La vigencia de “El Príncipe”: de Maquiavelo a López Obrador
Nicolás Maquiavelo (1469-1527), es considerado el “padre de la Ciencia Política” moderna, pues con su obra “El Príncipe” sentó las bases para que los lideres se conserven en el poder.
En su libro, Maquiavelo da los consejos necesarios para que el príncipe logre conservar el poder del Estado. Todo lo anterior basándose en una concepción pragmática y amoral, pero que se juzga necesaria para percibir los grandes beneficios de estabilidad social futura.
Maquiavelo considera inviable el idealismo político, el cual indica que el hombre se rige por valores y principios morales y éticos, es así que da una serie de ejemplos, en los cuales los gobernantes que se basan en este principio, terminan derrotados.
“Por que vivieron en la paz y no se imaginaron que vendrían tiempos de tormenta; cuando llegaron los tiempos de adversidad, estos príncipes no pensaron en defenderse y si en huir, esperando que sus pueblos cansados de la crueldad de sus vencedores volvieran a llamar a sus antiguos señores” (Cap. XXIV).
Y es que, “El Principe” es una obra que sigue vigente aún en nuestros días, tan es así que basándonos en este texto, podemos comprender y analizar el viraje político de Andrés Manuel López Obrador, que ha abierto las puertas de su partido a distintos personajes e incluso partidos, que parecían contrarios a su postura.
El conservador Partido Encuentro Social (PES); a ex panistas como German Martínez y Gabriela Cuevas; a empresarios como Alfonso Romo y María Asunción Arambuzabala; a lideres sindicales como Napoleón Gómez Urrutia; y a familiares de Elba Esther Gordillo.
López Obrador tiene claro en vísperas de la contienda electoral, que se preparan ataques de toda índole: una guerra sucia que superará a las anteriores y en donde el dinero legal e ilegal fluirá con gran dispendio, por lo cual es necesario obtener toda clase de apoyos que le pueden otorgar los personajes antes mencionados, Morena y AMLO se están preparando para los tiempos de “tormenta”.
Y es que, el PES al ser un grupo vinculado con las iglesias cristianas, tiene una capacidad de coacción entre sus miembros muy eficaz. Tomando en cuenta que en el 2015, año que el PES obtuvo su registro, logró 1,319,203 de votos (3.49% del total), porcentaje elemental para ganar una contienda presidencial. Por otra parte, tener de su lado a los miembros del SNTE y la CNTE, enemigos acérrimos de la reforma educativa de Peña Nieto, le otorgará una red electoral que le cuidará las casillas a lo largo de todo el país, misma red que anteriormente estaba en manos del PRI y del PAN.
Por su parte el sindicato de mineros, le daría presencia en los estados del norte, en donde AMLO carece de representación. Mientras que la desbandada del PAN manda un mensaje de un partido dividido y débil, que desgasta aún más la figura de su candidato, Ricardo Anaya.
Y aunque muchas de estas adhesiones a Morena, le han valido las críticas de las bases, Andrés Manuel tiene bien medido que su voto duro se mantendrá sin mayores pérdidas, y se aventura a obtener votos que hace apenas unos años lo han visto como un “peligro”.
López Obrador debe de tomar en cuenta también los ejemplos que da Maquiavelo, para sustentar un gobierno, en donde da el ejemplo de Hierón de Siracusa:
“Este hombre disolvió el viejo ejercito y creó uno nuevo; desconoció las antiguas alianzas y concretó nuevos pactos; se hizo de sus propias tropas y aliados; así que pudo fundar y ser capaz de construir sobre un cimiento sólido, un edificio que él mismo concibió, que fue muy difícil, y con muchos problemas, pero que pudo mantener con facilidad” (Capítulo VI).
En ese mismo capítulo, el filosofo italiano se refiere a los principiados que se obtienen mediante las armas propias y el talento, haciendo un especial énfasis en que el nuevo príncipe debe de imponer al grupo de poder anterior, actuando con cautela, pero al mismo tiempo con eficacia.
“Sin embargo, una vez superada la crisis, habiendo eliminado a quienes podrían envidiar sus cualidades, se convierten en personas venerables y se mantienen poderosos, honrados, seguros y felices” (Capítulo VI).
Es así que “El Príncipe” sigue tan vigente hoy como hace 500 años, tratando el tema de la política de una manera única y elemental, dando las herramientas necesarias a todo aquel que busque arrancarle a la vida un gran trozo de poder, pues como en aquella frase que se le adjudica -erróneamente- a Maquiavelo: “El fin justifica los medios”.