinapa; fue un ser sensible que nos dejó una obra literaria de más de 32 libros, además de su importante legado musical.
Me uno a la tristeza que su muerte deja en sus amigos y compañeros. Le mando un abrazo afectuoso a Paco Barrios “El Mastuerzo”, Sergio Arau, Rafael González, Santiago Ojeda, –miembros de Botellita de Jerez– y a Josué, Iker y Gustavo –miembros de los Jijos del Maiz– con quien Armando trabajó musicalmente y a quienes les deja un gran vacío. Pero sobre todo un abrazo a su familia y a su hijo, en quien Armando pensó en todo momento con todo su amor.