¿Habrá gasolinazos con AMLO, sí o no?
Al gobierno entrante no le dejan las cosas fáciles. Es un hecho que la industria refinadora ha sido, paulatinamente, desmantelada. En el sexenio de Enrique Peña Nieto (EPN) el abandono se hizo más profundo. Al gobierno le ha salido más rentable importar gasolinas, hasta el grado de depender de más del 70% de los combustibles extranjeros. PEMEX no tiene la capacidad de extracción de crudo necesario para producir y sustituir sus importaciones de gasolinas. El costo social de la reforma energética ha sido trasladado directamente al consumidor. Y todavía sin tomar en cuenta el impacto inflacionario que conlleva subir un producto tan clave como lo es la gasolina y el diesel.
Carlos Urzúa en la entrevista realizada el 4 de julio no ha sido muy claro en sus declaraciones. A bote pronto ha dado cifras de lo que podría pasar con respecto al precio de la gasolina:
Estamos pensando en incrementar cada año por la inflación el precio, en términos reales no se va a incrementar, pero en términos nominales sí, por la inflación…
…dijo en el programa Despierta con Loret, de Televisa. En los últimos meses Andrés Manuel ha declarado constantemente que no se tocará a la reforma energética. Sólo se revisarán contratos. Lo que significa que el margen de maniobra, para intentar revertir el costo social de la reforma energética, es escaso.
¿Cuáles herramientas tendría el nuevo gobierno?
Se podría especular lo siguiente: La administración de AMLO pretendería fijar el precio de las gasolinas mediante variaciones del Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS). El gobierno tomaría el riesgo de mantener los precios fijos, solo con ligeros incrementos anuales; tomando en cuenta las declaraciones de Carlos Urzúa los incrementos ya no serían diarios. Esto podría ser un arma de doble filo:
Por un lado, si el precio del crudo (y otros factores) sube, el gobierno tendría que reducir el IEPS para mantener el precio fijo. Esto ocasionaría una reducción a los ingresos del gobierno, lo que podría provocar que varios de los proyectos y programas sociales limitaran su alcance. Por otro lado, si el precio internacional del crudo cae, el gobierno tendría un mayor margen de ganancia por concepto de IEPS. Si tenemos en mente que los precios de la gasolina se mantendrían fijos y el precio del petróleo es bajo, el que sale ganando es el gobierno.
Es una apuesta interesante que podría realizar la administración del nuevo gobierno. Además, tomemos en cuenta que al mantener sin cambios bruscos los precios de los combustibles genera certidumbre para el sector empresarial y se reduce la inflación.
El aumento del precio de los combustibles tiene un efecto inflacionario, según datos del INEGI su incidencia en el INPC (Índice de Precios al Consumidor) fue de 81%. Del 2007 a la fecha los aumentos escalonados del precio en gasolinas han tenido una incidencia de 1% en la tasa de inflación. Con estos datos se hace clara la necesidad de evitar aumentos bruscos en los precios.
La propuesta del gobierno entrante se reduce, básicamente, a dos proyectos:
A mediano y largo plazo, reducir los niveles de importación de gasolinas y sustituirlo por importaciones de petróleo necesario para producir el producto refinado en territorio nacional. De ahí el tema de rescatar y crear nuevas refinerías. El proyecto, como se mencionó, sería a mediano plazo, incluso existe la probabilidad de que no se vean resultados en el sexenio de AMLO.
A corto plazo, mantener fijo el precio de las gasolinas y el diesel mediante IEPS. Con incrementos anuales (no diariamente) ligados a la inflación. Dicho de otra manera, no habrá gasolinazos, aunque sí un aumento nominal, la diferencia consiste en que el primero es un incremento desproporcionado conforme a la oferta y demanda y el segundo es un aumento controlado y menor, como lo había sido antes de los dichosos gasolinazos.
Claro, existe riesgo. No olvidemos que la situación de la industria petrolera en México es precaria. Se ha ordeñado durante décadas a PEMEX, los ingresos que se han reinvertido no están a los niveles de otros países petroleros que han manejado eficientemente su industria. Reitero, al gobierno entrante no le han dejado las cosas fáciles, el tiempo dirá si la apuesta fue eficaz o no.