La era del Acuario: ¿espiritualidad en el capitalismo?
“Nuestra guerra es la guerra espiritual”
Chuck Palahniuk.
Dicen los astrólogos que a partir del 4 de febrero de 1962, comenzó una nueva era astrológica llamada la Era de Acuario. Sin ahondar mucho en explicaciones, digamos que una era astrológica dura en promedio 2,160 años y representa un conjunto de valores, creencias y actitudes que caracterizan a la humanidad durante dicho periodo de tiempo.
El fin de la era de Piscis
El inicio de la Era de Acuario, donde supuestamente nos encontramos, significa el fin de la Era de Piscis: un periodo donde el elemento agua —es decir, los mares— favorecieron el descubrimiento y el florecimiento de civilizaciones, pero también prevalecieron guerras, masacres, caos y sufrimiento. En resumen, la Era de Piscis fue un periodo donde la humanidad fue tan inestable como el agua.
Nueva era (New age)
Por su parte, la creencia astrológica señala que, al ser un signo de aire, Acuario enmarca una época donde lo etéreo y lo inmaterial —como la tecnología—apuntalan el desarrollo de la sociedad, además de que se le considera una época dorada de reencuentro del ser humano con la espiritualidad. Por eso se le llama también Nueva Era (o New Age en inglés), porque se supone que con ella inicia un cambio en la conciencia del hombre y se inaugura una etapa de paz y abundancia.
La inevitable realidad líquida
Aún desatendiendo las ideas astrológicas y siendo el más acérrimo escéptico, hay un hecho que no podemos negar cuando miramos a nuestro alrededor: libros de superación personal, lecturas de tarot, angelología, yoga, vegetarianismo, meditación, alineación de chakras, Feng Shui y demás ejemplos de esoterismo y espiritualidad proliferan por doquier, empezando con los hippies y su amor y paz hasta llegar a nosotros, los llamados posmodernos. Pero ¿en qué momento la espiritualidad adquirió tanta influencia? ¿Acaso tuvo que ver el inicio de la Era de Acuario?
Pregunto lo anterior no con el afán de desmentir ni confirmar lo que dice la astrología, sino para develar la manera en la que las creencias de la sociedad influyen en su realidad material. Es verdad que no existen evidencias científicas que sustenten los postulados de las eras astrológicas, pero ¿de dónde sacamos tanta espiritualidad en los últimos 50 años? es decir, ¿de cuándo a acá tan espirituales?
La cultura hippie
Por principio de cuentas, el movimiento de la Nueva Era se trata de una influencia contracultural de Occidente que abanderaron los hippies, Los Beatles (al ritmo de All you Need is Love) y la psicodelia, entre otros elementos culturales. Al igual que la Era de Acuario, ésta también surgió en los años 60. Sin embargo, su ideología antisistema que promueve el conocerse a sí mismo y amar al prójimo pronto se topó con las fauces del capitalismo y sus dos hijos más feos: el consumismo y la mercadotecnia, los cuales no tardaron en infiltrarse y hacer de la espiritualidad un producto.
Espiritualidad individual
Promulgando el bienestar individual por encima del colectivo, la mercadotecnia seleccionó elementos específicos de Oriente tales como el yoga, el vegetarianismo o la medicina alternativa para comercializarlos. Así, poco a poco comenzamos a reemplazar a Dios por el Universo y a la religión por el concepto de energía, al tiempo que para ser espirituales, había que consumir. Basta ver los saqueos por parte de la Cienciología a sus seguidores o los costos de las conferencias que te ayudan a descubrir tu verdadero potencial, así como de los retiros espirituales. Entre las clases medias y altas —pero sobre todo entre las últimas—, la espiritualidad se trata de un estilo de vida cuya compra representa una inversión y no importa lo que cueste. Ya no es el “amor y paz” ni el decir que “no a la guerra” sino el “ser felices” lo que más importa.
Por lo tanto, es muy irónico que este fervor espiritual se desarrolle en un contexto de capitalismo tardío, plagado de masas que compran productos o servicios para encontrar su sentido, con una cosificación de las personas a través de aplicaciones del celular (esas donde deslizas a la izquierda o a la derecha) y con una destrucción del ecosistema que produce una corriente de basura y plástico sin parar . Ninguna época es ni será dorada y mucho menos ninguna que se reproduzca bajo el capitalismo, pero mientras la espiritualidad y el capitalismo se encuentren allí donde la prosperidad, el éxito y la realización personal son lo único que importa, estamos un poco perdidos.