R-E-S-P-E-C-T Aretha Franklin
La música dentro de ella se manifestó a la temprana edad de 12 años. Era solista del coro e hija del ministro Clarence LaVaughn Franklin en una iglesia en Detroit.
Su padre, un poderoso personaje dentro de la Iglesia Bautista Nacional que en ese momento agrupaba a 7 millones de personas, (convirtiéndola en la organización de carácter negro más grande fuera de África), además de ser amigo cercano de Martin Luther King, fue el primer ministro religioso en grabar y difundir sus sermones para llegar a millones de personas a nivel nacional.
Aretha Franklin nació en marzo de 1942, 17 discos integran su legado, 18 premios Grammy, y fue la primer mujer en el Salón de la Fama del Rock & Roll, además de ser la primer mujer negra en aparecer en la portada de la revista “Time”.
Pero nada de eso importa sin tomar en cuenta que Aretha Franklin vivió en una época en que para la mujer pedir un poco de respeto a su esposo al llegar a casa era un acto combativo, una época donde las causas y movimientos sociales marcaron toda su vida.
El padre de Aretha era una figura pública muy respetada, fue el vínculo de Luther King en Detroit, lo que representó un gran apoyo para el movimiento a favor de los derechos civiles dado su alto perfil y visibilidad a través de la Iglesia Bautista Nacional.
En los años 60, Aretha ya se había convertido en uno de los iconos de la comunidad afroamericana. El significado político y social del género musical góspel era representado en los colores, bailes y actitud africanos en plena lucha por su derecho a existir dignamente, además, la voz de Aretha fue el impulso intangible que el movimiento por los Derechos Civiles necesitaba.
Con dos hijos y a la edad de 17 años era ya una celebridad, pero su imagen era más que eso: ella era uno de los símbolos del orgullo negro y su voz fue la poderosa arma que acompaño al movimiento a su éxito.
Su canción “Respect” se convirtió en el himno de protestas feministas en la época de los sesentas. Su voz fue una poderosa arma para el orgullo negro y el vehículo para visibilizar la condición de la mujer negra en favor de los Derechos Civiles.
Musicalmente hablando, Aretha terminó lo que Ray Charles empezó: la secularización del góspel al incluir temas fuera del argot y pretensión religiosa con letras y actitudes desafiantes al orden social-político y racial. Sin duda, la actitud de vida de Aretha fue uno de los catalizadores que aportaron en la reivindicación femenina, racial y social.
Versátil interprete en géneros como el góspel y jazz, se mudó al pop cuando la efervescencia de los movimientos sociales se esfumaron, pero siempre mantuvo la pasión, precisión al interpretar y amor que solo una mujer como Aretha puede transmitir.
Aretha Franklin murió en Detroit a los 76 años junto a su familia. Se fue la reina del Soul y nada volverá a ser igual, pero nos deja su legado. Respect, Aretha Franklin.
R-E-S-P-E-C-T para siempre.