Los primeros 100 días y el entusiasmo popular
@miguelmg28
El análisis de los primeros 100 días de un gobierno son un método importante y común a la hora de buscar elementos que permitan dar una idea de cómo será el gobierno durante todo el sexenio. Uno de los principales indicadores que se realizan en el primer trimestre de un gobierno, es conocer cuál es la aprobación del presidente con respecto a su forma de gobernar, las propuestas políticas y, fundamentalmente, los resultados concretos que se han realizado hasta este momento. En este sentido, pareciera que durante los primeros 100 días es cuando la sociedad puede construir una idea de cómo será el gobierno en el futuro.
La aprobación de un gobierno es un elemento muy importante en términos de una sociedad satisfecha con el trabajo realizado, así como con las propuestas y las soluciones. Para el presidente Andrés Manuel López Obrador estos primeros 100 días pintan muy bien, ya que diversas casas encuestadores coinciden en que el gobierno de AMLO mantiene entre 80 y 90% de aprobación, esto es, que de cada 10 votantes 8 están totalmente satisfechos. Para medir la aprobación de un presidente las encuestadoras utilizan diversos parámetros que permiten conocer las medidas del gobierno que son más aceptadas que otras y de este modo obtener un porcentaje total.
Esta aprobación tan alta que se le da al presidente López Obrador está sustentada en hechos, es decir, ese 80% de personas que están satisfechas con la manera de gobernar del presidente tienes razones suficientes para estarlo. Una de esas éstas es el hecho de que el presidente salga todas las mañanas a das conferencias en donde habla sobre los acontecimientos recientes, además de permitirle a los reporteros hacer preguntas, algo nunca visto con otros gobernantes.
Otra razón es porque el presidente López Obrador, desde el día uno de su gobierno, ha trabajado para erradicar la corrupción, por ejemplo, mediante el combate al huachicoleo y la finalización de la construcción del aeropuerto en Texcoco. Aunado a esto, otras medidas como reducir el ingreso mensual de funcionarios de gobierno, proyectan a la sociedad la imagen de que en realidad se está trabajando día con día para acabar con la corrupción y el derrochamiento de dinero.
Por otro lado, las consultas representan una apertura al ejercicio democrático en la sociedad, de modo que cualquier individuo puede ser capaz de decidir si un proyecto continúa o no. Con ello se le da voz a quienes durante muchos años estuvieron silenciados al no ser tomadas en cuenta y permite comprender, de manera sencilla, porqué el presidente cuenta con una aprobación tan alta. La fórmula es simple: escuchar las inquietudes de la sociedad y proponer soluciones a las mismas.
Con este panorama, una aprobación tan alta ni siquiera tendría porqué causar sorpresa o generar mesas de discusión en donde se busque la explicación de tal fenómeno como si se tratara de algo irreal, algo sobrenatural y sin sentido, y donde casi siempre se concluye que si el presidente tiene altos niveles de aprobación debe ser porque está haciendo uso de los métodos populistas y tarde o temprano decepcionará a la sociedad porque sólo votaron por el presidente como un castigo a los otros partidos.
Estas explicaciones tan simples, propuestas por los analistas e intelectuales de radio y televisión, provocan curiosidad porque para ellos la respuesta de una alta aprobación no se encuentra en el hecho de que el presidente esté haciendo las cosas bien, sino más bien en otras razones y explicaciones que rebasan por mucho una buena forma de gobernar.
Evidentemente esta manera de gobernar es muy distinta a lo que se ha visto, por lo cual es justificable que dichos, analistas se espanten incluso porque el presidente sale todas las mañanas a ofrecer conferencias –a las cuales hasta les han llamado misas mañaneras–; acostumbrados a malos gobernantes que en lugar de salir a realizar el ejercicio democrático que ofrecen las consultas, resulta más sencillo criticarlas diciendo que son consultas a modo; asimismo, pareciera ser que utilizar el término populista resulta ser más sencillo al momento de tratar de comprender por qué existe tal preocupación del presidente para con el pueblo.
Estos analistas anticuados deberían comenzar a reformular sus reflexiones en torno al presidente López Obrador y entender que una aprobación tan alta es el reflejo de un buen trabajo desde el día uno. Mucho se habla de que Vicente Fox o Felipe Calderón mantenían una buena aprobación en su primer trimestre de gobierno, sin embargo, sólo es cuestión de ver cómo terminaron estos gobiernos en términos de desaprobación. Es momento de comenzar a entender que el actual gobierno está rompiendo con estructuras pasadas, que este presidente no es más de lo mismo, que sí es posible un cambio y que, por ahora, el único camino viable para conseguirlo se llama Morena y su Cuarta Transformación.