Gato con Lentes Opinión

“Ningún chile les embona” sí; “Meterla doblada”, jamás

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unogermango

29 noviembre, 2018 @ 12:19 pm

“Ningún chile les embona” sí; “Meterla doblada”, jamás

@unogermango

“Se la metimos doblada, camarada”, dijo Paco Ignacio Taibo II. Y las redes ardieron. Los conservadores se persignaron y levantaron sus ojos suplicantes hacia el cielo. Los puritanos de ocasión sintieron un escalofrío lingüístico y se encomendaron a la santísima RAE. Los hipócritas corrieron a taparles los oídos a sus hijos. Los mojigatos hicieron la señal de la cruz y trataron de no pensar en cómo se mete una “doblada”. Y los paranoicos del género, quise decir “paranoicxs”, lo que escucharon fue: “que viva el patriarcado”.

Pero Taibo es un malhablado recurrente y a nadie le había importado hasta ahora. Y las redes ardieron porque la plaga de bots ayudó a viralizar algunas opiniones. Hace apenas dos semanas también arremetieron contra el nombramiento de Taibo II para ser director del Fondo de Cultura Económica porque hay una ley que no le permitiría aspirar a ese cargo. Esa ley indica que los mexicanos nacidos en el extranjero no pueden tener cargos federales, pero ya se prepara su derogación. La “Ley Taibo”, le llaman ahora; “ley a modo”, también. Pero nada tienen que ver ni la legislación ni el lenguaje del escritor. Es simple: Paco Ignacio Taibo II fue designado por Andrés Manuel López Obrador y se intentará echar al suelo cualquier propuesta de él. Cualquiera. No se distraigan con el griterío.

Busquemos de dónde viene la mayor parte del escándalo. Si ponemos atención, nos daremos cuenta que la promueven los ofensores de la patria –los mismos, los de siempre–, secundados, como siempre, por sus útiles mandaderos: Jesús Ortega, Felipe Calderón, Damián Zepeda, Raúl Trejo Delarbre, Consuelo Sáizar, Enrique Krauze, Juan Ignacio Zavala, Fernando Belauzarán y muchos más, apoyados por una turba de comunicadores infames como Chumel Torres, Lily Téllez, Macario Schetinno, una tal Glodejo07, Paco Calderón, Ezra Shabot, Jorge Berry, Fernanda Familiar, Rictus, Pascal Beltrán del Río…

De cada uno de ellos podríamos referir una irresponsabilidad. Sus dichos, sus recomendaciones, sus propuestas políticas y sus gobiernos, han costado a este país desde sangre y muertos, hasta la polarización de la que tanto culpan a otros. Si México está polarizado por diversos odios y rencores sociales, estos y otros imprudentes personajes tienen mucha responsabilidad en ello.

Paco Ignacio Taibo II es una gran opción para dirigir el Fondo de Cultura Económica. No obstante, para quienes defienden el elitismo cultural y apoyan la manutención de privilegios entre círculos poderosos, Taibo es el peor candidato. ¿Quién es él? Ha escrito decenas de libros de historia y ficción, organizado eventos culturales, ferias populares de libros, es uno de los más reconocidos promotores de la lectura y, sobre todo, tiene un amplio conocimiento sobre la literatura del mundo. Su problema, ante los ojos de la élite cultural y los conservadores con pequeñas aspiraciones, se relaciona con su imagen: es malhablado, directo, sin correcciones políticas y no usa traje. ¿Cómo es posible semejante crimen de indumentaria? ¿Qué va a decir el mundo de un editor que no use corbata?

El elitismo cultural se siente agraviado por un escritor cuya costumbre es la promoción de la lectura entre la gente, la raza, el pueblo, la bandota. Fernando Escalante Gonzalbo, José Woldenberg y Juliana González renunciaron como consejeros al Fondo de Cultura Económica apenas hace dos semanas. En su carta, argumentaban que siempre defendieron al FCE y su presupuesto, que cada vez era más raquítico. De haberse indignado realmente hubieran renunciado hace años, porque el presupuesto ha sido minado sistemáticamente por la administración de Enrique Peña Nieto. Pero deciden hacerlo ahora, cuando el lépero ilustrado de Taibo II llega y promete libros baratos y hasta gratis para “el pueblo”.

Los ataques contra la frase de Taibo tienen limitaciones. Casi todos redundan en la negativa a emitir “malas palabras” porque será director de la editorial más importante del Estado. Los argumentos, incluso los dichos por intelectuales orgánicos, se circunscriben a la indignidad que produce ese lenguaje en la “investidura” de un funcionario. Y ya. Eso es todo. Argumentos pobres y apenas razonados.

“Se la metimos doblada, camarada”, dijo Taibo. Y un pequeño grupo de personajes –molestos porque se les terminaron los tiempos de los magníficos contratos– se encendieron y, por fin, se dieron cuenta que existía la dignidad. Pero no se les ha visto, ni leído, ni escuchado, diciendo que los libros son muy caros para pobladores con sueldos miserables. Tampoco les interesa decir que los libros se encarecen por los abusos de librerías con prácticas de monopolios. Mucho peor aún: ¿dónde estaban los intelectuales y funcionarios mientras México se deshacía entre balas? ¿Cuándo mostraron una real indignación Enrique Krauze o José Woldenberg por los agravios contra millones de mexicanos? ¿Consuelo Sáizar reprobó en alguna feria internacional del libro el baño de sangre que se vive a diario en nuestro país? Quizá lanzaron un tweet y se extravió en las aguas profundas del internet. Quizá hicieron algún comentario al margen en alguna charla periodística. Quizá. Es curioso que no les ofenda el olor a cadáver, pero cuando alguien dice “se la metimos doblada”, la dignidad les surge a borbotones.

Ignoran una cosa más: el lenguaje, cuando se domina, se utiliza de todas las formas posibles. Fernando Vallejo inicia su libro La puta de Babilonia, con la frase: “La puta, la gran puta, la grandísima puta…”, y el mundillo cultural mexicano no incendió las librerías. Quisiéramos ver a esos magníficos intelectuales privilegiados emitir su odio contra Las once mil vergas, de Apollinaire. Quizá sólo se quejen porque Taibo no es un Nobel como García Márquez, a quien le celebraron su Memoria de mis putas tristes y hasta defendieron el lenguaje ante los grupos feministas que reaccionaron por ese título. El lenguaje es para usarse cuando se sabe utilizar.

Lo que les molesta es la burla. El trasfondo de la frase es la derrota absoluta contra quienes perdieron la presidencia en las elecciones de julio. Entonces que no se intente confundir a la gente con la supuesta indignación. No hay un dicho más humillante ni más grotesco, en la última década, que el pronunciado por Lorenzo Córdova, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral: “yo, Toro Sentado…”, burlándose de la forma de hablar de un líder indígena cuya lengua original no es el español. Eso es brutal. Tan brutal como el silencio que todas las personas mencionadas en este artículo han guardado ante la barbarie que los gobiernos han cometido contra sus propios gobernados.

Paco Ignacio Taibo II tendrá que moderar su lengua. Lo hará porque este pequeño escándalo le hizo saber que los derrotados en las elecciones vigilan cada palabra de Andrés Manuel López Obrador y sus colaboradores. También es cierto que será un funcionario importante en un gobierno que promete transformación, entonces no estará de más que cambie sus expresiones habituales y trate de allegarse un poco a la institucionalidad. Lo dicho dicho está y lo único que queda es la moderación en el lenguaje y quizá, como solicitan varios ofendidos, un disculpa. Puede hacerlo y al mundo no le lloverá fuego por disculparse. Pero eso sí, señores, señoras, mojigatos todos, compongan la brújula de su indignación porque tiene un norte inexistente.

Y ante lo sucedido, se le solicita a todos los ofendidos: favor de #NoMamar

 

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Editor de contenidos en la Revista Consideraciones. Profesor de la UNAM y estudioso del comportamiento de los gatos. El lenguaje lo es todo.