El Partido de la Revolución Destruida (PRD): vida y muerte de un sueño democrático
El Partido de la Revolución Democrática (PRD), fue un símbolo internacional de la lucha de izquierda en México. Heredero de las políticas sociales del General Lázaro Cárdenas, el PRD surge primero de un movimiento progresista dentro del PRI, encabezados por Porfirio Muñoz Ledo y el hijo del Gral. Lázaro Cárdenas, Cuahútemoc.
Su lucha dentro del partido era hacer que el PRI se reorientara en su democratización y en la política económica aplicada durante el sexenio de Miguel de la Madrid. “La Corriente Democrática” buscó que el tricolor volviera a sus ideas nacionalistas y de las luchas populares, sin embargo, la dirigencia del partido decidió seguir con el proyecto neoliberal y eligió candidato a Carlos Salinas de Gortari.
Cárdenas, Muñoz Ledo y su corriente abandonaron el partido, decidiendo participar en la elección presidencial de 1988, a la campaña del ingeniero Cárdenas, otras personalidades de izquierda decidieron sumarse, como Heberto Castillo, creándose el Frente Democrático Nacional (FDN).
Sin embargo, en la noche de la elección, el sistema se “cayó” y cuando este volvió, la ventaja del FDN se vio rebasada por la de Salinas de Gortari. El FDN llamó a manifestarse contra el considerado fraude electoral, algo no visto hasta ese entonces, pero a pesar de ello, Salinas tomó las riendas del país y el proyecto neoliberal continuo.
El 21 de octubre de ese año, el Ing. Cárdenas convocó a una reunión en el Zócalo de la Ciudad de México y desde allí llamó a crear un partido que compitiera de manera más organizada contra las posturas priistas, así surgió el Partido de la Revolución Democrática (PRD). “Ni los veo, ni los oigo”, decía Salinas con respecto a los miembros del partido del sol azteca, quienes sufrieron también la persecución y el asesinato de cientos de sus militantes.
Pero poco a poco, el partido de izquierda comenzó a ganar espacios en la Cámara de Diputados y de Senadores; obtuvo presidencias municipales e incluso en 1997 logró hacerse de la Jefatura de Gobierno del D.F.
Al mismo tiempo se fueron corrompiendo los líderes perredistas, muchos exguerrilleros comenzaron a pactar con el gobierno y a involucrarse en actos de corrupción. Fue después del conflicto post electoral de 2006, que Juan Camilo Muriño, destacado miembro del PAN, logró un acercamiento con un grupo del PRD, denominado la “Nueva Izquierda” o comúnmente conocido como “Los Chuchos”, considerado como los medios como un grupo “moderno” y “negociador”, contrario a la imagen de los grupos que apoyaban a Andrés Manuel López Obrador.
Este grupo logró aliarse con el gobierno de Felipe Calderón y hacerse del partido amarillo. Sin embargo, en 2012 intentaron a toda costa impedir que AMLO volviera a competir por la presidencia, pero el arrastre del tabasqueño lo logro hacer su candidato y a pesar de que la elección estuvo plagada de irregularidades, el PRI volvió a llegar a Los Pinos.
Y ese partido de donde el PRD había surgido, sentó a los lideres perredistas y a los del PAN, para firmar el llamado “Pacto por México”, en donde estaban estipuladas llevar a cabo las grandes reformas neoliberales que en más de 25 años no se habían logrado concretar, principalmente la energética.
Hoy el PRD ha quedado casi destruido, adoptando las practicas clientelares tan utilizadas por el PRI; en búsqueda de salvar su registro, se ha aliado con el PAN, que es la antítesis perredista; y ha utilizado las amenazas contra Morena, para salvar el último gran bastión político que les queda, la CDMX, que ha visto como un no perredista, acabó con los grandes logros construidos desde 1997.
Alejandra Barrales, en un pacto con Ricardo Anaya, decidió entregar el poco capital político del PRD al PAN para la presidencia, a cambio de salvar la CDMX. Y aquel partido que significó para muchos el emblema de la izquierda, ha quedado reducido a una copia amarilla de Antorcha Campesina.