Los queman vivos; sedientos de justicia
La noticia de los supuestos roba chicos calcinados el día de ayer en Acatlán de Osorio, Puebla, me dejó una terrible sensación y más cuando hoy varios medios de información confirmaron que no eran roba chicos sino campesinos.
Lo de ayer es una muestra de lo sedienta que está nuestra sociedad por “justicia”, lo que sea que eso signifique para los sádicos que QUEMARON VIVAS a dos personas sin pruebas de su culpabilidad al grito de “el pueblo unido jamás será vencido”.
Asesinar de ese modo con base en una supuesta unión del pueblo nos deja muy claro la falta de criterio que tenemos como sociedad y la apatía tan grande hacia los demás como para videograbar el sufrimiento de las dos víctimas.
Lo que parece todavía más atroz es la satisfacción con la que los involucrados terminan sus condenables actos. Me atrevo a decir que disfrutaron desquitar su frustración y furia de ese modo.
Inocentes o culpables, nadie merece ser quemado vivo, si bien es cierto que nuestro sistema de justicia es nefasto, lo ocurrido el día de ayer demuestra que no estamos preparados para tomar decisiones, pues estamos dispuestos a hacer sufrir a nuestros iguales hasta matarlos.
“Merecemos” que las leyes se cumplan y que la justicia se imparta sin miramientos, no obstante, primero necesitamos ejercitar nuestro criterio y mostrar serenidad ante el arrebato de una multitud.