Votar por AMLO, más allá de AMLO
Voy a votar por Andrés Manuel López Obrador, más allá de AMLO. Esto es, que no acudo a las urnas pensando que con su arribo a Los Pinos se solucionarán todos los problemas, incluso que el modelo (neoliberal) impuesto desde 1982 se vaya a revirar por completo, en primera porque no alcanzan seis años para todo ello y en segunda, porque a diferencia del 2006, llega con mayores compromisos y en un escenario regional latinoamericano de menos contrapesos al vecino del norte.
¿Entonces por qué votar por una opción qué únicamente pareciera me habrá de dar un motivo para celebrar en el Ángel, y que después sobrevendrá una cruda electoral? Sobre todo para aquellos que hayan depositado demasiadas expectativas en el candidato. La respuesta se encuentra en una reflexión más allá de la figura del propio Andrés Manuel.
Mi voto no es sólo por castigo a todos los agravios del PRIANISMO, sino por convicción, ¿a qué? A un imaginario de izquierda, que el propio Andrés Manuel se ha encargado de desdibujar, de hacerlo ambiguo, pero igual entiendo que no hay otra forma de llegar vía democrática desde la izquierda, si no es con la suma ambigua del concepto “pueblo”, así en abstracto, en el que caben todos, sin embargo, voto por él porque a pesar de lo anterior, su triunfo detonará el imaginario del triunfo entre las organizaciones y militantes de las izquierdas, más acostumbradas a la derrota, la represión y marginalidad.
Voto por él, porque en los próximos seis años vendrá una reconfiguración nacional de las izquierdas y es preferible que eso suceda en un gobierno de Andrés Manuel que en uno con Anaya.
En el año 2000 se fue el PRI de los Pinos pero no dejó el poder, sólo se resguardó en los distintos gobernadores, no en balde la creación en 2001 de la Conago, desde donde prepararon el regreso, pero Vicente Fox traicionó la transición democrática, por eso este 1 de julio de 2018, por fin se consumará la alternancia política, que tanta falta le hace al país.
Tendremos la oportunidad de contar con un presidente que llega con una amplia legitimidad, formado desde abajo, porque a pesar de que pudiese haber pactado con una parte de la élite del poder, hay otra parte que jamás lo aceptará por lo que representa su persona, un líder social que ascendió desde abajo, con el pueblo, con el imaginario de izquierda, no es gratuito el homenaje que rinde a figuras como Valentín Campa, Heberto Castillo, Rubén Jaramilo, Salvador Nava, a los jóvenes de 1968, Othón Salazar.
Porque su llegada permitirá que este país se sacuda, empodere a las masas, cambie el chip del imaginario del “nunca se puede”, “no lo dejarán llegar”, el “ya merito”. Porque su triunfo es un medio para impulsar más cambios, porque nos toca a todos no sólo votar, sino organizarnos en donde nos toque hacerlo, entender que esta ola social que ha desatado su liderazgo es una oportunidad para que el pueblo empiece a organizarse.