La ciencia dejará de ser solución a las enfermedades del siglo XXI
Enfermedades respiratorias, enfermedades virales, enfermedades del sistema circulatorio, por radiactividad, contaminación acústica (enfermedades nerviosas, psicológicas) por contaminación del agua, enfermedades …
Fácilmente podríamos hacer un meme de Bubba diciéndole a Forrest los tipos de enfermedades provocados por la contaminación del medio ambiente, en lugar de formas de cocinar camarones. Lamentablemente, la cosa es realmente seria.
La actividad humana y el estilo de vida que conlleva actualmente, provoca un sinnúmero de enfermedades. La ciencia médica avanza a pasos agigantados, no obstante, el costo económico y social sobrepasa la capacidad humana para solucionar los problemas de salud.
Hagamos el siguiente ejercicio mental: Imaginemos una carroza del siglo XIX que anda sobre un camino de tierra donde hay algunas piedras, baches e irregularidades. De momento, las ruedas de madera delanteras golpean fuertemente una piedra grande y se estropean. En nuestro ejercicio mental, las ruedas de la carroza representan la salud de la humanidad en general y el camino de tierra representa las condiciones ambientales e higiénicas de épocas antiguas. Es decir, la salud del hombre antiguo, como el material de la rueda, era escasa y frágil. Tan frágil que la esperanza de vida del humano promedio era corta. Así como la rueda.
Con el andar de los siglos, los avances de la ciencia y tecnología lograron grandes progresos sobre la salud y por consecuente, en la longevidad humana. Ahora la rueda ya no es de madera, sino una llanta de caucho, y los caminos eran de asfalto. Esto permitió una mejor durabilidad, rapidez y eficiencia, pues las vacunas, la higiene, los avances científicos en medicina, mejoraron la calidad de la salud.
Sin embargo, el progreso científico y tecnológico que ha tenido un gigantesco avance de la mano del capitalismo, ha contribuido también al deterioro del medio ambiente y con ello, más y nuevas enfermedades. El asfalto comienza a tener baches.
Los avances médicos continúan creciendo, como también el deterioro del medio ambiente. La época actual exige una sobre especialización técnica que ha contribuido a logros extraordinarios. Pero más extraordinarios son los casos de enfermedades relacionadas con la contaminación ambiental y con el estilo de vida, sobre todo occidental. Ahora en la carretera hay toda clase de objetos punzocortantes.
No es coincidencia las alarmantes cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS): “El cáncer es la segunda causa de muerte en todo el mundo. En 2015 se atribuyeron a esta enfermedad 8,8 millones de defunciones”. La misma OMS afirma que la contaminación del aire de las ciudades es una de las principales causas de esta enfermedad.
La relación entre enfermedades-contaminación ambiental no es un problema que se resuelva con avances técnicos. A la larga (ya no tanto) el problema de la salud en los países no tendrá una solución técnica. Los avances científicos, en cuanto a salud, no corren paralelamente con el incremento de enfermedades humanas. En nuestra analogía, los fármacos, las nuevas técnicas médicas (avance técnico) se asemejarían al parche de la llanta reventada por un clavo en el camino. Claro, los parches funcionan, a corto plazo.
La prevención, la higiene, y el cuidado del medio ambiente, en nuestra analogía fungen como las carreteras de asfalto limpias, y la llanta de mejor calidad.
La prevención, pieza fundamental en la ciencia médica, se ve desplazada por la inversión en nuevas métodos y descubrimientos para combatir enfermedades.
Económicamente es más rentable prevenir una enfermedad que combatirla. Tan solo el tratamiento para la diabetes en México le cuesta a la Secretaria de Salud cerca de 13,000 millones de pesos (mdp) anuales, es decir, el 10% del presupuesto total de esa dependencia.
Pero a la humanidad y sobre todo a sus líderes, pareciera que viven en otro mundo. Lo que se hace actualmente es tan absurdo, como si en nuestra carretera llena baches, vidrios y clavos, en lugar de querer retirar objetos punzo cortantes del camino y reparar baches, que es más económico, se prefiere invertir millones de dólares en “parches más resistentes”, que a la postre, terminarán reventándose, haciendo estallar la mala salud humana. La llanta, quise decir…