Falló en su intento por matar a Díaz Ordaz, fue torturado y recluido…
Armando Herrera L.
La conmovedora historia de un personaje olvidado, no sólo a nivel reivindicativo de las víctimas del movimiento estudiantil de 1968, sino como uno de los protagonistas, acaso periférico, de los acontecimientos posteriores a ese fatídico año. Carlos Castañeda de la Fuente fue torturado física y psicológicamente, pasó más de 23 años recluido en un centro psiquiátrico, cuatro de ellos en absoluto confinamiento solitario; se ordenó construir para él un pabellón pequeño y alejado donde lo hicieron desaparecer sin un proceso judicial abierto, sin defensa jurídica alguna y sin el soporte social o familiar con el que sí contaron los presos de Lecumberri.
¿Su delito? Haber intentado ajusticiar a Gustavo Díaz Ordaz durante el último año de su gobierno (1970), para vengar a los estudiantes asesinados en Tlatelolco. Para su desgracia, falló en su cometido por haber equivocado el vehículo en que éste viajaba y sólo logró aterrorizar al titular de la SEDENA: Marcelino García Barragán. El documental de Alejandro Solar Luna –El paciente interno (México, 2012)–, transmitido recientemente por TvUNAM, da cuenta de su historia. Carlos Castañeda sigue vivo, perdido en los recovecos más oscuros de esta ciudad que todo lo devora…
No olvidar, no perdonar, no callar.