Alteridad

Sobre el asesino de Ecatepec: el monstruo es la injusticia


11 octubre, 2018 @ 4:31 pm

Sobre el asesino de Ecatepec: el monstruo es la injusticia

Aunque los medios insistan en priorizar los motivos por los que Juan Carlos secuestró, asesinó y descuartizó a decenas de mujeres, la violencia en Ecatepec no es ninguna anomalía ni el desorden psiquiátrico de un psicópata que hemos visto en películas. Mucho más que un caso aislado, los feminicidios en el Estado de México son el reflejo de decenas de priismo y de una estructura social machista.

Nancy Huitrón, una de las víctimas del llamado “Monstruo de Ecatepec”, desapareció con su bebé de 2 meses el pasado 6 de septiembre. Ante la denuncia de sus familiares, las autoridades mexiquenses negaron la emisión de la Alerta Amber para la pequeña porque “no corría un riesgo inminente al estar acompañada de su madre”.  Un mes después, esas mismas autoridades informaron a todos los medios que los restos descuartizados de Nancy se habían encontrado en la casa del asesino, mismo que, además, había vendido a una pareja a la niña.

Con un sistema de justicia tan indiferente ante el dolor —porque incompetente lo es cuando quiere— es claro que el “monstruo” de Ecatepec no está en un loco adorador de la Santa Muerte que padece de sus facultades mentales.

El monstruo está en cada esquina y en cualquier instante. No tiene nombre. No sabemos dónde vive, no podemos realizarle un perfil psicológico y no es el hilo conductor del mismo tipo de desapariciones en una misma colonia. El monstruo es cualquier persona que quiera matar a una mujer, por la simple razón de que puede hacerlo. En Ecatepec se cometen feminicidios con denuncias, con un profundo dolor y sin castigo alguno. Incluso, lo sorprendente no es la personalidad ni los crímenes de Juan Carlos, sino que se le haya detenido.

Tristemente, al poco tiempo de su detención, comenzó a circular en Internet un video donde el homicida confiesa haber matado a sus víctimas, aproximadamente 20 mujeres, porque su madre quiso matar a su padre y su nana abusó sexualmente de él, además de que sufrió un golpe en la cabeza cuando era niño. La pregunta para los medios de comunicación es: ¿qué más da la historia del “Monstruo de Ecatepec”? ¿A qué nos quieren llamar, a empatizar con un asesino al conocer sus razones?

Valentina, la hija de Nancy, ya tiene 4 meses de edad. Esta nena aún lactante, vendida a una pareja de desconocidos y devuelta a casa ya sin su madre, a quien nunca va a conocer, es con quien debemos empatizar.

Hay otras mujeres que también son víctimas en este mismo caso: la madre de Nancy, quien tendrá que explicarle a sus otras dos nietas de 7 y 8 años de edad, que a su madre la mataron por ser mujer, que el mundo no es un lugar seguro, y quizá también, como ya es costumbre, que la justicia no existe.

 

Socióloga en ciernes, amante de los viajes y de una buena charla con los amigos.